sábado, 1 de septiembre de 2012

B. vs B.

- Autora: @DisabledComplex

- Tipo: BIG BANG, Block B, B.A.P, serial, hetero, +18 (mucho XD), idol x fan


CAPÍTULO 5
- Ann, creo que esto te lo debe contar G-Dragon - dijo Daesung, y yo miré a GD a malas penas.
- Está bien... - dijo sentándose en su sillón - Nosotros somos Big Bang, un grupo igual, bueno igual, parecido a Block B, con el mismo cometido. Este barrio no es precisamente un barrio pacífico, que digamos. - prosiguió mientras yo seguía sin mirarle a los ojos - Y en este pacífico barrio, la banda la cual "reina" ahora mismo, por decirlo de alguna manera, es Big Bang, y eso Block B no lo puede aguantar. Ese es nuestro problema, mejor dicho, su problema. ¿Lo entiendes? - me preguntó y asentí.
- Lo que no entiendo es... ¿Qué hago yo aquí? - pregunté desviando mi mirada del suelo hacia su rostro.
- Digamos que... Es el destino. - Y con esto, el líder se retiró.
                Vamos, que me quedaba igual, pero por lo visto el discurso todavía no había acabado.
- Pero ya que te has metido en la cabeza de Zico, va a haber que enseñarte a defenderte - dijo T.O.P entrando desde la cocina - y conociendo tu carácter, puede que no sea muy difícil.
- ¿Conociendo mi carácter? No me conocéis de nada - dije poniendo énfasis en la palabra "nada".
- Eres una chica aparentemente tranquila pero solo aparentemente, cuando se meten contigo o tus ideas saltas a la primera, grandes argumentos y comentarios ingeniosos. Nunca has tenido una pelea de verdad en tu vida así que no sabes pegar, pero todos sabemos que al principio te pones nerviosa y te bloqueas pero en cuanto te llevas el primer golpe tu temperamento entra en el juego y arrasas con todo lo que esté a tu paso. - me analizó el más mayor mientras yo me quedaba perpleja.
- Y unas piernas preciosas, por cierto - saltó Seungri de fondo, lo cual yo ignoré.
- Y muy violenta - recalcó Daesung.
- ¡Eso es mentira! - dije sorprendida, era algo que me decían siempre, pero seguía siendo mentira.
- ¿Y qué pasará si te arranco el piercing de un puñetazo... ? - dijo Seungri metiéndose conmigo
- Que te parto las manos - sonreí - mi cara es sagrada.
- ¿Veis por qué fue ella? - dijo T.O.P - A partir de hoy recibirás un adiestramiento por parte de cada uno de nosotros, te enseñaremos lo mejor que sabemos hacer así si estás sola, mientras nosotros llegamos, puedas defenderte. Empiezas conmigo a las 6. Hasta ese entonces... - cogió su largo abrigo y se acercó a la puerta - Adiós. - salió.
                Pasaste esas cuantas horas viendo la tele en el salón, a veces con Seungri, a veces con Daesung o Taeyang, pero ni rastro de Kwon Ji Yong. Ya era casi la hora, así que fui a prepararme. Como siempre con mis pantalones pitillos de algún color y camisetas grandes de grupos. Ya que mis maletas habían aparecido por arte de magia en mi habitación al igual que unas cuantas cajas con todas mis cosas.
                Salí a ver si T.O.P estaba en el pasillo y, efectivamente, estaba allí. Me estaba esperando en una puerta en la que nunca había entrado, o al menos eso creía. Esa puerta salía a unas escaleras que bajaban a un especie de trastero, en el cual pasó todo ese día... La primera vez que lo vi, fue lo primero que se me vino a lo mente.
- Sé que este lugar te recordará a algunas cosas - dijo T.O.P al ver mi mueca - Pero podría haber sido mucho peor, créeme. Tuvimos cuidado contigo. - dijo quitándose el abrigo y subiéndose las mangas de la camisa.
- No es cuestión de cuidado precisamente - me puse en medio de la habitación.
- Enséñame qué sabes hacer - me incitó haciendo un gesto con la mano, llamándome.
- No sé hacer nada, lo sabes ya -
- No me lo creo - anunció poniéndose en posición de defensa.
                En ese momento le di una palada en el antebrazo con una mirada de "¿ves?" y él me hico una mueca, dándome ánimos.
- Puede que necesites un empujoncito, como siempre - cabronazo, pensé. Te gusta recordármelo, pensé.
                Entonces me cogió del brazo y me hizo una llave, retorciéndome el brazo, dejando mi tronco echado hacia delante y mis piernas rectas, teniéndolo a él atrás, el cual se acercó a mi oído.
- Puede que así sea la próxima vez que lo hagamos, ya que te gusta que te duela, solo que con un detalle más - susurró mientras se alejaba y me agarraba del pelo.
                Echó mi cabeza hacia atrás, dejando ver mis ojos furiosos. Me soltó y empecé a pegarle, la verdad es que no sé siquiera como, pero acabé arrinconándolo contra una esquina. Mis golpes pasaban muy cerca de él pero nunca le daban. Me frustré, y empecé a pegarle con más "hincha" y, dándole de lleno muchas veces, agarró uno de mis tobillos y me tiró al suelo.
- Esto era lo que yo quería, ahora vamos a perfeccionarlo - dijo satisfecho.
                Se llevó toda la tarde enseñándome llaves y como deshacerme de ellas, como partir brazos y piernas sin emplear fuerza y poniéndolas en práctica - hasta un punto, claro -. La tarde pasó bastante rápida, cuando nos dimos cuenta ya eran las 10 y la verdad, me lo pasé bastante bien.
                Subimos las escaleras y cerramos esa puerta, para ir a cenar. En la mesa, me di cuenta de que mañana era lunes, o al menos eso creía.
- ¿Mañana qué día es? - pregunté sin levantar la vista del plato.
- Lunes - contestó rápidamente Daesung.
- Entonces, ¿podré ir a la universidad? - pregunté ansiando un sí, allí al menos podría verlas, aunque tuvera que mentirles. Todos miraron a G-Dragon.
- ¿Crees que serás capaz de mantener todo esto en secreto? ¿De mentirle a tus amigas? - preguntó seriamente
- Según el perfil, puede mentir muy bien cuando quiere - saltó T.O.P.
- Está bien... - dije mirando a Daesung y a Taeyang, en realidad, puede que les haya cogido cariño, pero solo a ellos dos.
- Entonces haz lo que quieras. - dijo GD levantándose de la mesa.
                Todos acabamos de cenar y yo me quedé un rato hablando con T.O.P sobre las próximas clases. Me dijo que todavía tenían que ponerse de acuerdo, así que hasta mañana no sabría nada.
                Al cabo de un rato, decidí ir a acostarme, ya que a la mañana siguiente tendría clases, y no quería para nada faltar. Me puse rumbo a mi habitación, me puse el pijama y me eché a dormir. Me levanté tarde esta mañana, así que me va a ser difícil dormir ahora.
                Pasaron unas cuantas horas y me era imposible dormir, algo no se despegaba de mi pensamiento, a ver si adivináis qué era. Aunque ya hacía un rato que lo escuché entrar, sé que está sentado detrás mía, lo escucho respirar. Se creerá que estoy dormida...
- ¿Esto lo haces con todas las chicas? - pregunté susurrando y sin girarme.
- Todas las chicas que conozco son de un polvo y no te he visto en mi vida – contestó.
- Oh, entonces yo soy de esas - me resigné.
- Si fueras de esas hubiera hecho esto -
                Y de repente sentí como una mano tiraba de mi hombro poniéndome boca arriba en la cama, cómo se echaba encima mía. Me miró a los ojos y empezó a pasar de ese beso "dulce y superficial" a una batalla campal entre mi lengua y la suya. Sus manos se posaban sobre mis caderas mientras las mías desordenaban ese pelo el cual cambiaba todos los días de color. Las mantas y la ropa empezaron a estorbar. Cuando quise darme cuenta mi cuello tenía una marca roja casi morada y estaba en ropa interior, así que me decidí a hacer lo mismo. Le quité la chaqueta a el "dragoncito" y junto a ella la camiseta, acabando las dos en el suelo de la habitación, dando una vuelta sobre la cama y poniéndome encima suya. Cuando me paré a observar su esbelto cuerpo, pude apreciar una cosa: tatuajes. Y no uno precisamente. Entre su clavícula y su hombro izquierdo se encontraba una bola de dragón - un tanto irónico - y en ese mismo lado, en el costado, las palabras "Mind Control" en horizontal con letras derretidas se fundían en su costilla. En el otro costado, en horizontal, bordeando todo su largo tronco se encontraban las palabras "Forever Young". En sus antebrazos tiene las palabras "Moderato" y en el otro "Dolce Vita" en el cual, bajo estas palabras, se encontraba una especie de corazón corriendo.
- Wow... - dije sorprendida
- ¿Ahora te das cuenta de los tatuajes? - preguntó y asentí, nunca lo había visto si no fuera con chaqueta de mangas largas - Te falta uno - dijo divertido.
                Recorrí con la mirada su cuello y su torso pero nada más. Él rió y levantó su hombro derecho, me levanté un poco y le dejé darse un poco la vuelta.
- Too fast to live, too young to die. - leí
                No me dio tiempo a reaccionar cuando ya volvía a estar bajo su cuerpo casi desnudo, así que mis manos fueron a parar a la hebilla de su cinturón y, con su ayuda, pude quitarle los pantalones y lanzarlos con el resto de la ropa.
- ¿De veras quieres convertirte en un polvo y adiós? - me preguntó justamente antes de entrar en mí.
- El adiós ya lo tengo, así que al menos déjame quedarme con el polvo. - me dolió más a mí decir esto que a él escucharlo - Así que sigo esperando algo de tu crueldad.
                En ese momento el "dragoncito" - aunque yo le quitaría el diminutivo - entró en mí de sopetón, sin previo aviso.
- ¿Quieres crueldad? Puede que te deje probarla un poco.
                Se dio la vuelta dejándome a mí encima suya, agarrando mi pelo y doblando mi espalda, recorriendo lo más profundo de mis entrañas. No sé de donde, sacó ese collar navaja extraño que siempre lleva él y empezó a rajar mi tripa, cortes no muy profundos, pero después subió a mi cuello, viciándose con él, cortando profundamente y succionando mi sangre.
- ¿Puedo empezar? - preguntó antes de salir de mí, para volver a entrar con más fuerza.
                Sus movimientos cada vez se volvían más frenéticos, más insanos. Mi espalda se quejaba mientras gotas de sangre bajaban por mi cuerpo y mi tripa llegando a su pecho y manchando algún que otro tatuaje mientras un gemido se me escapaba.
                Sin soltar mi cabello, dirigió mi oído hasta su boca.
- Te juro que como alguien nos escuche, no lo vas a poder contar. - me amenazó.
                El tono con el que lo dijo y el choque de su susurro contra mi tímpano hizo que otro gemido se deshiciera en mi garganta mientras él se levantaba y dejaba nuestras cabezas en los pies de la cama, tomando él el control totalmente. Puso mis piernas sobre sus hombros y agarró mis muñecas sobre mi cabeza con una mano, mientras con la otra tapaba mi boca. La cama crujía, aunque no quisiéramos nos oirían, así que el líder se levantó y me tiró al suelo, imitando la postura que habíamos tomado anteriormente en la cama. Al estirar mis brazos, se dio cuenta  de que él no era el único que tenía tatuajes: mi electrocardiograma. Un gruñido salió de entre sus dientes haciendo que sus movimientos se volvieran adictivos, sin dejarme oportunidad de rendirme u oponer resistencia. Bajo su mano, su nombre quería salir por los huecos que había entre sus dedos. Sus empujones llegaron al máximo de su fuerza y velocidad, sintiendo como una corriente prácticamente eléctrica pasaba por todo mi cuerpo, acelerando mi corazón y ralentizando mi cerebro. Un gemido consiguió escapar lo que hizo que G-Dragon destapara mi boca para soltarle una bofetada a mi rostro.
- Aprende - susurró - Así no volverás a pedir mi crueldad.
                Me era imposible hablar, como soltara palabra mis cuerdas vocales desharían el nudo que se hicieron para no emitir ningún sonido. Su mano recobró su sitio mientras él se podía dar el lujo de quedarse junto a mi oído y, a parte de respirar contra mi cuello, gemir contra el lóbulo de mi oreja. Eso hizo que apretara los párpados, cerrara los ojos y llegara, junto a él, a donde nadie nunca me había llevado.
                Kwon Ji Yong salió de mí, acabando en mi estómago y mi pecho, mezclándose con mi sangre - la cual él también tenía sobre su torso - y se dirigió hacia el baño. Yo, sin poder levantarme, cerré los ojos y respiré ahora que podía.
                Lo escuché salir por la puerta con mis ojos totalmente cerrados, me podría morir ahí en medio que nada importaría. De repente, empecé a sentir un líquido frío recorrer los cortes de mi cuerpo, abrí los ojos y ahí estaba: el cruel líder estaba curando mis heridas. Primero me bañó en lo que supuse que era agua oxigenada, luego roció algo de betadine con un algodón sobre estas rajitas y levantó mi pelo haciendo lo mismo con los dos cortes que estaban bajo mi oreja derecha. Le miré con un gesto confuso y me cedió la mano para levantarme, destapó la cama y me echó en ella.
- Buenas noches - se despidió mientras iba en busca de su ropa.
                En ese momento, un impulso salió desde mi corazón y a través de mis nervios llegó a mi mano, agarrando la suya, impidiéndole que se marchara.
- Duerme conmigo - le rogué, mi cabeza ya estaba totalmente perdida.
- No te acostumbres - una sonrisa de satisfacción asomó mientras se tiraba a mi lado.
                Entre sus brazos al fin pude dormirme, escuchándolo justamente antes de perder la consciencia.
- Y es por esto, por lo que nunca serás como las demás... - maldijo y me dormí con los rápidos latidos de su corazón y su respiración pausada.

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