sábado, 19 de julio de 2014

MY TURN TO CRY

- Autor: Inko.chan

- Tipo: Yaoi, +18, KrisBaek (Kris x Baekhyun) EXO, oneshot.




Se encontraba recordando cómo puso fin a su historia con el muchacho, como acababa 4 años de relación con la persona que creía era la indicada, pero el tiempo decide más que eso invisible a lo que llamamos amor y la monotonía de las mañanas despertando con el mismo delicado cuerpo acurrucado al suyo, pidiendo algún tipo de pastel dulce para desayunar le resultaban, de a poco tediosas. 

Aún mantenía en un rincón de su cuarto la caja que un día el muchacho le lanzó, dejando un sinfín de fotografías, cartas de ilegible letra, cursilerías varias y un pequeño anillo plateado que encajaba bello en los dedos de su entonces prometido, todo esparcido por el suelo. El chico lloraba y esas lágrimas le quedaron grabadas como pequeños cristales que brillaban con fuerza en sus pupilas. Miraba los recuerdos convenciéndose así mismo que todo seguía en su lugar debido a que el chico de ojos tristes había formado parte importante de su vida y había creado lo que él reconocería como confianza en sí mismo.


Yifan siempre había sido un solitario con una amargura característica en ojos mirando el suelo y piel jamás puesta en contacto con otra, era de esas personas realistas viviendo la miseria de sus sueños, porque no hay personas más miserables que los soñadores realistas.

Como queriendo escapar del desgastado cubo de cartón se asomaba un lienzo brillante, igual al que llevaba Baekhyun en su frente el día que Yifan volvió a pisar una cancha de baloncesto.

‘’Yifan ¡Fighting!’’ 

La letra del muchacho siempre había sido ordenada.

Se acercó con el pecho apretado al rincón donde descansaban 4 años de su vida. Últimamente extrañaba al chico, tanto que cada día revisaba esos recuerdos esbozando sonrisas y reviviendo momentos que parecían eternos en fotografías mal impresas y sonrisas poco definidas en los labios de su entonces novio.

Habían pasado casi 2 años y su cabeza parecía colapsar en preguntas sin respuestas lógicas, perdida en momentos repetitivos y lágrimas bajo ojos tristes. Divagaba en días posteriores, característicos de un rompimiento repentino, con gritos, llantos, suplicas, preguntas y dolor. De esos rompimientos que inevitablemente acaban con uno de los 2, con alguien perdido en imágenes y palabras en forma de preguntas, con humillantes charlas por teléfono, grabaciones en contestadoras con voces entrecortadas al dejar pasar la tristeza por la garganta, con preguntas e inmediatas respuestas en estado negativo implantado por el dolor que conlleva ser apartado de la persona a la que le regalo vida y un montón de sensaciones desconocidas por los solitarios.

Baekhyun era eso en la rutina de Yifan, vida y cosas nuevas. Le había enseñado el arte de respirar sin miedo, le había enseñado a compartir el dolor que oprime el pecho, le regalo sonrisas que llenaban su cuerpo vacio por la amargura. Le había enseñado cosas triviales como saludar a su ruidoso vecino, cosas necesarias como el orden en su cuarto y una nevera con alimentos no caducados o como dar un paso después del otro, le enseñó el valor de un libro, le obligó a hablar con la mirada, le dibujó en sus ojos lo hermoso que era sentirse amado.

Y ahora él era solo un recuerdo, y todas las enseñanzas se iban junto con el rostro del chico dibujado en su memoria. Solo quedaban apretadas palabras en papeles blancos y un corazón latiendo ante el pasado que no quería soltar.

Yifan estaba exhausto, de extrañarlo y no saber por qué, recordaba muy bien el motivo por el cual lo dejó, ya no lo amaba o creía no hacerlo, y el chico…lloraba, ¡maldición! esa imagen jamás saldrá de su cabeza, como la imagen de un Baekhyun cayendo por la ventana, creyéndolo muerto pensando en su propia muerte también, o la vez en que el chico lo alentaba como animadora enloquecida desde las gradas en su primer juego de basquetbol después del accidente que partió su pierna y sueños en dos, y como olvidar cuando lo vio por primera vez corriendo por los pasillos del hospital en el que se encontraba luego de ser investido por el convertible negro de un conductor inexperto.

-304, al fin - y su voz era encantadora tanto como su cara de impresión al ver la habitación vacía. Yifan recordaba cada mirada, palabra y puchero del chico. Estaba sentado al lado de la puerta de su habitación, la 304 mirando como las personas cargaban con el peso de sonreírle a una vida que se mofaba en sus caras, de seguro él no volvería a sonreír jamás – Wu Yifan, si tú debes ser – su chino era asqueroso – buenos días mi nombre es Byun Baekhyun y soy kinesiólogo, me encargaré de tu cuerpo durante tu estadía en el hospital – ¿encararse de su cuerpo? el solo recordarlo lo hacía sonrojar de manera cálida.

Su mente no paraba y una y otra vez traía imágenes, palabras, miradas.

‘’ ¿Tú nunca sonríes?’’.

‘’Siempre he creído que antes de sanar el cuerpo, las personas tienen que sanar su interior’’.

‘’te veo y pienso que no quieres salir de este hospital’’

‘’Hace un bello día allá afuera’’

‘’Llevas 1 meses aquí y aún espero escuchar tu voz’’.

-tu chino es terrible – fueron sus primeras palabras.

-Yifan… ¿hablas coreano? 

‘’A pesar de tu actitud pesimista tu pierna parece sanar bien, es bueno saber que tu cuerpo no conecta con tu alma’’

‘’Me devuelvo a Corea Yifan’’.

Y no lo volvió a ver, no hasta que un día de locura, cuando su pierna ya no dolía al sostener su cuerpo y el lugar donde se encontraban esos pedazos de fierro eran sellados por abultadas cicatrices, él tomó la poca vida que le quedaba y partió a Corea en busca de la persona que rellenaba el vacio trasmitido por su mirada.

-Yifan…tú… cómo.

Y lo abrazo con fuerza, lo llevó a vivir con él y le entregó lo que BaekHyun jamás había tenido; tranquilidad.

Venía de una familia con padres separados, hermano drogadicto y madre despreocupada. Siempre corría de allá para acá intentando arreglar con anticipación situaciones que se desmoronaban con anterioridad en su cabeza. Yifan le entregó sosiego y el chico lo convirtió en su refugio. Y luego lo tiró a la calle en soledad. Lloró, llamó y repudió el nombre de Yifan por meses. Con el tiempo volvió ser el hombre alegre con mirada triste y Yifan el hombre triste con mirada vacía.

Ambos debían estar juntos, pero un Yifan inseguro y egoísta lo dejó por ser todos los días la misma persona, por ser feliz sin tener un motivo aparente, por mostrar esa sonrisa hermosamente mal formada a personas que no la merecían, por seguir adelante a pesar del miedo de recaer en su antigua vida. Y lo envidió, lo envidió al punto de odiar, por no estar igual de amargado que él, por ser un soñador que no creía en realidades estrictamente establecidas, por sobrepasarlo y empezar a cuidar de su persona, lo dejó por cobarde, porque desde el accidente siempre se detenía a medio camino y miraba las espaldas de las personas que disfrutaban del miedo mientras a él lo estancaba.

Y ahora lo extrañaba y las fotografías en sus manos le hacían desear tenerlo nuevamente a su lado, pero no lo veía hace más de 1 año cuando choco accidentalmente con el chico en la calle y éste solo mostró unos ojos llorosos y salió corriendo.

Dejó su caja con recuerdos de una vida instantánea, preguntándose por qué el dolor que ahora sentía en su pecho no se presentó oponiéndose cuando le ponía fin a los momentos que parecían rosar la felicidad.

Sus días eran corrientes, se levantaba, aseaba, iba al trabajo, almorzaba algo rápido en cualquier local cercano, salía de su trabajo y a veces iba por un café, llegaba a su departamento, dormía.

Miraba televisión y lo extrañaba, ya nadie le preguntaba que significaba esto o aquello, extrañaba las mañanas con tonadas en sus oídos, extrañaba esa hermosa voz.

Como todas las tardes caminaba pareciendo una persona poco saludable, hacía un poco de calor así que quizás no era buena idea un café, pero al llegar a la siguiente cuadra se devolvió, entró al café, pidió un latte y unas pocas galletas. Observaba a las personas pasar fuera a toda velocidad como buscando alcanzar a la muerte, lo más gracioso pensaba él era que esas personas apresuradas, las que tratan de hacer todo de una vez como si al segundo siguiente se les acabara la vida, son las que no quieren morir y él, que da un paso cada tres de ellos, se preguntaba si el tiempo que le quedaba era largo para empezar a correr quizás. 

Y ya nada tenía sentido ni color.

-¿Yifan? – Pero esa voz era hermosa – Yifan, si es Wu Yifan - La sonrisa de Baekhyun se veía intacta, él siempre tuvo miedo de haberla roto – ¿esperas a alguien?

Se observaban como hablándose con la mirada, como solían hacerlo hace unos 2 años atrás, querían decir muchas cosas pero ninguno habló de aquello.

Sonrisas a medias, mirando en momentos el suelo o jugando con una galleta, Yifan había perdido el habla. Baekhyun tomó asiento, él soltó una carcajada.

-Me pregunto cuándo saldrás corriendo.

-Es grato saber que sigues siendo el mismo, aunque no sé si sea bueno.

-Cuándo algo de mí ha sido bueno.

-Para mí lo fueron muchas cosas.

Yifan quería pedir disculpas, tomar al chico y mirarlo lo suficiente para que este se diera cuenta del infierno que era vivir sin las palabras expresadas en miradas, sin la delicada voz en su odio por las mañanas, sin los constantes reproches por ser tan jodidamente negativo en todo aspecto. Lo extrañaba tanto y ahora lo tenía en frente, lo extrañaba tanto que lo único que podía hacer era mirar lo irreal de la escena, lo extrañaba al punto de temer.

-Yo…yo Baek…yo…

-¿Tú qué Yifan?, tú no te vez saludable y eso no es bueno, puedo apostar que no tomas desayuno por las mañanas y que estas galletas son la comida más decente de tu día. Sería normal para una persona en depresión pero tú, tú eres Wu Yifan ¿no? el chico frío que controla su alrededor - las palabras de Baekhyun sabían a rencor, ambos guardaron unos minutos de silencio – bueno, creo que me voy primero, cuídate Yifan, aliméntate saludablemente – y miró un segundo, quizás Yifan tenía algo que decirle, tal vez no. Baekhyun se fue con una sonrisa - cuídate mucho – se marchó sin voltear, ni siquiera cuando pasó por fuera del enorme ventanal del café, Yifan esperó ese momento pero Baekhyun desapareció mirando su celular.

Se quedó horas sentado en el mismo lugar hasta que el dueño le pidió respetuosamente que se retirara porque ya era hora de cerrar. Caminó pensando en nada, solo la mirada distinta de Baekhyun aparecía de repente. Cuando se encontró recostado en su cama se le vinieron a la mente miles de frases, palabras y temas de conversación que pudo haber empleado en el café, pero nada, solo quedó la enorme sensación de deber hacer ‘’algo al respecto’’, ya de nada servía negarlo, amaba tanto como la primera vez a ese chico de ojos tristes.

En un acto de arrebato marcó su número sin sorprenderse cuando le contestó una grabadora diciendo que el número que marcaba estaba fuera de servicio. Qué más podía hacer, no sabía nada de Baekhyun, los amigos que tenían en común se fueron cuando él puso fin a la relación, jamás volvió a ver vio a ninguno.



Pasaban los días y los sesos de Yifan se recalentaban buscando una forma de contactar a Baekhyun, pero a veces no podía evitar sentir miedo, miedo a estar perdiendo el tiempo en buscar un amor que ni él creía que podía ser. Pero su pecho dolía, necesita la mirada del chico al momento de abrir sus ojos por las mañanas.

Buscó direcciones, números de teléfono, lugares de trabajo, algo que le ayudara a descubrir el paradero del presente de Baekhyun, pero solo encontró una pequeña libreta con un número telefónico, el número de Jongdae.

-Hola…habla Yifan – solo escuchó una respiración entrecortada – ¿bueno? ¿Jongdae?

-Si con él, hola Yifan, cuánto tiempo.

-Bastante – rió secamente, un largo silencio lo puso incomodo – llamo para pedir un favor.

-Dime – Jongdae estaba siendo cortante, debía ponerle fin a la llamada pronto.

-Necesito el número telefónico de Baekhyun.

-No lo tengo – ‘’mientes’’ pensó Yifan, cómo el mejor amigo no iba a tener su número – Baek cambió su número hace unos días, olvide anotarlo.

-Ah… - silencio incomodo – y… ¿alguna dirección quizás?

-Para que la quieres Yifan – sonaba enojado.

-Necesito hablar… - no pudo continuar.

-No hay nada que hablar y lo sabes, voy a colgar Yifan.

-¡Espera Jongdae!

-…

-Jongdae…solo necesito…yo solo quiero…solo unas palabras, por favor.

-No puedo darte su dirección, pero le diré que llamaste, adiós Yifan.

-Jongdae… - pero el chico ya había cortado. 

Unos pocos días después y luego de marcarle una y otra vez, recibió un mensaje.

‘’No quiere hablar contigo, dijo que hubo oportunidad y tú callaste

Por favor no insistas’’



Entre desesperación y enojo Yifan tomó sus cosas y fue en busca de la casa de Jongdae, no recordaba bien el camino, y solo luego de horas conduciendo dio con el lugar para recibir la misma respuesta y un gran portazo en su rostro. Pero continúo y Jongdae perdía la paciencia.

‘’Déjalo ya Yifan’’ 

‘’ ¡Dios! ¡Él no quiere verte!’’

A esas alturas para Yifan la puerta era más conocida que el rostro de Jongdae.

‘’Por qué haces esto, ya terminó lo olvidas, tú lo arruinaste, no solo la relación sino su vida también. Si fuera por mi te partiría ese bonito rostro’’

‘’Si vuelves por aquí, llamare a la policía’’

La policía jamás apareció solo un enorme puñetazo en el rostro y una petición de la novia de Jongdae.

‘’Por favor, Jongdae no puede hacer nada al respecto’’ 

Solo se marcho pidiéndole que si sabía algo de Baekhyun se lo informara.

‘’No, no lo hare, ahora por favor vete’’

Estaba cayendo en la locura, o eso creía él, los recuerdo que tenía de Baekhyun lo estaban torturando, solo quería verlo una vez más, qué daño podría causar eso…mucho… él lo sabía, todo el daño que le causo al chico prometiéndole el mundo para luego dejarlo en soledad. Quizás Baek ahora estaba bien sin él, quizás el chico era feliz, pero Yifan seguía siendo un egoísta en busca de su bien.


-Déjate de boberías Yifan, elimina esa caja de tonterías y veras que con el tiempo ya ni su rostro recordaras.

-No quiero…

-Eres un estúpido…mira eres guapo, con esa personalidad fría, eso a las chicas les encanta…bueno a los chicos también… - continuó diciendo cosas que Yifan no escuchaba.

-Tao por favor, solo comamos.

-Bueno y después te hare olvidar a Baekhyun – dijo con rostro juguetón – aunque sea por unas horas.

Cuando Yifan tenía a su amigo desnudo sobre el sofá, con los labios de éste hambrientos, deseosos de él, mientras susurraba palabras en un chino inentendible debido a la calentura del momento, se detuvo.

-Qué ocurre, ¿no quieres hacerlo aquí? – Tao se separó de su cuerpo, levantándose del sofá – me gusta este sofá – miraba los ojos de Yifan, este lo observaba delante completamente desnudo sin ningún pudor – ¿quieres hacérmelo en tu cama o en la bañera? – Preguntaba entre pequeños susurros en su oído, pero no hubo respuesta – te veo en tu cuarto.

En el cuarto Yifan lo tomó con fuerza, una que asustó a Tao por un instante, pero que no dejaba de excitarlo, lo tomó por las caderas poniéndolo de espalda besando y mordiendo cada centímetro de esta hasta que Tao pidió que parara, que le estaba doliendo. Sabía que Yifan era un agresivo al momento de dar amor, pero esta vez se estaba excediendo.

Miró a Tao a los ojos y lo beso con rapidez, jugando con su lengua y mordiendo labios. Lo miraba fijamente como si intentara decirle algo con la mirada, no decía nada y seguía tocando sin detenerse, con desesperación, con enojo.

-Entra ya.

-No.

Y seguía tocando, mordiendo, mirando los ojos de Tao como esperando que hablaran, pero no había palabra alguna solo miles de quejidos, respiraciones entre cortadas, rasguños en espaldas y pieles mojadas de tanto sudor y deseo. Cerró los ojos y el tiempo se detuvo, el rostro de Baekhyun se asomaba bello entre sus recuerdos, su rostro, sus manos, su cuerpo desnudo, su forma de hacer el amor a veces lenta a veces rápida y otras desenfrenadas, con sus muslos apretando caderas mientras lo miraba de esa forma que solo él podía, y que después de tantas camas y cuerpos desnudos Yifan no lograba encontrar. Lo recordó besándolo, embistiéndolo, acariciándolo, recordó los gritos ensordecedores del chico al momento del placer máximo, los quejidos y respiraciones silenciosas cuando la forma de embestir era lenta y cálida y entre ella habían sonrisas y mejillas sonrojadas junto con dedos entrelazados en amor puro. Y maldición el recuerdo era hermoso. 

Pero la persona de esa noche no era Baekhyun.

Cuando abrió los ojos dejó caer su cuerpo sobre las sabanas, solo miró el techo.

-¿Que ocurre Yifan? – Tao se le montaba rosando el miembro al mismo tiempo de tomarlo en sus manos para penetrase el mismo, pero Yifan no podía y mostró su desacuerdo tirando a Tao a la cama, éste cayo suave. YiFan se sentó con ambas manos cargando su cabeza – ¡Oye! Idiota.

-Vístete Tao – se restregaba el rostro como sintiéndolo sucio.

-No…tú si estas mal, no querer sexo TÚ – Tao reía impresionado y enojado, Yifan seguía callado - vamos es solo sexo, yo quiero sexo, me preparaste para tenerlo y me lo darás.

Yifan tomó su cartera y le lanzó unos cuantos billetes.

-No soy una puta Yifan, aunque los aceptare para el taxi, creo que hoy me iré solo.

-¿No quieres sexo?, paga por él.

-Idiota, sino fuera tu amigo te golpearía en la nariz.

-Los amigos no follan.

-¡Eres un cretino hombre por Dios! Tú fuiste el que dijo desde un principio que no quería una relación.

-Tú lo encontraste una fantástica idea.

-Bueno, cualquiera querría follar contigo y mejor aun sin ningún tipo de relación por medio.

-¿Te gusto? – Yifan actuaba extraño.

-Gustarme qué, si hoy no pasó nada.

-no, me refiero a mí, yo como persona, como pareja.

-…Noo – Tao reía.

-A quién podría gustarle, soy una persona despreciable…

-Sí, y una que cree saberlo todo, que no pierde oportunidad para mofarse de la ignorancia de los demás, que le encanta tener el control, eres egoísta y ególatra y para qué hablar de esa forma negativa de ver el mundo, cómo le dices tú… ¿Repugnante?

A veces Yifan amaba con escándalo la sinceridad de Tao, pero esta vez sus palabras removieron con dolor su estomago, a pesar de haber escuchado un sinfín de veces los mismos calificativos para su persona, hoy parecían no pasar de largo por sus odios, todo lo contrario estos dejaban un constante zumbido.

-Siempre me he preguntado por qué él estuvo tanto tiempo conmigo – miraba el suelo, Tao lo abrazó por la espalda.

-No lo sé, ese chico era feliz a su manera y feliz de verdad. Siempre sonreía cuando tú estabas a su lado, aparecías y mágicamente su sonrisa se imponía enorme en su rostro – Tao era sincero, siempre pensó que Baekhyun era la persona que sanaría el corazón de Yifan – No sé, tienes esa extraña costumbre de acabar con lo bueno de tu vida. Yo siempre te decía que miraras a ambos lados antes de cruzar la calle – Tao buscó la mirada de Yifan – creo que quieres volver con ese chico porque te sientes culpable, de haberlo dañado y crees que puedes volver a revivir lo que tuvieron sin cometer errores, pero Yifan tú te pudres de a poco, no lo pudras a él.

Luego Tao se fue.

Yifan pensó toda la noche, quizás Baekhyun estaba bien sin un tipo en es ‘’descomposición’’ como él, pero necesitaba saberlo de sus labios.

Los días pasaron lentos, como las horas en las que se sentaba en el café esperando a que un milagro le pusiera a Baekhyun en frente, como ese día en el cual las palabras no salieron de sus labios. Hacía frío y a veces no traía dinero para consumir dentro del café así que solo se sentaba en la cuneta esperando a Baekhyun. Se sentía estúpido, pero el amor lo es.

Caminando desde su trabajo en un día lluvioso se encontró con Jongin. Recordaba ese rostro moreno desde la vez que Baekhyun se lo topó en un restaurant mientras cenaban, era su antiguo novio y Yifan lo miró celoso, pero el moreno lo saludo amigable y parecía no haber peligro. Baekhyun lo presentó, conversaron un rato y luego se retiró. Nunca más lo volvió a ver, pero quizás él podría saber algo de Baekhyun, o eso era lo que Yifan quería creer.

-¿Jongin? - llovía fuerte y ninguno traía paraguas – Hola soy YiFan – el moreno no sabía que responder, no reconocía su rostro – Baekhyun un día nos presentó.

-¡Ah! Yifan – el moreno no tenía idea de quién era ese estúpido que lo detenía en la lluvia.

-Perdón que moleste – decía haciéndole una reverencia al pequeño hombre que tomada por el brazo a Jongin – pero me gustaría saber si… - no sabía cómo preguntarlo – me gustaría saber si tú tienes una forma de comunicarte con Baekhyun.

-Jongin mi chaqueta esta mojándose – se quejaba el chico de ojos grandes.

-Lo siento pero la verdad es que no veo a Baekhyun…no lo veo como hace 3 años.

-Ah ya veo.

- con permiso – y se fue rápidamente.

-¡Hey! – el moreno giró cabreado - pero no tienes algún número, una dirección o algo.

-Lo siento – dijo tratando de ser lo más educado, se fue al instante.

-Quién era ese tipo – preguntó su acompañante.

-No lo sé.


En el café ya lo conocían, era el tipo que pedía un latte y unas galletitas que casi nunca comía, siempre se preguntaban por qué estaba ahí todas las tardes o afuera bajo la nieve, parecía esperar a alguien. Para todos era un loco más. 

Y ese loco una tarde, cuando ya se estaba rindiendo y dejando de lado ese deseo estúpido del chico de mirada triste entrando a ese café, lo vio, con el rostro pálido por el frio, soplando sus manos tratando de entregarles un poco de calor. Ese chico que ahora parecía tener una mirada distinta y no triste como la conocía Yifan, se sentó cerca de la entrada y él no pudo reaccionar, no sabía que decir, cómo iba a llegar hasta el lugar, que reacción tendría el chico quien según Jongdae no quería verlo, y si eso era verdad y no quería tenerlo en frente, y si salía corriendo como aquella vez en el parque, y lo peor de todo, ¿si era rechazado? Sus piernas temblaban y aun ni siquiera se ponía de pie, estaba entrando en pánico.

El chico parecía esperar a alguien, necesitaba hacerlo rápido antes de que su acompañante llegara. Se armó de valor ignorando como se retorcía su estomago, se levantó y no había dado ni dos pasos cuando la puerta del café se abrió dejando entrar a un ruidoso chico de orejas grandes quien saludaba a alguien con ambas manos, saludaba a Baekhyun.

-¡Baekhyun!

Yifan solo observaba la espalda del chico quien era besado en los labios por el extraño escandaloso. Lo besaba tiernamente algo que él jamás pudo hacer en público a pesar de las cientos de veces que Baekhyun lo pidió.

Sintió como un corazón se partía en pedazos, era el de él. Sus piernas se doblaron y en su garganta se sentía ese dolor que anticipa las lágrimas.

Miró a un lado sintiéndose estúpido volvió a mirar a la mesa en la que se encontraba la pareja, el chico era escandaloso y no muy guapo.

Salió lo más rápido del lugar intentando no ser visto por Baekhyun, cruzó sin mirar si venia algún vehículo, no sería mala idea que uno en vez de destrozar su pierna, aplastara su pecho hasta impedirle respirar, llegó a salvo al otro extremo y desde ahí, a metros del enorme ventanal del café al que miraba cada tarde e infinidad de veces esperando que la mirada triste de Baekhyun se asomara, podía ver esa sonrisa y esa mirada distinta, una que expresaba tranquilidad, una que jamás conoció y que ahora veía radiante, solo que como nunca esta vez no era para él.

Agachó la poca dignidad que le quedaba junto con unos ojos al borde de hundirse en lágrimas amargas, caminó a su casa.


Ahora, en esa noche fría y solitaria, era su turno para llorar.

2 comentarios:

  1. Me acabas de destrozar el corazón de un modo inimaginable... Dios, ¿dónde aprendiste a escribir de esta endiabladamente hermosa manera?

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  2. Es tan hermoso y triste...demasiado triste a la vez.
    Amo el krisbaek tanto como el chanbaek!!! y sin duda a pesar de ser un one shot ha sido de los mejores que he leído TT a pesar de ser triste
    Gracias por escribir esta hermosa historia!!!.
    Espero algún día poder leer otro krisbaek de tu autoría.
    Gracias de nuevo por escribirla

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