jueves, 26 de abril de 2012

SU ENCANTO ES EL DE LUCIFER

- Autor: Kevin
- Twitter: @FanboyFrustrado
- Tipo: 2min --> Taemin x Minho + un leve OnTae --> Onew x Taemin (SHINee), yaoi, +18, lemon, oneshot (fic corto)


La fiesta.


Era uno de los hijos herederos de un director de hoteles, igualmente eso no me hizo querer seguir con el negocio familiar, más bien había abierto un restaurante de lujo el cual organizaba banquetes, bodas, comuniones, fiestas y cenas familiares por supuesto, aunque no fuera asequible para todos.

Hoy era el cumpleaños de uno de mis hermanos y me habían invitado a la fiesta que suponía que no iba a ser pequeña, conociendo a mi familia invitarían a cualquier conocido el cual aunque no le importara en absoluto que fuera el cumpleaños de mi hermano irían para degustar comida de lujo del hotel de mi padre.

Sobre las 20:00 estuve delante de la puerta del grandioso hotel de 5 estrellas llamado “The Shine”. Un cochero me abrió la puerta de mi BMW negro y salí dándole las llaves para que fuera a aparcarlo. Vivía prácticamente al lado de allí.

- Bienvenido señorito Minho. - Me dijeron las recepcionistas las cuales después de pasar delante de ellas se pusieron como locas a susurrar lo guapo y elegante que era creyéndose que no las podía oír.

Entré en el gran salón saturado de gente vestidos de etiqueta y de camareras y camareros que pasaban entre los invitados con una bandeja de bebidas y aperitivos. Al comenzar mi marcha hacía mi padre y mis hermanos, los invitados me hicieron un “pasillo” despejándome un camino para poder pasar sin ninguna dificultad y para devorarme con sus miradas que se clavaban en mí y susurraban cosas.

- Buenas noches padre. - Dije inclinando mi cabeza ante él.

Digamos que mi padre me consideraba como el hijo rebelde de la familia por no querer heredar sus hoteles, y por ello me guardaba cierto rencor. Mi hermano mayor feliz de verme vino a darme la mano.

- ¡Hermanito! Gracias por venir, se que no te gustan estas fiestas. - Tenía razón.

- De nada, faltaría más, Felicidades. - Dije con una sonrisa. - 23 años ya, parece que fue ayer que jugábamos en la mansión de padre a hacer que los empleados renunciaran.

- Shh eso nadie debe saberlo, papa nos mataría. - Me dijo riendo.

Un chico más bajo que yo y bastante mono se acercó tímidamente para saludar a mi hermano y felicitarlo.

- ¡Oh! Taemin, finalmente has venido. - Mi hermano me miró. - Minho, permite que te presente a Lee Taemin, es el hijo de el repostero de mi hotel, dicen que tiene unas manos de oro para hacer cosas dulces pero aveces es muy torpe.

- Jon-Jonghyun no deberías presentarme de esa manera... - Dijo el rubio llamado Taemin tímidamente sin osar levantar la mirada.

- Encantado. - Le dije. - Yo soy Minho. - El chico se sonrojó bastante y pareció querer irse de allí lo antes posible, mi hermano Jonghyun le revolvió el cabello suavemente mientras se reía.

- Aigo, tan tímido como siempre. -  Suspiró mi hermano.

La noche pasó rápidamente, me pasé la mayoría del tiempo que podía observando a aquel chico llamado Taemin; me parecía tan guapo y mono con esos gestos suyos, que a cada vez que no me hablaran me detenía a observar si hacía alguna patosidad y yo sonreía discretamente mirándolo. Me sentía como un acosador, pero ese chico me atraía, su personalidad, sus gestos, sus movimientos, tan tímido, adorable y lindo que era imposible que no me fijara en él.

Después de beberme varias copas de cócteles sentí la llamada de la naturaleza y tuve que ausentarme a los baños públicos. Los baños estaban ocupados de cuatro cabinas, dos lavaderos con grifos de estos que pones las manos debajo de ellos y se activan automáticamente y varios inodoros al lado de estos. Fui rápidamente a uno de los inodoros desabrochándome por el camino el cinturón, el botón de mi pantalón y bajando la cremallera. Saqué mi miembro y en el momento que iba a comenzar a orinar alguien entró, no me importó mucho y ni presté atención para ver quien era. ¿Pero acaso no se había movido? No pude oír ningún sonido de paso y parecía que se había quedado en la puerta. Decidí mirar y me sorprendí de tal forma que dí un paso hacía atrás.

- ¿Min-minho...? - Su cara estaba extremadamente roja y su mirada se paró por un instante en mi miembro que por descuido mío aun estaba afuera colgando y se estaba levantando con solo mirar a ese chico. No sé quien de los dos tenía más vergüenza.

- Oh dios. - Dije intentando guardar mi miembro dentro de mi ropa interior consiguiéndolo más o menos.

En ese momento solo deseaba salir de allí, yo también estaba ruborizado y no sabía que hacer. Dí un paso al igual que él dirigiéndose a las cabinas. Pero de repente no sé como se las arreglo que tropezó con su propio pie y se dirigía hacía el suelo, corrí para atraparlo antes de que cayera y sujetarlo de frente exitosamente pero provocando que nuestras caras quedaran a pocos centímetros. Nuestras respiraciones chocaron y él, cuando abrió los ojos, apartó su rostro y se puso rojo de nuevo. Dejé que se incorporara y salí de la habitación para no provocar nada más. Creo haber oído un “Gracias” viniendo de aquel chico que intentaba recuperar su respiración, me lo habría comido allí mismo pero habría sido totalmente extraño y habría parecido un violador, y no quería que pensara eso de mí, por ahora prefería que me viera como “Su salvador” o que me debía una.

Tras cantarle a Jonghyun, me fui de la fiesta volviendo a mí casa y mientras conducía no podía parar de pensar en él. Llegué a mi casa, subí a mi cuarto, me quité la ropa y me eché en mi cama durmiéndome más pronto de lo que pensaba que iba a hacerlo.


¿Cómo lo haces?


A pesar de que no me suela poner tonto si bebo de más, ni yo me libro de una pequeña resaca, así que aquí estaba asentado en la cocina bebiendo un buen tazón de café negro con algo de azúcar, aún tenía una hora antes de tener que ir a mi restaurante. Sí, aunque sea el jefe y normalmente no tengo por que estar ahí siempre, me gustaba ir para comprobar que todo el mundo hiciera su trabajo y para ver si los clientes estaban a gusto, además si me lo pedían o se requería podía ponerme a tocar el piano para crear música de ambiente, dicen que se me da bien.

Me dí una ducha fría para terminar de despejarme de la resaca y luego me fui en mi Porsche 911 blanco. Me gustaba bastante los coches y tenía varios metidos en el inmenso garaje para usarlos según la situación.

El Restaurante estaba tranquilo, eran las once de la mañana y solo había algunos clientes desayunando. Me acerqué al gerente para ver si había alguna novedad.

- Buenos días señor. - Me dijo, odiaba que me llamaran “señor” ¡Solo tenía 22 años!  Hice ademán de fruncir el ceño. - Lo siento, buenos días señorito Minho. - Sonreí

- Buenos días Onew. ¿Alguna novedad?

- Pues lamentablemente, nuestro repostero ha recibido una propuesta de trabajo en una tienda de repostería en la cual aprenderá de uno de los maestros.

- ¡Oh! Es una pena, pero era lo mejor para él, ¿Estás efectuando los trasmites para buscar al que ocupara su puesto?

- Por supuesto, a las tres de la tarde tenemos la primer entrevista con cinco de ellos. - Me dijo mirando su bloc de notas.

- Cómo me esperaba, perfecto estaré allí. - Le dije y luego me fui a saludar a algunos clientes y a los empleados.

Decidí dar una vuelta por la ciudad para mirar y comprar ropa o cualquier cosa que se me encaprichara a pesar de que no era en absoluto caprichoso... Solo para algunas cosas, cómo él por ejemplo. Ahora volvía a pensar en ese chico rubio llamado Taemin el cual fue de los únicos que logró que me avergonzara... ¡Para no hacerlo con semejante escena! Me reí un poco para mí mismo y miré el reloj. Que rápido había pasado el tiempo, ya eran las tres menos diez.

Volví al restaurante y Onew me dirigió hasta la sala donde estaríamos yo, él y el jefe de cocina, actuando de “Jueces” para elegir al repostero, igualmente yo tenía la última palabra claro.

Eran dos chicos y tres chicas según me había dicho Onew, igualmente en breve los iba a ver. Entramos en la sala y mis ojos fueron directos hacía el chico rubio, ¿Qué hacía él aquí? Me sonrojé al igual que él cuando me vio.

Me asenté en mi sitio respectivo y no pude examinar a los otros, solo podía mirarlo a él...

¿Como haces para captar de tal manera mi atención?

Los cinco traían cada uno un postre hecho por ellos mismos, el de Taemin era una isla flotante con chocolate y caramelo bastante apetecible. Un camarero nos sirvió una porción de cada postre en un plato. Me habría gustado comerme aquella isla flotante entera, aunque admitiré que no es lo unico en esa sala que deseaba comerme...

Me comí los otros los cuales no estaban nada mal y luego empecé con el de Taemin tras beber un poco de agua. El chico rubio evitaba mirarme a los ojos y nada más miraba a Onew, ¿Por qué? No le dí importancia en ese momento y disgusté la magnifica isla flotante.

Después de que cada uno se presentaran y dijeran por que tendríamos que elegirlo a él o ella los tres "Jueces" discutimos en la sala de al lado.

- Quiero al chico llamado Taemin. - Dije enseguida imponiendo mi autoridad.

- La verdad es que esa isla flotante era muy buena. - Dijo el jefe de cocina

- Pues nos quedamos con Taemin. - Dijo Onew enseguida.

Genial, iba a verlo cada día. Él solo en aquella sala con harina, azúcar y cualquier ingrediente para hacer el mejor de los postres, podría comérmelo con la mirada, por ahora.

- Tras debatirlo, hemos decidido quedarnos con el señorito Lee Taemin, su isla flotante nos ha cautivado. - Dijo Onew, Sonreí inevitablemente.

- Te presentaremos a los empleados y te daremos algunos consejos a lo largo del día. También queremos ver como trabajas así que te evaluaremos hasta que veamos que no es necesario. Felicidades y suerte. - Concluí. - Gracias por presentaros. - Dije a los demás los cuales asintieron y agradecieron la entrevista aunque no los hubiéramos elegido.

- Yo me ocupare de evaluarlo, Ocupate de los invitados. - Le Dije a Onew cuando todos salieron. El asintió y se fue.

- Bueno, sígueme, te mostrare donde trabajaras. - Hice como si no lo conociera para evitar volver rememorar ese "Accidente" que tuvimos en aquellos baños, prefería olvidar eso.

Él no hablaba, me miraba tímidamente de vez en cuando pero la mayoría del tiempo miraba al suelo para no encontrarse con mi mirada, me sentía como un acosador mirándolo de esa forma.

Abrí la puerta de la sala de repostería y le invite a entrar en primero, él asintió y entró tímidamente. Pareció despertarse al ver la sala; Era de un tamaño mediano, brillante con muebles marrones y modernos, varias neveras de grandes dimensiones, diversos hornos y microondas, el lugar de trabajo perfecto para un repostero.

- Bien, hoy dejare que te vayas acostumbrando a este lugar y recordando el emplazamiento de las cosas. - Dije mirándole a los ojos.

- De acuerdo, gracias por todo Señor Minho... - Su actitud había cambiado, seguía teniendo la cara de ese tono carmesís pero se le había ido un poco la timidez y parecía concentrado.

- Llamame solamente Minho. - Le dije con una sonrisa, ¿Por qué sonreía tontamente y sin motivo? - Te mostrare donde está lo básico.- El pareció que se iba a negar pero yo ya estaba abriendo cajones y puertas de armarios, el hizo lo mismo y intentó recordar donde estaba todo siguiéndome.

Me paré en brusco y me giré, él no pareció ver que hice esto y chocó contra mí, su cara contra mi pecho y sus manos en mi cintura al haber intentado evitar el choque al último momento sin éxito. Se quedó rígido y inmóvil. No pude contenerme y un impulso me llevó a que le revolviera su cabello con una de mis manos, al hacerlo pareció volver en si y se retiró tímidamente.

- Lo-lo sien-siento. - Me dijo totalmente rojo y mirando al suelo.

- No pasa nada... - Respondí

Lo deseaba, quería comérmelo allí mismo.


Manos de oro.



El día anterior se me hizo demasiado corto - como siempre que lo veo -. Taemin estuvo el resto del día anterior alejado de mí, lo podría comprender de cierta forma.

Cogí mi coche y me dirigí ansiosamente hacía mi restaurante, hoy llovía y había tormenta.

A mitad del camino en una parada de autobús pude reconocer perfectamente ese cabello rubio y esa estructura fina y perfecta. Me paré delante y abrí la puerta del copiloto desde mi asiento. Taemin me miró un poco confuso.

- Entra, vayamos juntos. - Dije en voz bastante alta para que me escuchara.

- No-no hace fal-falta. - Dijo temblando y tiritando.

- No era una pregunta. - Dije autoritario. - O entras solo o voy a por ti. - Sonreí maliciosamente en cuanto se levantó y entró en el Audi A4. Me volví a poner serio.

- Gra-gracias.

El chico estaba muy tenso, se tenía rígido contra el respaldo del sillón y sus brazos estaban tensos con ambas manos apoyadas en sus muslos. Un Rayo cayó cerca y el casi salta del asiento, sonreí.

- ¿Te dan miedo los rayos? - Le dije amablemente, él solamente asintió y agachó la cabeza .

De repente otro rayo cayó y juraría que chocó en el coche el cual se quedo sin electricidad y al poco tiempo dejó de andar pero el tiempo suficiente para que yo pudiera “aparcar” -si a eso se le llamaba aparcar- en un lado de la cera por precaución de que sucediera lo que sucedió, al fin y al cabo es mi primer coche y no recuerdo haberlo llevado a una revisión, fallo mío. Vaya, en parte tenía vergüenza, le había ofrecido llevarlo y ahora no podía, pero por otra parte... Las puertas no se podían abrir.

- ¡Vaya, joder! Se ha quedado sin electricidad, supongo que pronto volverá, solo es cuestión de tiem...  - No pude terminar de hablar ya que me quedé sin ese sentido, otro rayo había caído bastante cerca y Taemin sobresaltado se había abrazado a mi costado y ahora no se separaba. Chico estúpido, ¿Acaso lo haces a propósito, tanto quieres que te coma?

- Hyu-Hyung, ten-tengo mie-miedo. - Me dijo dulcemente, me derretí como se derrite el chocolate al sol.

Acaricié su pelo suavemente susurrando “no pasa nada, ya volverá”. Él tan vulnerable como lo estaba ahora mismo, no podía hacerle nada, es como si ves un conejo blanco esponjoso asentado delante tuya y tu con un fusil de caza, si tienes corazón es imposible de que le dispares.

La electricidad volvió y pude arrancar el coche de nuevo. Taemin se separó y yo conducí tranquilamente hasta el restaurante.

Al llegar todo el mundo había estado preocupado, les conté que había pasado – Sin dar mucho detalles – y Taemin y yo fuimos hasta su sala de trabajo. Hoy el rubio tenía que preparar los postres que le pidieran. Una vez más al entrar en aquella sala su timidez pareció desaparecer y se puso mano a la obra.

Preparaba un pastel de chocolate y al terminarlo lo miré riendo. Tenía ambas manos manchadas de chocolate y también la cara con algunas manchas.

- Espera.. No puedes desperdiciar esto – Dije señalando el chocolate que él mismo había elaborado – Ven aquí y déjame probarlo.

Aunque sonara pervertido, él se acercó a mí y me tendió sus dedos ruborizándose. Tomé su muñeca y lamí sus dedos con mi lengua de manera provocativa, pasándola entre sus dedos, lamiéndolos desde la base hasta la punta.

- Delicioso. - Dije pasando mi lengua por mis labios al terminar de lamer el chocolate que tenía en esa mano. Me estaba excitando.

Y él de repente empezó a lamer el chocolate que tenía en su otra mano, tímidamente pero explícitamente. Al verlo a tan pocos centímetros de mí lamiendo su mano de esa forma... No pude evitarlo y mi zona sensible se abultó de manera muy llamativa, él miró de reojo hacía aquella zona y de manera satisfactoria terminó de lamer sus dedos.

Alcé mi mano para recoger el chocolate que tenía en su rostro y él me cogió la mano y empezó a lamer mis dedos. Mis pantalones iban a reventar.

Me lo tomé como una invitación y lo rodeé de su cintura cuando acabó de chupar el chocolate de mis dedos, lo levanté pegándolo contra mi cuerpo y lo asenté en un encimera. Iba a buscar sus labios pero no, quería guardar el beso para otro momento más romántico. Dí pequeños mordiscos en su cuello y me regalé con esos dulces gemidos que salieron desde su garganta. Levanté un poco su playera tocando su piel pero de repente, el timbre sonó. Solicitaban el postre cuanto antes. Me retiré  rápidamente de él en el momento justo de que alguien abría la puerta. Taemin se bajó de la encimera  y tomó el pastel dirigiéndose hasta el camarero que entró mirándonos detenidamente, no nos había visto.

Maldita intromisión, al mismo tiempo me viene bien, terminaré lo que empecé en otro momento en el cual nadie nos interrumpirá.



Nadie más puede tocarte, ¿vale?


Durante tres días tuve que atender unos asuntos y no pude pasarme a “Observar” - o “acosar”- a Taemin, de esto se ocupaba Onew en mi ausencia.

Principalmente los asuntos que tenia que atender eran cosas que tenían que ver con la dichosa herencia que mi padre me intentaba de quitar, digamos que si me deshereda completamente yo tendría que recortar gastos para no caer en banca rota y eso era un poco complicado. Además la salud de mi padre cada vez iba a peor y bueno, ya mismo llegaría su hora.

Conducí excitado y nervioso hacía mi restaurante, tenía unas ganas locas y destructoras de verlo, en pocos momentos podía quitármelo de la cabeza.

¿Definitivamente me habré ya enamorado de él?

Al entrar en el restaurante todos los empleados me saludaron alegremente, solo faltaba Él y Onew. No quise ser muy descarado y antes de entrar en la cocina verifiqué varias cosas en el restaurante, solo después de esto entre en la cocina.

Mi alegría fue pisoteada en cuestión de segundos. Allí estaban los dos, Onew con una cuchara grande de madera en sus manos moviendo algo en una olla y Taemin detrás suya pegado a su cuerpo sujetando las manos de Onew.

- ¿Qu-Que estáis haciendo..? - Dije tartamudeando, tenía miedo, miedo a haber sido demasiado lento y que otro haya robado mi presa.

- ¡Oh! Minho. - Dijo Onew al mismo tiempo que Taemin se retiró rápidamente casi chocando contra la pared. - Pues Taemin me enseñaba el movimiento correcto para mover el chocolate fundido. - Me dijo con una sonrisa.

Eso ya lo había visto, lo que quería era una explicación de por que estaban pegados el uno contra el otro. Mi corazón quería escuchar una explicación que dijera que Onew era muy torpe y por eso Taemin tuvo que ayudarlo de esa forma, pero mi corazón no creía en esa explicación y ahora mismo estaba congelado.

No quería parecer celoso ni borde, cosa que seguramente pasaría si me quedaba en esa sala así que asentí y me despedí con la mano intentando hacer como si no me había importado aquella escena y luego salí de la sala.

Decidí volver a casa y tomarme una ducha de agua fría para despejar aquella imagen de mi mente, inconscientemente empecé a pensar en aquella vez que nos interrumpieron y en aquella escena de Taemin lamiendo sus dedos y luego los míos... Comencé a masturbar mi miembro impacientemente y al poco tiempo me sentí liberado y mucho mejor.

 Mi instinto hizo que acabara volviendo al restaurante, solo para tener a esos dos vigilados y controlados. Hice que Onew se encargara de sus tareas y dejara a Taemin trabajando tranquilo.

Ya era de noche, y había comenzado a llover, no había tormenta, era simplemente gotas finas cayendo, las cuales a lo largo de la noche se fueron haciendo más y más grandes hasta convertirse en goterones.

Hoy había una cena por el aniversario de bodas de uno de mis clientes así que me senté en el gran y lujoso piano de cola y comencé a tocar melodía de ambiente sin demostrar lo virtuoso que podía llegar a ser para no llamar la atención de todos los invitados.

Estuve sumergido en las teclas durante horas y horas y cuando los clientes se fueron me levanté a por una botella de vino y una copa. Tenía ganas de beber un poco, sin pasarme claro está.

Poco a poco los empleados se fueron yendo y solo quedábamos Taemin; el cual aun limpiaba la cocina, y Onew que preparaba las mesas para la gente que viniera a desayunar mañana.

- Bueno, yo ya he acabado. - Me dijo Onew enfrente mía aunque yo no osaba mirarle por si el pudiera notar el odio que podría traer mi mirada. - Nos vemos mañana, regrese a casa con cuidado.

- Vale, conduzca con cuidado. - Dije intentando de ser agradable sin saber si lo conseguí o no.

Finalmente y sin darme cuenta, me había pasado ligeramente con el vino, y mi cuerpo se levantó cuando Taemin salió de la cocina, dirigiéndose hacía él y tomándolo de la muñeca. Él se volvió rígido y bajó la cabeza sonrojado

- Ven, tengo que hablar contigo. - Le dije suavemente.

Conseguí “arrastrarlo” hasta el piano de cola y le dije que se asentara a mi lado. Empecé a tocar una melodía triste y complicada tras servirle una copa de vino la cual ni tocó.

- Toca usted muy bien el piano, ¿pero que es lo que me queríais decir? - me preguntó ruborizado intentando alzar un poco la voz para que lo escuchara perfectamente. Paré de tocar y tragué saliva.

- No te dejes tocar por nadie más que no sea yo. - Lo dije del tirón sin pensarlo y sin mirarle, y tras decirlo vi lo egoísta que había sonado esa frase.

Él apoyó su cabeza ligeramente sobre mi hombro y enseguida lo abracé siendo abrazado por él también. Ambos nos miramos durante un instante acercando nuestras cabezas. Su aliento agitado y nervioso chocó contra el mío que estaba a la vez nervioso pero seguro de si mismo. Humedecí mis labios con mi lengua y luego los estampé suavemente sobre los suyos. Sin alteración, sin nada más. Ambos fuimos los moviendo poco a poco suavemente sin precipitarnos y yo mismo tuve que interrumpir aquel beso por que no quería introducir mi lengua aún, eso nos excitaría y como me había pasado con el vino sabía que desde ese punto no podría dar marcha atrás.

Taemin parecía estar en éxtasis, no se movía hasta que me separé de él en cuyo momento se bebió el vaso de vino del tirón y se... ¿Desmayó? Volviendo a caer en mis brazos.

- Saranghae. - Dije susurrando con una sonrisa.

Aunque aquello era bonito, Taemin se había desmayado, y yo no sabía donde vivía. Pensé en llevarlo a mí casa, era mi única opción.

Lo levanté entre mis brazos como si fuera un bebé y salí afuera corriendo hasta el coche para evitar mojarnos mucho, lo dejé atrás tumbado y fui a apagar las luces y a cerrar el restaurante volviendo luego al coche casi empapado.

Conducí hasta mi casa y subí a Taemin a mí habitación, le quité los zapatos y lo metí en mí cama.

- Buenas noches, no te despiertes alterado... - Se me ocurrió cerrar la puerta de la casa con llave y esconderla, no sabría decir el por qué exactamente, pero no quería que se fuera así sin más, aunque a la vez no sabía si él seria capaz pero siempre tomo precauciones.

Fui a dormir a la habitación que estaba justo al lado de la mía - la de los invitados – y conseguí dormirme al poco tiempo.



Antes del amanecer


Algo o alguien entrando en mi habitación pareció despertarme, no quise abrir los ojos hasta que ese alguien se tumbó a mi lado abrazándome. ¿Taemin?

Me giré sin hacerle ningún tipo de pregunta y lo abracé también tocando el bajo de su espalda con una mano y su nuca con la otra. Su piel era tan suave, tan perfecta.

Taemin entreabrió su boca dejando estampar su dulce aliento en mis labios los cuales estaban a la vez a pocos centímetros de los suyos. Lo besé tiernamente y el beso que comenzó de esa manera, poco a poco se fue volviendo más y más agresivo. Me situaba encima de él sin llegar a recostarme sobre él, con una de mis rodillas hincadas en la cama dejando su pierna izquierda entre estas. Mis manos habían cambiado de lugares; la izquierda se situaba en su cadera y la derecha lo agarraba del hombro empujándolo hacia mi. Mí lengua penetró en su cavidad acariciando y jugando con la suya y tocando sus encías y su paladar, mientras mis labios se movían ferozmente devorando los suyos.

La mano situada en su cadera fue levantando su playera hasta quitársela. Me separé de él poniéndome de rodillas y me quité la pieza superior de mi pijama. Observé su cuerpo semi-desnudo deleitándome con él.

Comencé a tocar esas porciones de piel desnuda de manera que el empezó a dar profundos suspiros los cuales acallé con un beso ardiente provocando que se trasformaran en dulces gemidos. Me retumbé un poco sobre él sin aprisionarlo pero provocando que nuestra piel desnuda estuviera en contacto al igual que su pierna allá donde yo aun estaba “Arrodillado” pudo notar la erección de mi zona sensible y yo mismo con mí abdomen que estaba prácticamente apoyado en su entrepierna pude notar su erección.

Comencé con un movimiento de vaivén frotando nuestros cuerpos excitándonos aun más. Él gemía con los ojos cerrados susurrando mi nombre, parecía que me pedía que me lo comiera y no lo hiciera esperar más.

Me separé de él lentamente dejándolo completamente inmóvil tal y como lo había dejado, extasiado. Y me deshice de la ropa que nos quedaba a ambos.

Me tumbé esta vez yo boca arriba y él se puso encima mía con nuestros miembros en contacto al igual que nuestro pecho, abdomen y labios.

Nuestros miembros se frotaban con el movimiento de cadera de Taemin y ambos gemíamos fuertemente. Él pareció correrse en mi abdomen pero yo aun no había terminado y quería hacerlo mío, sentirme dentro de él...
- Hyung, Hyung, son más de las 10, despierta. - Me decía Taemin el cual ahora estaba de pie al lado de la cama.

Lo tomé con un brazo con tanta fuerza que lo tumbé encima mía. Él estaba totalmente rojo y pareció darse cuenta de el bulto completamente duro situado en mi entrepierna la cual la tenía justo encima de la suya. Apartó la mirada intentando mirar a la pared del lado derecho.

- Escuche tu-tus gem-gemidos y vine aquí preocupado, ¿es-estas bi-bien?¿Tenías una pesadilla? - Dijo tartamudeando. Sí el supiera que lo que había tenido posiblemente había sido lo mejor que había soñado en toda mi vida no podría ni mirarle a la cara por la vergüenza.

Extrañamente me sentía demasiado caliente y sin fuerzas. Él acercó sus labios hasta mi rostro y los posó sobre mi frente como una madre hubiera hecho.

Lo que me temía, ya decía yo que estabas demasiado caliente y incluso estas sudando frío. - Dijo él centrado. - ¡Tienes fiebre, estas ardiendo! ¿Me puedes decir donde se encuentran los medicamentos?

- Sí... abajo en la cocina... en una caja con una cruz verde... - Dije sin fuerzas, Taemin se levantó y escuché como bajaba las escaleras rápidamente.


Comencé a  estornudar, probablemente me había resfriado con la lluvia de ayer.

Taemin volvió con un vaso de agua y una aspirina. Intentó de que me pusiera recto contra el cabezal de la cama poniendo algunas almohadas para que estuviera más cómodo. Me dio el vaso y la aspirina y esperó de pie plantado como un as de picas.

- Vamos, asiéntate a mi lado babo. - Dije sonriendo por su actitud.

Levanté la colcha para que el se pudiera meter tras quitarse mis zapatillas las cuales le quedaban graciosamente grandes. Se puso a mi lado con su típico rubor y evitando mirarme. Me tomé la aspirina y me dediqué un largo y silencioso tiempo a mirarle.

 Tan lindo como siempre..

- Si quieres tomarte una ducha adelante, toma lo que quieras. - Le dije intentando de romper el silencio. Él asintió y se levantó de la cama yendo a mi cuarto de baño rápidamente. - Y que ropa te vas a poner, te has ido tan rápido que ni me ha dado tiempo decirte que cojas cualquier cosa. - Dije a mi mismo ya que el ya no me escuchaba y me reí ligeramente ya que me veía de venir lo que iba a ocurrir.

Al cabo de diez minutos, Taemin salió del baño con mi toalla - la cual era bastante grande para cubrir todo su cuerpo – y me miró con un rojo intenso, su cuerpo parecía estar encogido debido a la timidez. Suspiré y reí.

Ya me encontraba mejor así que me levanté con una sonrisa de media luna.

- Veamos vente que voy a mirar si hay algo que me quede pequeño que te esté bien a ti. - dije aun riendo y dirigiéndome al armario sin mirarle para no intimidarlo más de lo que el ya estaba.

- Gra-gracias Hyung. - Dijo a mi espalda.

Agarré una camiseta que me estaba muy estrecha, un chándal pequeño y ropa interior. Me volteé y o mis ojos alucinaban debido a la fiebre, o me iba a volver loco de un momento al otro. Él, torpemente al dar varios pasos hacía mi se le había caído la toalla y ahora lo tenía totalmente desnudo y petrificado enfrente mía.


Imposible.


Dí varios pasos ansiosos hacía él y le tendí la ropa devorándolo irremediablemente con la mirada. No la quiso coger y dio un paso hacía mi abrazándome con su rostro hundido en mi pecho.

- Por favor, no te retengas, eso me humillaría aun más... - Me dijo susurrando con la voz quebrada.

 Al ver que yo no me movía al escuchar semejantes palabras, empezó a levantar poco a poco mi playera acariciando mi piel a la vez que lo hacía provocando que me erizara ante su contacto.

Levantó su rostro para mirarme con una expresión de niño chico que pide piedad. Estúpido, lo has logrado, acabas de sacarme de mis casillas.

Terminé de quitar mi camiseta, lo levanté en mis brazos y lo llevé hasta la cama dejándolo tumbado en ella con las piernas colgando en el aire. Me deslicé sobre él acariciando su piel y al llegar a su pezón, con tan solo presionarlo un poco el gimió dulcemente. Comencé chupar, retorcer, pellizcar y morder su pezón sin querer dañarlo. Sus gemidos eran como música a mis oídos, música la cual me excitaba y hacía querer devorarlo inmediatamente.

Dejé sus pezones de lado y fui directo hasta esos dos suaves y rosados labios, tan apetecibles que comencé a devorarlos sin previo aviso adentrando mi lengua en su cavidad de manera demasiada excitante tanto que noté contra una de mis piernas, como su miembro se había despertado definitivamente y esto hizo que el mío también se despertara.

Seguí deleitándome del sabor de su saliva y sus labios al mismo tiempo que comencé a quitarme el pantalón al mismo tiempo que mi ropa interior. Una vez ambos estábamos con la misma cantidad de ropa - ninguna – comencé a tocar ambos miembros con cada una de mis manos, suavemente, sin ritmo y sin apenas velocidad.

Taemin cada vez gemía más, gemidos que se ahogaban entre mis labios, gemidos demasiados dulces y inocentes. Quería oírlos más y más, y volverme loco con ellos.

Bajé lamiendo en una linea con mi lengua todo su cuerpo hasta llegar a aquel delicioso manjar el cual agarré de la base con mi mano haciendo que todo su cuerpo se tensara y luego comencé a lamerlo con la lengua como si de un helado tratase.

Él se tapó la boca para que sus gemidos no se escucharan demasiado, no tenía ningún motivo para hacerlo. Paré todos mis movimientos y intenté reincorporarme para ir a besarle.

- No es justo, quiero oírte gemir. - Le dije entre besos, entonces llevó una de sus manos hasta mi miembro comenzando a masturbarlo suavemente.

- Ahora te toca a ti hyung... - Dijo muy bajito tanto que tuve que deducir el resto de las palabras escuchando solo una parte.

Me tumbé al lado suya boca arriba para facilitar lo que el me quisiera hacer.

- Adelante... - le incité para que se desbloqueara y se acomodara tumbado entre mis piernas masturbando con ambas manos mi miembro.

Sus manos eran tan cálidas y suaves que se sentían genial, comencé a gemir y a suspirar irremediablemente observándolo

De repente, acercó sus labios rosados a mi miembro tocándolo con la lengua un tiempo breve y luego tímidamente comenzó a lamerlo al igual que como yo lo había hecho, como si fuera un helado. Al poco tiempo se lo metió en la boca provocando que me pusiera tenso debido al placer y que gimiera más fuertemente bajo el contacto de sus labios aprisionando mi miembro.

En el momento que el paró y se sacó mi miembro de la boca, me moví rápidamente para situarme en posición invertida a él y poder lamer su miembro al mismo tiempo que el lamía el mío, al mismo tiempo que ambos soltábamos gemidos ahogados.

- Hyung me voy a... - Supe que quería decir a pesar que un profundo gemido.

Su esencia pronto invadió mi cavidad colándose por mi garganta y impregnándome de aquel sabor agrío él cual no me importó ya que justo llegué al orgasmo.

- Taemin... - Dije a tiempo que me corría en su boca también.

Cuando terminé de vaciarme dentro de la boca de Taemin me dí la vuelta tumbándome al lado suya boca abajo, exhausto al igual que él.

Acaricié su mejilla con la palma de mi mano dedicándole una gran sonrisa provocando que se enrojeciera.

- Voy a ducharme, vístete, luego te llevare a tu casa a que te cambies y luego iremos a trabajar. - Le dije tranquilamente. Él solamente asintió.

Tras ducharme me enrollé la toalla alrededor de la cintura y salí del baño.

Taemin estaba sentado en la cama mirando al suelo, al verme salir me miró y volvió a agachar la cabeza, sonreí y fui a sacarme algo de ropa y empecé a vestirme ahí mismo de espaldas a Taemin.

- Venga, vamos. - Le dije a Taemin cogiéndole de la mano para que se levantara de la cama y luego lo llevara detrás mía por las escaleras y luego hasta el coche tras coger las llaves.

- ¿Donde vives? - Ni lo había pensado, no lo sabía, y ahora lo iba a saber.

Taemin me guió hasta su casa. Era amplía y bonita. Taemin volvió a los 10 minutos aproximadamente, su cara estaba cambiada y no mostraba tanta alegría. Conducí hasta el restaurante con un silencio algo incomodo pero no podía hacer nada para remediarlo por que no sabía que decir así que simplemente me callé.

Llegábamos un poco tarde eran ya las 13 y los clientes que venían a desayunar ya no estaban claro está. Taemin se fue a su cocina y yo dí la típica vuelta rutinaria comprobando que todo estaba bien pero en el momento en el que buscaba a Onew para pedirle noticias no lograba encontrarlo.

- No creo... - Dije para mi mismo dirigiéndome a la cocina.

Entré y allí estaban. Onew estaba asentado a pocos centímetros de Taemin encima de una encimera mientras Taemin preparaba una masa. Onew se dio cuenta de mí entrada y me miró.

- Minho, ¿necesitas algo? - Me preguntó Onew.

- ¿Por qué estas aquí? - Le contesté de manera cortante, Taemin se volteó para mirarme con la cabeza agachada.

- ¿Acaso no puedo? - Dijo arrogante. - O acaso es que... él es “tuyo”. - Siguió haciendo comillas con sus dedos en la palabra “Tuyo”.

Me acerqué hasta él con el puño cerrado pero no podía pegarle, no delante de Taemin, ¿qué le desmostaría así?

- Sí, lo es. - Dije desafiante.


El Lobo y el Zorro.



¿Por qué Minho había así delante de Onew Hyung? Él solo era cariñoso conmigo, no me había hecho nada malo para que Minho lo tratara así...

<< Onew me sonrió y me abrazó, no era igual que cuando Minho me abrazaba, Onew era tan cálido y cariñoso conmigo que aveces me confundía a mi mismo.

- Taemin... tu.... - susurraba Onew a mi oreja sin dejar de abrazarme.

De repente oí como si un tornado fuera a entrar en aquella cocina, Onew me soltó rápidamente y yo me volteé y seguí con la masa fría que antes estaba amasando. Era Minho, furioso.>>

- ¡Aish! - Dije sacudiendo la cabeza intentando de despejarme.

Me volteé boca abajo sobre la cama y giré la cabeza hacía la derecha para poder respirar y empezar a conciliar el sueño.


Hoy era domingo, y los domingos no trabajaba. Tenía el día libre, esperaba que no se convirtiera en un aburrimiento.

Oí un “Ring ding dong Ring ding dong” no muy lejano, me levanté y cogí el teléfono, no conocía ese número y no sabía si cogerlo, pero decidí descolgar para saber quien era.

- ¿Diga...? - Dije con un estúpido miedo.

- ¡Oh! Taemin, soy Onew. - Pude reconocer su particular voz y una alegría invadió mi cuerpo.

- ¡Hyung! ¿Qué tal?

- ¡Bien! Me preguntaba si... quería acompañarme al cine, quiero ver una pelicula pero no tengo a nadie con quien ir y no me gusta ir solo... - Me dijo con cierta timidez que apenas pude notar.

- ¡Claro me gusta ver películas en el cine! Dime a que hora y donde.

- Estate preparado para las 17:00, pasare a por ti en tu casa. - Dijo con alegría. - Voy a colgar

- De acuerdo, annyeong. - Contesté antes de que colgara.

Eran ya las 15:00 por lo cual tenía dos horas para prepararme, suficiente.

Tras ducharme, vestirme y recoger la habitación esperé en la puerta ya que eran las 16:50. Alguien llamó a la puerta poco después y mi madre le abrió.

- Taemin, cariño un chico muy guapo llamado Onew pregunta por ti. - La odiaba, me había puesto rojo y comencé a bajar la escalera torpemente mirando a mis pies.

- Annyeong Minnie. - ¿Por qué me había llamado así? Mis pies se liaron y acabé tropezando llendo inevitablemente a chocar contra el suelo pero unos brazos fuertes y rápidos me sujetaron.

- ¡Oh! ¿Hijo estas bien? - Dijo mi madre asustada

- Aigoo, sí estoy bien gracias a Hyung... - Levanté la cabeza y me encontré directamente con sus ojos que me miraban preocupados.

- Gracias por salvar al torpe de mi hijo. - Tierra, tragame.

- No es nada, fue un acto reflejo. - Contestó Onew a mi madre simpáticamente.

- Bueno, gracias de nuevo, cuida a mi hij... -

- Bueno, vámonos ya, adiós mama. - Dije reponiéndome y cortando la palabra a mi madre.

Onew inclinó su cabeza ante mi madre y pasó por la puerta tras de mí. Después de que mi madre cerrara la puerta me dirigió hasta su coche rodeandome a la altura de mis hombros con uno de sus brazos.

Al llegar al coche, él se adelantó y me abrió la puerta indicándome que entrara. Entonces no había caído hasta ese momento... esto era una cita.

Me encontré de nuevo con sus ojos mirándome con una sonrisa lo que me hizo querer evitarlos agachando la cabeza, tenía mucha calor. Entré rápidamente el coche casi corriendo y sin mirarlo.

El entró y al asentarse en su asiento se inclinó hacía mí quedando frente a frente y alzó el brazo para coger el cinturón, podía sentir su perfume y su respiración al tenerlo a tan pocos centímetros, simplemente me quedé inmóvil y supongo que colorado como el fuego.

- Vamos pues. - Dijo el mirándome directamente y son una ancha sonría. Al ver su sonrisa me sentía seguro y... ¿Qué era eso?

Condujo sin hablar, con la música de fondo a un volumen normal. El silencio entre nosotros no me era incomodo, más bien nunca me sentía incomodo junto a él.

Al cabo de un rato llegamos a los aparcamiento del cine. Había bastante gente, seguramente se había estrenado alguna película, hasta ese momento no pensé en “¿Qué película vamos a ver?”. Miré a la gran cartelera pensativo.

- ¿Hay alguna que quieres ver? - Me preguntó de nuevo con esa sonrisa que siempre hace que me ruboricé.

- N-no – tartamudeé. - E-elige la que querías ve-venir a ver, me gusta cualquier genero.

- Vale, entonces... ¿Vamos a ver paranormal activity 3? - Era una de terror, no me importaba me gustaba el genero aunque me asustara con facilidad pero de eso tratan esas películas.

Onew compró las entradas invitándome aunque yo rechazara mil veces, simplemente pidió dos y ya no pude rechazar, y entramos tras comprar bebidas y palomitas que pagué yo amenazándole que no le iba a hablar nunca más si pagaba aquello también.

Estábamos asentados arriba del todo y la gente que había se situaba a dos filas de nosotros. Podía escuchar los latidos de su corazón cuando las luces se apagaron y la sala se quedó en silencio antes de que la publicidad empezara.


Nada más comenzaron las escenas que te ponen tenso sobre el asiento, inconscientemente yo estaba abrazado al costado de Onew el cual solo tenía su barbilla apoyada en mi cabeza y me acariciaba la espalda con la mano de su brazo el cual me rodeaba.

Aun a pesar de tantas escenitas y las dichosas noches con aquellas cámaras en las que no sabes si va a pasar algo o no, intenté de ver una gran parte de la película hasta que mi móvil vibró en mi bolsillo. Lo cogí y miré a ver quien era bajo la mirada confundida de Onew. Era Minho.

- H-hola Minho. - Dije descolgando y tapándome un oído aprovechando que la escena parecía ser tranquila y silenciosa.

- Hola Taemin, yo... esto... me preguntaba si querías que pasara a por ti y fuéramos a algún... - Me decía hasta que la sala entera gritando interrumpió sus palabras. - ¿¡Qué ha pasado, Taemin estas bien!?

- Sí, no te preocupes, estoy viendo una pelicula en el cine con... - pensé por un minuto en lo que había estado a punto de decirle. - Con mi madre. - me sabía mal de mentirle pero la verdad le resultaría más dolorosa ahora que pensaba en él, cosa que no había hecho durante todo el día... Me dolía.

- Ah, bueno, entonces llamame cuando salgas. Voy a colgar... - Dijo algo decepcionado colgando a la vez que terminó de hablar.

Me sentía mal, como si lo estuviera traicionando pero... con Onew no tenía nada... O al menos eso creo, estamos teniendo una cita y no hace ni dos minutos estaba abrazado a él, aunque ni se podía comparar con lo que podía haber hecho con Minho...

Quise volver a intentar concentrarme en la película para no tener que pensar en todas esas cosas.

La película terminó y salimos del cine tranquilamente.

- Bueno, ¿quieres hacer algo más? - Me preguntó Onew al llegar a su coche

- Mmm... - No sabía que decir.

- ¿Vamos al algún parque cercano a tomarnos un helado?

- De acuerdo.. - contesté cuando me acordé que Minho me había dicho de llamarle cuando saliera de la sala. - Espera un momento, tengo que hacer una llamada.

- Vale, esperare dentro del coche.

En cuanto entró en el coche saqué mi móvil y busque el nombre de “Minho” en la agenda, al encontrarlo le dí al botón de llamada y por mi sorpresa me descolgó enseguida.

- ¿Sí Taemin? - Dijo nervioso, lo pude notar perfectamente en su voz. - ¿Saliste ya?

- Estoooo... Sí. - Le contesté tímidamente

- ¿Entonces... puedo pasar a buscarte dentro de una hora en tu casa? - Dijo Minho algo cortado. - Tengo ganas de verte. - Aquella frase me dejó helado.

- De acuerdo, te llamaré cuando haya llegado a mi casa. - dije algo preocupado de que Onew pusiera alguna pega...

- Vale, estaré esperando... Realmente quiero verte. - Mi corazón latía fuertemente con solo escuchar esas palabras.

Entré en el coche y miré a Onew con la cabeza agachada ligeramente y sonrojado claramente.

- ¿Qué pasa? - Preguntó.

- Pues... Mi madre quiere que vuelva a casa para ayudarle a hacer unas cosas... - Dije con pena. No me sabía bien mentirle pero lo había hecho con Minho también así que no pasaría nada, es como intercambio equivalente.

- ¡Oh! Bueno no pasa nada, te llevaré a casa. - Dijo con aire confiado.

Asentí y comenzó a conducir. No decíamos nada, a veces yo decía que esa canción me gustaba y daba opiniones a las cuales el comentaba también pero no había ninguna conversación fluida... En menos tiempo de lo que me esperaba llegamos a mi casa.

Onew me miró dulcemente y abrió su puerta para salir del coche y antes de que fuera a abrir la mía, yo la abrí y salí por mi mismo.

- Bueno, nos vemos mañana en el trabajo. - Dijo Onew con una sonrisa acercándose a mi.

Me quedé quieto sin moverme y el alzó su mano tocando mi mejilla con suavidad y tacto y luego me revolvió el pelo con esa misma mano. ¿Por qué me ha hecho eso? Bajé la cabeza y me encogí en mi mismo debido a mi timidez. Él solamente pareció sonreír.

- Bueno, me iré primero, adiós Minnie. - Dijo despidiéndose con la mano tras revolver de nuevo mi cabello.

Y simplemente, se subió en su coche y se fue. Me sentía aliviado en cierta forma; Onew era bueno y agradable conmigo tratándome con cariño y haciendo que me sienta bien cuando estaba con él. Pero... mi corazón volaba queriendo entrar en el de otro...

Al subir a mi cuarto llamé a Minho diciéndole que ya podía venir, él colgó rápidamente y pareció precipitarse.

Me arreglé un poco antes de que llegara. Y oí el timbre. Bajé rápidamente pero mi madre ya estaba abriendo la puerta.

- ¡Oh! Dos chicos guapos el mismo día... - Dijo mi madre.


El plan está trazado.



¿Cómo que dos chicos guapos el mismo día? ¿¡Quien demonios era el otro!? No quería pensar que era Onew pero aquello me parecía tan obvio..

- Lo voy a matar... - Dije aun sin moverme de mi sitio con el puño cerrado

- ¡No! - Gritó Taemin desde la escalera corriendo hacía mi. - ¿Mama puedes dejarnos? - Su madre se fue levantando los hombros.

Salimos fuera de la propiedad, agarré su mano y lo plaqué contra la pared levantando su mano a la altura de su cabeza.

- ¡Quiero explicaciones! - Dije implacable y gritando.

- Yo-yo... - Se llevó su mano libre a su cara y empezó a llorar. Aquello me partió el alma.

Incluso en estas situaciones haces que te ame tanto...

- Lo-lo siento, me he pasado... - Solté su mano y di un paso hacía atrás

Él acortó la distancia entre nosotros y agarró mi camiseta para luego ocultar su rostro en mi pecho, seguía llorando fuertemente.

- Lo siento mucho Taemin, no debería haberme puesto así. - Dije nuevamente sintiéndome mal.

- Hyung... Yo solo te quiero a ti. - Dijo susurrando entre sollozos de manera que me costó oírlo.

No sabía que decir, simplemente le abracé acariciando su espalda.

- Venga, calmate... no te volveré a alzar la voz así... - Dije dulcemente acariciando su pelo.

Taemin asintió y se separó de mi aun con lagrimas en sus mejillas fluyendo desde sus ojos. Alcé mi mano hasta su rostro para secarlas con el dorso de mi dedo indice.

- É-él me invitó al cine... no ha-había caído que aquello seria algo co-como una ci-cita – Dijo decaído con las lagrimas aun en los ojos. - Lo siento por mentirte pero tenía mie-miedo...

Sonreí tontamente, ¿enserio era el tan inocente como para no darse cuenta que Onew intenta ganárselo? Pero me da igual, Taemin es mío y de nadie más.

- Bueno... - Dije alargando la palabra. - Pero no me mientas nunca más ¿eh? - Volví a sonreír y le revolví el pelo.

Él no dijo nada, sonrió para si mismo agachando la cabeza mirando siempre al suelo.

- Bueno, ¿vamos a tomarnos unos helados pues? - Pregunté yendo hacía el coche.

- Va-vale pe-pero Hy-hyung...

Me giré y lo tenía a pocos centímetros de mi, él se puso de puntillas y dirigió sus labios hacía los míos los cuales reaccionaron rápidamente y se fundieron junto a los de él en un beso. Era un simple beso, pero que Taemin tomara la iniciativa me había sorprendido y... gustado.

Sonreí al verlo de nuevo ruborizado y mirando como siempre al suelo.

Al llegar al coche abrí su puerta para que entrara y luego fui a la mía para entrar igualmente.
Conducí hasta una heladería que estaba cerca de mi casa por lo cual la conocía y sabía que tenían unos sabores muy buenos.

El aire frío y todos esos olores impactaron sobre nosotros nada más entrar.

- ¿De que sabor lo quieres? - Le pregunté mirando la gran cristalera para saber de que lo iba a pedir yo, había tantos.

- Mmmm – Miró a su turno la cristalera y pareció pararse en uno. - De chocolate y fresa.

- Vale. - Atraje la atención de la camarera. - Dos de chocolate y fresa por favor.

- Arasso. - Dijo la chica que se puso a rellenar los cornetos con ambos sabores.

Tras pagarle y que nos diera los helados nos fuimos a asentarnos en la terraza, apenas había gente pero era normal, era otoño.

No sé por qué pero sabía que el empezaría a chupar el corneto ese de una manera provocativa aunque no lo hiciera queriendo. Llevaba unos días sin liberarme y eso se notó en el bulto de mi pantalón. Intenté de ignorarlo concentrándome en el helado pero era imposible, mis ojos se iban hacía esa lengua y esos labios suyos que devoraban aquel corneto de aquella manera.

Tengo ganas de él.

- Ya que me robaron el plan de ir al cine contigo... - Dije al acabar mi helado mirándolo, deseándolo. - ¿Qué tal si alquilamos una película y vamos a mi casa a verla?

Taemin dejó momentáneamente de darle mordiscos a la galleta del corneto prestándome atención y asintiendo tímidamente.

Acabas de caer de nuevo en mis redes pero esta vez sera peor...



La venganza está servida.


Fuimos al videoclub más cercano y estuvimos un buen rato mirando las películas que había para decidirnos. Igualmente aquello de la película no era más que una excusa. En realidad lo que yo quería era devorarlo de una vez por todas.

Una vez en mi casa le dije que se instalara que yo haría las palomitas y lo demás.  Cuando todo estuvo preparado; Puse la película en la pantalla plasma y me asenté junto a Taemin con el bol de palomitas.

- Son palomitas azucaradas y he traído esto... - Saqué un bote de chocolate liquido que había sacado de la nevera. - Siempre me las como así...

- Está bien... sa-sabes que me gus-gusta el choco-chocolate. - Dijo Taemin tartamudeando por lo cerca que me había puesto de él, podía notar los latidos agitados de su corazón antes de que la película comenzara.

Ignoré la película totalmente, seguramente si me hubieran preguntado de que color era el pelo de la protagonista no podría haber respondido. Yo, solamente fijaba mi mirada en Taemin el cual intentaba mirar la película con aquel rubor peculiar suyo al saber que yo lo estaba mirando de esa forma.

- Oye... ¿Puedes darme una palomita que tenga mucho chocolate? - Dije cuando la película pareció tranquilizarse. - Es que no las veo con tan poca luz. - Decidí acabar la frase con aquella mentira.

- Cla-claro. - Dijo él buscando una palomita torpemente.

Acabó cogiendo una y me la tendió para que la cogiera pero abrí la boca y la señale con mi dedo indice. Él dudó unos momentos pero al ver que mi boca aun seguía abierta esperando; llevó sus dedos hasta mis labios. Enseguida tomé su muñeca con mi mano fuertemente sujetándola y comencé a chupar y lamer su dedo indice y pulgar que sujetaban la palomita. Él se puso tenso y empezó a arquear su cuerpo como si quisiera liberarse pero a la vez no, bastante contradictorio sí. Pero el chico estaba gimiendo inocentemente con solo lamer sus dedos que pronto perdieron el sabor a chocolate.

- Ven aquí... - Dije con cierto aire desesperado.

Tomé su nuca con mi mano derecha y lo atraje hacía mi para comenzar a besarle apasionadamente incluso mi lengua ya se movía dentro de su cavidad tocando su lengua y tanteando los alrededores. Él se dejaba guiar y simplemente gemía entre mis labios de vez en cuando.

Comencé a manosear su triangulo genital por encima de toda aquella ropa molesta. No tardé mucho más y me deshice de su camiseta arrojándola al suelo sin prestarle atención.

Para volver la cosa más interesante y deliciosa, se me ocurrió derramar de aquel Chocolate líquido trazando una linea desde su cuello hasta su ombligo.

Sonreí al ver como se estremecía antes de que mi lengua rozara su cuerpo y comenzara a lamer el chocolate lentamente, dando mordiscos que provocaban que Taemin gimiera dulcemente, como siempre.
Al terminar de lamer todo el chocolate me faltó poco para perder el control al estar tan cerca... Pero tenía un plan y lo pensaba seguir.

- Oye... Estamos los dos pegajosos... - dije melosamente lamiendo su cuello. - Que tal... si vamos a... ducharnos. - No le permití hablar ya que pronto sellé sus labios con los míos extasiándolo poco a poco con aquel beso apasionado y ardiente de manera que no se resistiera cuando lo llevé cogidos de la mano hasta el amplío cuarto de baño.

Lo extasié de nuevo con mi saliva en un beso intenso en los cuales el siempre se quedaba paralizado y permitía que yo pudiera hacer lo que quisiera durante unos instantes. Me desnudé arrojando la ropa sin prestar atención y bajé su pantalón junto con su ropa interior de golpe.

Lo tomé de sus nalgas pegando su cuerpo contra el mió y levantándolo ligeramente para besarle y además que sus pantalones cayeran del todo. Taemin pareció despertar cuando apreté mis manos fuertemente estrujando sus nalgas mientras seguía devorando impacientemente sus labios intercambiando con su cuello para recuperar el aliento y poder escuchar sus gemidos al estar manoseando sus nalgas de aquella forma la cual nos tenía a ambos demasiado excitados.

Siguiendo en la  misma posición lo empujé junto conmigo en la ducha la cual rápidamente puse en funcionamiento mojándonos enseguida de agua tibia que llenó de vapor los cristales.

Taemin estaba literalmente “asentado” sobre mi miembro el cual estaba duramente entre las piernas del joven siendo apretado por estas y sus nalgas que cubrían la punta cerca de su entrada. No había marcha atrás.

El agua resbalaba sobre nuestras pieles desnudas y tuvimos que dejar de besarnos debido a la falta de respiración en un beso tan intenso y también debido al agua que entraba en nuestras bocas.

- Taemin... no puedo resistir más... - Dije entre cortado debido a que estaba respirando de una manera muy agitada.

Introducí un dedo en su cavidad el cual entró perfectamente y lo comencé a mover tocando sus estrechas paredes. Él soltaba algunos quejidos cuando movía mi dedo demasiado fuerte pero es que... quería que fuera mío cuanto antes. Me sentía como si me lo fueran a quitar en cualquier momento, como si nos fueran a interrumpir, como si nos fueran a separar...

Al poco tiempo de meter el segundo dedo, mi miembro entró solo lentamente como si fuera una serpiente deslizándose por el campo. Una vez entró del todo, Taemin se puso tenso cerrando los ojos fuertemente y apretando su interior en el cual sentía que mi miembro se estrujía en aquellas paredes tensas y encima, estrechas de momento.

- Ssss... - le dije al oído. - Relajate...

Comencé a lamer el mismo oído en el cual había susurrado y poco a poco Taemin se fue relajando permitiéndome moverme lentamente dentro de él hasta que su cavidad se acostumbró a mí miembro y ya emprendí un movimiento de vaivén a la vez fluido y a la vez sensual con nuestros cuerpos mojados moviéndose con la sinfonía de nuestros gemidos y suspiros

Al mismo tiempo que aceleraba el ritmo del movimiento de vaivén, agarré el miembro de Taemin y comencé a masturbarlo fuertemente.

Incliné un poco más a Taemin para poder tener más libertad de movimiento dentro de él y recostándome sobre su espalda seguí masturbandolo como antes.

- Min.... ah... ah... Minho yo... - Dijo antes de correrse sobre mi mano lo cual debido a las contracciones de su entrada - que estaba siendo estocada a mayor velocidad por mí - yo también terminé con un potente orgasmo dentro de él.



¿Eres adorables, lo sabes?


- ¿Hyung puedes abrazarme? - Me pidió ese niño que tenía tumbado a mí lado, ese niño tan dulce e irresistible.

- Claro babo...

Lo rodeé entre mis brazos, su cabeza se encontraba entre mi pecho por lo cual mi barbilla quedaba por encima de su pelo - Suave y con olor a plátano por cierto -. No sabía si querer dormir, eso conllevaría a que este momento pase de manera rápida y sin darme cuenta, ¿no?. “Pero mañana tienes que trabajar Minho, y Taemin también.” Sí, sera mejor que duerma...

- Hyung, son las 8, levantate o llegaremos tarde. - Escuché como alguien decía eso como quejándose.

- Aish, ¡Soy el maldito jefe, dejame dormir! - Contesté tapándome con las sabanas hasta la cabeza.

- No te hagas el crío mimado hyung, o no dejaré que... - Abrí los ojos y los clavé en ese niño dulce que hacía un puchero.

- ¿O no me dejaras que? - Pregunté desafiante.

- Que... me pon-pongas un so-solo dedo en-encima. - Que adorable es.

- Ah, estas seguro de lo que acabas de decir ¿no? - Contesté sentándome en el bordillo de la cama intentando de acostumbrarme a la luz

- Sí-sí... ¡Sí no te levantas ya, no te dejaré que me pongas una sola mano encima! - Dijo de una sola vez mirando al suelo todo sonrojado.

- Que valiente por tu parte de decir eso señorito Lee, espero que cumplas con eso que dijiste. - Dije volviendo a acostarme en la cama, sería... interesante.

Hice como si me durmiera pero en realidad estaba escuchando todo lo que Taemin hacía. “¿Está saliendo de la casa ahora mismo? Sí, la puerta acaba de cerrarse con bruteza. Aish.”

Me levanté y me vestí rápidamente sin darme cuenta, aunque lo que quería era que pasara un poco de tiempo y así no parecer que estuviera desesperado por recuperarlo, aún así me vestí rápidamente.

¡Ese niño es mío y no quiero que vaya andando solo a ningún lugar!

Bajé las escaleras y me tomé un café tranquilamente. “Vale, ahora si que puedo ir a por él.”
Cogí las primeras llaves que encontré y fui a mirar a que coche correspondía, “Genial, ¿no podía ser uno más discreto que el audi r8?” Da igual, solo tengo que alcanzarlo antes de que llegue al restaurante.

Salí con demasiada prisa, y a apenas un minuto ya podía ver su cabello rubio ondulando a lo lejos. Sonreí y ralenticé para poder seguirlo desde atrás un poco más.

- Aish, ese Minho. Me toca, me hace el amor y ahora me ignora incluso si le amenazo. ¡Pues lo voy a cumplir, vaya que sí! - Decía Taemin con rostro de cólera y dando patadas al suelo.

Que mono es dando patadas al suelo, pero como no paré se va a hacer daño... Creo que va siendo tiempo que vaya a por él. Conducí rápidamente un poco más delante de él, como a 4 metros y estacioné el coche sobre la mitad de la acera. Abrí el techo descapotable y salí del coche. Él seguía mirando hacía abajo y hablando solo de cosas que no alcanzaba a oír hasta que a poco más de 1 metro de mí, se paró y miró hacía arriba con miedo.

- Entra en el coche. - Le ordené con una sonrisa

- No. - borré mi sonrisa.

- Tu mismo.

Volví a subir en el coche y terminé el trayecto que había hasta el restaurante dejando atrás a Taemin a pesar de que me doliera hacerlo. Pero supongo que hice bien, o ¿no? Es como una pequeña venganza por ser rudo conmigo.

Entré en el restaurante para encontrarme con el rostro de Onew de frente como... esperándome.

- Minho. - Dijo él.

- Onew. - Dije.

- Taemin. - Dijo Onew.

- ¿O-onew? - contestó una voz tímida a mis espaldas.

- ¿Taemin? - Pregunté girándome.

- Hyung... - contestó él sonrojándose al encontrarse con mis ojos.

Después de aquel encuentro lleno de nombres ignoré a esos dos y fui a saludar a algunos clientes como habituaba hacer. Taemin se fue a la cocina y Onew se quedó atendiendo los clientes cuando terminé de saludarlos. “Creo que esta es una buena oportunidad...”, me escapé sin que Onew me viera y me metí en la cocina silenciosamente sin que Taemin me viera hasta que cerré la puerta lo cual hizo que se girara.

- Dejame. - Dijo rudamente.

- Prefiero al Taemin tímido y dulce. - Dije acercándome a él.

- No me pongas ni un solo dedo encima. - seguí avanzando y él retrocediendo.

- De acuerdo. - Chocó contra la pared.

Tendí mis manos contra la pared a la altura de su cabeza y las dejé ahí dándole a entender que no las iba a usar. “Me pregunto si habrá pensado en eso”. Pegué mi cuerpo contra el suyo y busqué besarle, pero al ver que evitaba mis labios moviendo la cabeza de lado a lado, decidí atacar su cuello como cual vampiro; lamiéndolo, chupándolo, besándolo y mordiéndolo. Dejaría una marca seguro, mejor que mejor.

- Ah... Ah... - Gemía Taemin dulcemente

- ¿Vas a colaborar? - Le pregunté dejando de “comerme” su cuello y pasando a desabrochar mí cinturón y a bajarme un poco los pantalones. - Bajate los pantalones. - Le ordené antes de volver a atacar su cuello.

Taemin se bajó los pantalones ligeramente y luego metió una de sus manos entre mi ropa interior tomando mi miembro y comenzando a agitarlo hacía arriba y hacía abajo despertándolo.

- Eso, fue... rápido. - Dije aun sorprendido por la manera en la que Taemin estaba actuando, manera que comenzaba a excitarme.

POV Onew

¿Donde demonios estaba la camarera? Demonios, tendré que ir a decirle a Taemin por mí mismo que prepare un tiramisu.

- Demonios. - Dije no demasiado alto al abrir la puerta de la cocina y al ver a Taemin agarrando el miembro de Minho entre su boca.

Volví a cerrar la puerta con el corazón agrietado. Supongo que... he perdido esta vez.


17 comentarios:

  1. oppa porfavorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr ¿PORQUE NOS HACES SUFRIR?? :'C SIGUEEELAAAAAAAAA!!!

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  2. Waaa me encanto te adoro Kevin Oppa :D y algo mas... Oppa no seas cruel continualo Sii... Por favor esta genial y no se puede quedar así nada mas Anda aun que sea cambialo a un Twoshot
    No nos dejes así

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  3. siguelo!! siguelo!! esta buenisimo!! WAAA!! me voy amorir si no sé que pasó después!!

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  4. Es como la sexta vez que lo leo y me sigue gustando mucho

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  5. en verdad me encanto has hecho un buen trabajo pero xf sube mas no nos hagas sufrir!!!!!!!!!!!

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  6. aaaa me encanta es genial es mi ff favorito!! pliiis sigueee

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  7. waooo que cool seguela me he quedado total mente sorpendida y algo traumada

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  8. un gran trabajo porfavoor siguela

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  9. u porfavor te lo suplico!!! TTnTT escribes muy bien aparte, te felicito mucho, sin ofender a ningun otro escritor de aqui o otro grupo pero haces que el lector se quede con ganas de mas >w<, síguelo!!!!

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  10. Síguelo
    Porfavor
    >.< me gustó

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  11. Kjsnjfhb Ö Me enamoré... Oye terminalo ¿sí? Muy buena descripción Quiero leer más ♥.♥ un 10 para tí kevin

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  12. Esta Muy Bueno !! Tienes Que Seguirle
    Pliz!! Ahh ! Me Enamore Por Completo ....
    Waaa !! Un 100 Para Ti .....

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  13. Muy bueno, me gusto mucho!!!

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