- Twitter: Anna_Baye
- Tipo: EXO, Baekhyun, hetero, idol x fan, oneshot, menores 18
Ya es negra noche y tu sigues en
la biblioteca estudiando. Solo faltan dos días para que empiecen los exámenes
finales, y estas estudiando todo el tiempo que puedes para poder sacar la nota
que te va a ayudar a poder entrar en la universidad que tu quieres. La sala en
la que te encuentras ya casi esta vacía, la gran mayoría de los estudiantes ya
se han ido a casa para dormir. Aún así, tu no puedes marcharte aún, simplemente
por dos motivos. No tienes carné de conducir, por lo que tus viajes se rigen
por los horarios del autobús, y aun queda como media hora para que el siguiente
pase.
El otro motivo ya es más
complicado, empezando por que también te impide estudiar todo lo que desearías.
Dos mesas mas debajo de la tuya, en la otra hilera, está él, Byun Baekhyun.
Nunca te has atrevido a hablar con él, pero siempre que esta en la misma sala
que tú, tus ojos se desvían inconcientemente hacia él, con su sonrisa dulce que
para ti ilumina toda la estancia.
Y ahora no es menos. Con su mano
removiendo su pelo rubio, oculta su cara de tu vista detrás de su brazo,
concentrando mientras estudia. Suspiras levemente, pero se oye por toda la
sala. Sigues sin poder despegar tu mirada de él, por lo que optas por colocar
tus dos manos a los dos lados de tus ojos, sin dejarte ver nada más que el
libro abierto.
Pasan los minutos y tu apartas
la mirada del libro. Has conseguido acabar a tiempo, aun quedan quince minutos
para que el bus llegue. Desvías tu mirada hacia la ventana de tu lado. Todo
esta completamente negro, solo la luz de la luna entra des de fuera. Te ves
reflectada en el vidrio por la luz de sobremesa que tienes abierta. Y por lo
que ves allí reflectado, te niegas a desplazar tu mirada. A través del vidrio,
puedes ver como a tu lado hay alguien de pie que reconoces. Su camiseta negra
con una camisa abierta blanca por encima, y esos pantalones blancos resaltan
por encima del negro cielo que se ve.
Elevas un poco la mirada, sin
dignarte a mover la cabeza, para ver la cabeza de ese cuerpo que siempre te
deja sin aire en los pulmones y ves sus ojos negros con el brillo que le
caracterizan. Poco a poco, notas como toda la sangre sube hacia tus mejillas,
por lo que apartas la mirada y empiezas a guardar tus cosas. Hasta que su voz
te detiene.