sábado, 28 de septiembre de 2013

CRASH

- Autora: Laura

- Twitter: @LauraBlackRoses

- Tipo: B.A.P, hetero, +18, idol x fan, Daehyun x fan, serial


CAPÍTULO 4: DESTINO


Ya eran las 21h, la hora de salir de Libia.

Terminó con los últimos clientes, un grupo de jóvenes que habían ido a tomar algo. Fue al trastero y dejó el delantal y todas las cosas del trabajo. Sus vacaciones habían empezado en ese preciso momento. De pronto recordó algo. Buscó en el bolsillo del pantalón y cogió la servilleta. Sonrió.

No sabía por qué, pero desde que leyó aquel trozo de papel, su humor había cambiado. Era la primera persona que hacía eso. Lo había visto en películas, pero no pensó que eso podía pasar en la vida real, y menos a ella. Cogió el bolso y salió de allí.

-¡Que pases buenas vacaciones peque!- Min la atrajo a él y la abrazó. Libia lo correspondió- Tenemos que quedar. Quiero verte en vacaciones- se separaron- ¡No creas que te vas a deshacer tan fácilmente de mi!


-Anda quita- Norah se acercó a él y lo empujó. La abrazó- Pásatelo bien- se acercó a su oído- He visto la servilleta- Libia se sonrojó y su amiga le guiñó un ojo. Min le revolvió el pelo una vez más y se fueron a hacer su trabajo. Libia sonrió y salió del establecimiento.

Se habia despedido de Soki antes. La mujer se fue antes, pero le deseó unas buenas vacaciones.

En la calle hacía una temperatura agradable. Hacía calor pero no tan agobiante, y una pequeña brisa aparecía a veces. Había gente de todas las edades; grupos de jóvenes, parejas, matrimonios, amigos, ancianos... Había variedad. Le encantaba ver a la gente por la calle, le entretenía mucho. Se veían en sus rostros toda una vida. Sabía si estaban tristes, alegres, emocionados... Era algo fascinante. Su estómago rugió, pedía comida. Sonrió y buscó un super o algo para comprar comida. Se le habían antojado arroz con curri. No era la cosa más fresquita del mundo... pero adoraba el arroz con curri. Vio un 24 horas y entró. Se fue directamente a la parte de comida rápida y lo encontró. Cogió el paquete felizmente y se dio la vuelta. Su sonrisa se desvaneció. A lo lejos vio a alguien mirando las instrucciones de unos fideos instantáneos. Daehyun.... ¿Qué hacía él ahí? Libia miró a los alrededores y se metió rápidamente en un pasillo. ¿Por qué tenía que encontrárselo ahí también? Fue rápidamente a pagar el arroz. Le pagó al hombre y se dio la vuelta, pero chocó con alguien. Miró a la persona... "Mierda"

-Lo siento... ¡Oh!- los colores se le subieron a ambos- Hola Libia

-Hola Daehyun- se separaron. Ella miraba nerviosa al suelo- Eh....Me... Me voy- pasó por su lado- ¡Adiós!- y salió corriendo del sitio. Se chocó con una señora mayor en la calle, a la cuál pidió disculpas y ayudó a  recoger las cosas. Lo vio salir del establecimiento y mirar a todos lados.

-Tome señora- le dio los paquetes y le hizo una reverencia- Lo siento nuevamente- y corrió.

Daehyun miró a todos lados y vio a una chica vestida de blanco y negro correr por la derecha. Era ella. Fue en la misma dirección. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué corría? ¿No debería ser al revés la situación? Corrió para pillarla, pero la perdió entre el gentío. Se rascó la nuca y suspiró. Parece ser que ella no quería verle. Tampoco la iba a obligar, pero al menos quería disculparse en persona.

Libia miró atrás y no lo vio. Paró en seco y cogió aire. Menos mal, se había ido. ¿Cuántas veces se lo había encontrado ya? ¿Por qué aparecía tan a menudo? Si, había sido muy amable al disculparse así, pero no tenía ganas de verlo. ¿Qué iba a decirle? Negó con la cabeza y se dirigió a su casa.

Los días pasaron, días en los que Libia había dormido mucho. Había ganado todas esas horas de sueño que tenía perdidas. Hizo de canguro para el pequeño Jiho 2 días, en los que sus padres tenían mucho trabajo. A ella no le importaba, ya que ese niño le agradaba mucho. Era un amor. En unos de esos días, después de jugar con Jiho y de que éste cayera dormido en el sofá, Libia puso la tele. ¿Qué fue lo primero que vio? Si, efectivamente, a ellos en un programa de variedades. Cambió de canal, pero la curiosidad la mató y no pudo evitar ver el programa. La verdad es que eran chicos muy divertidos... y Daehyun cantaba muy bien.

Libia se levantó de la cama bien descansada. Miró el reloj. Las 12h. Bostezó y se fue directa al baño a hacer sus necesidades. Al salir se fue a la cocina a desayunar. Miró el calendario. Viernes 28 de Junio. Encendió la radio y se dispuso a hacerse un zumo de naranja. Estaba cortando las naranjas cuando de repente...

"Y ahora les vamos a poner una canción con una gran letra que expresa un bonito sentimiento de amor. Esta canción fue muy popular en la radio al igual que otros temas del famoso grupo idol... B.A.P! Les dejamos con Crash"

Los acordes de la canción empezaron a sonar y Libia se cortó al escuchar B.A.P. Gruñó. Metió rápidamente el dedo bajo el chorro de agua y miró con odio al aparato. ¿Por qué?

-¡HAY MÁS GRUPOS EN COREA SEÑOR DESTINO!- gritó. Quién la escuchara pensaría que estaba loca- ¿POR QUÉ ELLOS? ¿¡POR QUÉ?!- empezó a gritar y a saltar. Corrió hacia la radio y la apagó. Respiraba pesadamente y se cruzó de brazos. No iba a volver a encender ningún maldito aparato electrónico, se negaba. Cada vez que encendía algo, por arte de magia aparecía B.A.P. Sabía que eran famosos, muy famosos, pero eso era ya pasarse. Era un atentado hacia su persona.

La tarde llegó, y a Libia se le antojó ir a dar una vuelta en bici, la bicicleta que sus vecinos y caseros le habían regalado al enterarse de que había encontrado trabajo. Bajó los cuatros pisos y ya en la calle, Libia se montó y paseó. Le encantaba ir en bici, era algo que adoraba. No tenía carnet del coche, pero no le importaba. Si por ella fuera, iría en bicicleta a todas partes. Además no había mucha gente... Que raro. Había algunos transeuntes por la calle, pero no tantos como otros días. Se encongió de hombros y siguió para adelante. De repente, mucha gente apareció ante sus ojos. Se bajó de la bici y se acercó hacia donde la gente iba. Gritos, llantos... y muchas chicas. Se puso en puntillas y se asomó entre las cabezas. Un gran cartél con letras enormes en el que ponía, "B.A.P" ¿Sería una broma, no? Tocó en el hombro de la chica que estaba delante suya.

-Perdona... ¿me puedes explicar qué es esto?- la chica la miró de arriba a abajo y levantó una ceja.

-¿No te has enterado?- Libia levantó las cejas esperando su respuesta- ¡Hoy firman discos B.A.P! Creo que eres la única que no se ha enterado- y se dio la vuelta volviendo a chillar.

Libia cogió la bici y se alejó del tumulto de gente. Rodeó el parque empujando la bicicleta blanca. Estaba a una distancia considerable pero lo vio. Allí estaba, con una camiseta azul con un gran escote, bien peinado y con una sonrisa en la cara. Libia torció el gesto y se montó en la bicicleta para seguir paseando. Cuanto más lejos de allí, mejor.

No sabía cuanto tiempo estuvo con la bicicleta dando vueltas. Se compró un helado y se sentó a comérselo en un parque mientras veía a dos niñas haciendo castillos de arena y pasándoselo en grande. Sonrió. Ya sabía donde llevaría a Jiho la próxima vez. Se terminó el helado y se dirigió de vuelta a su casa, estaba agotada. Pasó nuevamente por el parque donde estaban firmando discos. No quería pero como cogiera por otra parte, seguro que se perdía, y era lo último que quería. Ya no había tanta gente. La calle volvía a ser normal, aunque en el parque todavía estuviera el escenario... no por mucho tiempo. Los trabajadores ya estaban recogiendo y desmontando las cosas, y ya no había tanta fan loca suelta.Se bajó de la bici, que la dejó apoyada en un árbol y se agachó para coger un papel del suelo. El papel de la publicidad de B.A.P... Negó con la cabeza. Arrugó el papel y lo tiró a la basura. Miró al escenario. ¿Cómo debía de ser eso de ser famoso? Seguro que era estresante. Todos intentaban contentar a sus fans, pero era muy difícil, eran demasiadas. Después, se les exigía mucho, no tenían apenas tiempo libre para hacer lo que quisieran, no podían salir a la calle tranquilamente porque todo el mundo los reconocería. En realidad les daba lástima. Tenía que ser duro vivir una vida así.

Estaba mirando al escenario cuando vio a un chico alto con el pelo rubio y una camiseta blanca salir con una botella de agua. Sonrió. Ese tal Zelo era muy alto para su edad, pero era adorable. Volvió dentro y desapareció. Ahora apareció...

-Oh mierda...-susurró para sí misma. Abrió los ojos desmesuradamente cuando sus miradas se encontraron. Libia la apartó y se dirigió rápidamente a la bicicleta.

-¡Espera!- escuchó. Daehyun se acercaba corriendo hacia donde estaba ella. A Libia no le dio tiempo a montarse ya que la bici se le cayó en el pie. Gritó de dolor. Torció el gesto y pegó saltitos a la pata coja mientras se quejaba. Se apoyó en el árbol y se frotó el pie.

-Malditas chanclas... ¿por qué me puse chanclas?. musitó

-¿Estás bien?- levantó la mirada y vio a Daehyun con gesto preocupado. Le quitó importancia con un gesto con la mano.

-Estoy bien, no te preocupes- intentó apoyar el pie pero dolía. Daehyun se dio cuenta y se acercó a ella preocupado- De verdad, que estoy bien- intentó alejarlo de ella, pero el chico era cabezota.

-¡No seas así! Déjame ayudarte- se miraron a los ojos. Tenía unos ojos marrón oscuro muy bonitos. Libia agachó la cabeza y asintió. Él se puso delante suya de espaldas y se agachó. ¿Qué estaba haciendo?- ¡Sube!

-¡No me voy a subir...!

-Libia- la miró de reojo- ¡Sube!- Libia bufó y se cruzó de brazos. Daehyun se giró- ¡No seas cabezona! Solo intento ayudarte... nada más- se dio la vuelta y se puso en la misma postura que antes. Libia miró alrededor y no vio que nadie les prestara atención, y mira que la bici había hecho ruido. Puso sus manos alrededor del cuello de Daehyun y pego un saltito, para que éste la cogiera por la piernas. Cuando la tenía bien acomodada subida a caballito, cogió la bici- ¿Dónde vamos? ¿A tu casa?

-Si

-¿Dónde es?

-Tu para adelante.

El trayecto fue un poco incómodo. Ella se sentía extraña. Estaba evitándole, y no sabía el por qué, pero se sentía rara a su alrededor. No pudo evitar sonrojarse ante la escena. Más de una daría lo que fuera por eso. Además, olía muy bien.

Él estaba nervioso. Ahora que había conseguido alcanzarla sin que huyera, no sabía como empezar. La situación lo estaba poniendo nervioso. Los brazos de la chica eran suaves y olía a vainilla. Pesaba poco. Había cogido a chicas que pesaban más que ella. Pensaba que le iba a costar más llevarla mientras empujaba la bicicleta.

-Esto...- empezó Daehyun. Se aclaró la garganta- Quería pedirte disculpas por lo de los refrescos. No sabía que iba a molestarte- Silencio. Libia estaba estupefacta. Menos mal que no podía mirarla- Lo siento- silencio- Si no quieres contestar, no contestes...

-Yo también te pido disculpas- le interrumpió- Fui una estúpida. Lo único que querías era ayudarme- Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de él. Le gustaba oír aquello- Aunque sé que es un poco tarde para decirlo... Gracias.

-De nada- la atmósfera se volvió menos pesada.

-Es aquí- le dijo Libia- Es en este portal- Daehyun apoyó la bici en la pared y dejó a Libia en el suelo.

-Si quieres te ayudo a subirla- no quería ceder, pero se veía rodando escaleras abajo y morir por aplastamiento de bicicleta. Ella asintió.

-Sígueme- subieron hasta el cuarto. No había ascensor, así que al pobre Daehyun le tocó cargar con la bici. Cuando llegaron, Libia sacó las llaves del bolso-mochila y abrió.

Su casa no era gran cosa, pero era habitable. Al abrir veías un pequeño salón lila con una gran ventana que tenía vistas de toda la ciudad. Había dos sofás blancos, una tele de plasma mediana, y un mueble con libros y películas. El salón conectaba con la cocina, con barra americana. Al fondo a la derecha había un pasillo que es donde estarían la habitación y el baño.

-Déjala ahí mismo- le señaló la pared izquierda. La dejó y se sacudió las manos- Muchas gracias.

-No me las des- se sonrieron. Él miró alrededor- Tienes una casa muy bonita, ¿vives sola?-asintió.

-¿Quieres algo de beber? ¿Agua?

-Si, por favor- fueron a la cocina y ésta le echó un vaso de agua fría. Se la bebió de una vez. Libia estaba nerviosa. Nunca había llevado a nadie a casa, era la primera vez. Lo miró y vio como dejaba el vaso en el fregadero.

-Oye, lo del papel fue un detalle- él la miró curioso.

-¿Papel?

-Si, la servilleta. Lo que escribiste- Daehyun estaba confuso. Luego se sonrojó

-De nada... es que te veía tan enfadada que sabía que no querías acercarte- la que se sonrojó ahora fue Libia. Había sido una imbécil, y todo por su estúpido orgullo.

-Lo siento...

-No te disculpes- le puso una mano en el hombro- Lo hecho, hecho está- ella asintió y lo acompañó a la puerta cojeándo.

-Muchas gracias por traerme.

-Lo haría una y mil veces más- Libia se sonrojó ante esas palabras- ¿Seguro que vas a estar bien? ¿No quieres que te lleve al hospital?

-No, estaré bien.

-¿Segura?

-¿Siempre eres tan pesado?- Daehyun se sorprendió ante aquello, pero luego rió.

-Youngjae es más pesado- Libia frunció el ceño- Es cierto- Silencio. Era hasta incómodo- Sólo te lo he preguntado por cortesía.

-Pues no lo hagas- él chico estaba sorprendido ¿Qué había hecho ahora?

-Yo...

-Buenas noches Daehyun- y le cerró la puerta en la cara, dejándo a Daehyun estupefacto en la puerta.

Al cerrar la puerta, Libia no supo porque se habia comportado de aquella manera. Él se había portado bien con ella y había cargado con su bicicleta y con ella hasta su casa sin quejarse. ¿Por qué estaba haciendo eso? Ella podía llegar a ser a veces un poco arisca, pero siempre lo era con la persona equivocada. Suspiró y abrió la puerta, pero ya no estaba. Miró al suelo y había un papel. Se agachó y lo cogió.

"No sé que hice ahora, pero lo siento. Espero verte pronto Libia :)"

Suspiró. Tonta, eso es lo que era ella, una tonta estúpida. La próxima vez que lo viera, si es que lo hacía, le pediría disculpas. Aunque si las cosas iban como el día de hoy, lo iba a ver más de una vez.

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