- Twitter: @TsukiiNeko
- Tipo: SHINee, Minho x fan, hetero, menores 18, serial
CAPÍTULO 3
Ya no sabía si entrar por la puerta de atrás al
instituto o entrar de incógnito…mmm….Aquello era de lo más difícil, no me
quería encontrar con él pero tenía que asistir a clases a sique me resigne y
entre. Iba caminando por el pasillo cuando lo vi, paso justo a mi lado y la
verdad es que no fue muy agradable ‘’si las miradas mataran, yo estaría
muerta’’ daba miedo mejor era no acercarse a él, aunque claro ‘’¿para que iba a
querer acercarme a él?’’, me dirigí a clase y me senté en mi mesa, hoy iban a
asignar parejas para todo el curso y
para hacer un trabajo de investigación
de lo que quisiéramos, solo podía rezar para que me tocará con alguien
agradable y que no me odiara, aunque eso iba a ser imposible:
-Veamos y las parejas son-dijo el profesor- Jay con Lee
Minho…
Me quise morir ‘’ ¡DIJE ALGUIÉN AGRADABLE!,¿ ME
ESCUCHAS CUANDO HABLO?’’ grite y grite todo cuanto pude siempre en mi cabeza,
como si no fuera ya un bicho raro, solo me faltaba que pensaran que estaba
loca, en fin me gire para ver su reacción….
Mala idea me estaba mirando, al fin sonó el timbre y
salí del aula escopetada quería morir, con él es que ¿no había más personas en
la clase?, parecía que no. Estaba bebiendo agua cuando alguien me dio un
toquecito en la espalda y al girarme:
-Supongo que nos ha tocado juntos-me dijo Minho, genial
no estaba de humor.
-Emm!, si supongo-le sonreí pero no surgió efecto a
sique me resigne, porque en algún momento habría que hablar sobre el trabajo,
no quería suspender.
-Ya que vamos a trabajar juntos, durante todo el año,
sugiero que quedemos para hablar de que lo hacemos y a si acabar cuanto antes-
me dijo.
-Si eso será lo mejor, ¿Cuándo quedamos? Te parece bien
¿esta tarde? .
-SI claro cuanto antes mejor.
-De acuerdo. ¿En tu casa o en la mía? –Me pare a pensar
eso y no sonó muy bien, aunque a él le debió hacer gracia porque sonrió.
-En la mía a las 18:00 ¿te parece bien?.
-Eh si claro a las 18:00 allí estaré.
-Vale luego te veo adiós- Se despidió y se fue.
Esa tarde iba a ser toda una aventura, ‘’Dios apiádate
de mí, por favor’’ ya no sabía qué hacer si tirarme por un puente, o simplemente
morirme, que mal me iba todo.
Me volví a clase a ver si al menos podía distraerme, me
pasaron una nota en la que decía ‘’Después
de clase espera en el callejón de al lado’’
Era una nota muy rara a parte de no saber quien me la mandaba. Al
finalizar las clases me dirigí al callejón como la nota indicaba, al llegar
había marcado en el suelo una cruz grande en rojo, fui muy tonta al ponerme
justo en el medio de la cruz, todo el que se pone encima de una cruz le pasa
algo, bien pues mi caso no fue excepcional porque nada más ponerme debajo de la
cruz me tiraron un cubo de harina ‘’Joder era demasiado bonito para ser verdad,
era raro que no me hubieran gastado una jugarreta desde el principio’’ mire
hacia arriba y vi como tres sombras se alejaban corriendo y como tenía harina
en los ojos no vi bien quienes eran.
-¿Qué pasa no tenéis nada mejor? ¿Solo se os ocurre
esto? Eeh? Yahhhh!!!-Grite, estaba frustrada y quería irme a mi casa, me falto
tiempo para marcharme, cuando llegué me dirigí hacia el cuarto de ducha y me
limpié, la casa se hacía muy grande cuando no tenías padres porque estaban
fuera trabajando, y yo agradecía que no estuvieran y me preguntaran que me ha
pasado a cada momento, a si que decidí que estar sola era la mejor opción.
Cuando me hube duchado y quitado la harina, baje a
comer algo, pero como no tenía casi hambre solo me comí unas espinacas que
sobraron de anoche a sique me las calenté, a eso de las 17:45 salí de mi casa y
me dirigí a casa de Minho, para acabar con esto de una vez por todas y a si el
seguiría con su vida yo con la mía y todos felices ‘’No seas tonta, sabes tanto como yo que te encantaría pasar las horas
muertas con Minho’’ genial, ahora mi conciencia me hablaba, creía que ya no
podía estar más loca pero me equivocaba, aunque la verdad es que tenía razón,
pero eso yo nunca lo admitiría.
Al llegar a la puerta de la casa me fijé en que era
enorme, tenía delante una casa de color blanco con una puerta gigante de madera
color gris, unos jardines preciosos decorados con toda clase de flores
silvestres y adornado con unos cuantos gnomos de jardín, el camino que conducía
hacia la puerta era de piedras y al fondo de la casa se podía ver una enorme
piscina ‘’ ¿Qué es rico? O ¿A atracado un banco y es hijo de la mafia?’’ tras meditarlo
durante unos segundos decidí que la primera opción era la más adecuada y la más
coherente. Al llegar a la puerta toqué al timbre y me abrió un señor mayor que
rondaría los 49 o 53 años, con el pelo canoso y entradas, llevaba gafas y por
la forma en la que iba vestido me dio a entender que era su mayordomo
‘’¡CIELOS! ¿Su mayordomo?’’ ¿Tenía mayordomo? Definitivamente Dorothy ya no
estás en Cansas, de pronto escuché una voz que bajaba por las escaleras.
-Tranquilo mayordomo Lee, ya me ocupo yo- dijo Minho,
me asombré al ver que detrás de un chico arrogante y frío había un chico muy
tierno y con una sonrisa que haría que hasta la mujer más feminista del mundo
cayera rendida a sus pies, con esa cara de ángel y esos ojos, esa sonrisa, ese
pelo ese.. ‘’Deja de soñar ya Jay, y límpiate la baba que pareces una vieja sin
dentadura enfrente de un bollo de chocolate’’ salí de mi ensoñación enseguida,
¿Qué estaba haciendo? Se suponía que no caería ante el…no, de momento.
-¿Vienes?-me dijo.
-Ehh! Si ya voy- a sique me dirigí escaleras arriba,
cuando hube llegado a la planta de arriba, no podía dar crédito a lo que veía,
era todo lujo, habían lámparas antiquísimas que debían de tener unos cien años
de antigüedad, también había una alfombra granate que llegaba hasta el final
del pasillo y que cubría casi toda la planta, y por si fuera poco habían
demasiadas puertas, seguí caminando y por fin encontré su habitación, la verdad
es que era de lo más sencillita y normal, me sentí un poco decepcionada, ya que
la casa entera era un lujo, me esperaba más de su habitación, aunque era
bastante grande, esa habitación era
enorme, me adentré en ella y me senté en una silla.
-Bueno, y ¿de qué vamos a hacer la investigación?
¿Tienes algo pensado ya?, porque yo he pensado en que podríamos hablar sobre el
periodismo.
-Si, como quieras, mientras que lo acabemos- dijo y por
su tono no parecía que tuviera muchas ganas de hacer nada, me sentía incomoda,
a si que tuve que ponerme firme y decirle lo que nadie antes se había atrevido
a decirle porque es…porque lo conseguía todo con su maravilloso rostro y su
gran talento como adulador, un mujeriego eso es lo que era, de manera que se lo
dije.
-Mira, me han tirado un cubo lleno de harina a la
cabeza sin ningún motivo, llevo una semana de perros porque todavía no conozco
a nadie y encima me tratan, corrijo me tratáis como a un bicho raro solo por el
hecho de no ser como vosotros en cuestión a rasgos físicos, y tengo la
paciencia y las ganas de hacer esto tanto o menos que tú, a si que o dejas de
ser un egoísta egocéntrico y pones un
poco de tu parte o esto no se va a acabar en la vida, ¿te ha quedado claro?- Ya
lo creo que le había quedado claro si no fuera porque sus ojos no podían
salírsele de fuera de las cuencas creo que estarían ya en órbita en algún otro
sitio.
-De acuerdo tu ganas lo haremos a tu manera-dijo aún
con incredulidad- ¿de verdad te han tirado un cubo de harina a la cabeza?.
-Sí, me han tirado un cubo de harina a la cabeza,
parece que soy lo bastante tonta como para caer en eso, pero no hablemos de
eso. –dije entre risas pero que dejaba entrever un rastro de tristeza.
-Sí, sí que eres un poco tonta, y lenta además.- le
lancé una mirada asesina de advertencia, si las miradas matasen él ya se podía
dar por muerto.
-Ejem! Perdón no quería decir eso, y ¿cómo fue?.
-Antes en clase recibí una nota en la que decía que a
la salida me esperara en el callejón de al lado de la escuela, y como sentía
curiosidad y no sabía de quien era decidí ir.
-La curiosidad mató al gato-dijo con sorna.
-De modo que cuando llegué y vi que no era nadie espere
unos diez minutos o así, pero cuando me di cuenta de que estaba debajo de una
cruz gigante roja ya era demasiado tarde porque estaba cubierta por una
tonelada de harina-empezó a reírse-si, si ríete todo lo que te dé la gana, eso
fue lo que paso.
-¿Viste quien te hizo eso?-me preguntó con curiosidad y
un deje de preocupación.
-No, no lo vi estaba muy ocupada intentando quitarme la
harina de los ojos- dije irritada ya con el interrogatorio.
Después de varias horas, haciendo nada, y pasándonos la
tarde entera hablando, logré darme cuenta de dos cosas, uno que no hay que
juzgar a un libro por su portada y que las apariencias engañan y dos que era
muy tarde y tenía que volver a casa, a si que le dije:
-Ya es muy tarde y tengo que marcharme a mí casa.
-¡Te acompaño!-dijo precipitadamente, lo cual
pareció un poco raro pero encantador.
Salimos por la puerta y nos encaminamos calle abajo, cubiertos por un silencio
un tanto incómodo y desesperante, a si que decidí sacar tema de conversación.
-Parece que tienes muchas fans en la escuela-comenté
entre risas.
-¿Estás celosa?-Su pregunta me pilló tan desprevenida
que me sonrojé.
-Eeeehh, no chs…por supuesto que no, ¿Por qué debería
estarlo?- intenté disimular.
-Por nada simple curiosidad- dijo con un aire
misterioso y divertido.
-Ya hemos llegado-dije.
Me di la vuelta para sacar las llaves y poder abrir la
puerta y al girarme para despedirme, tropecé y me topé con un pecho fornido y
unos brazos tensos pero fuertes, levanté la cara y me topé con un rostro que
causaba furor allá a donde fuera, estábamos a tan solo un par de centímetros el
uno del otro, el corazón me iba a mil por hora y por sus tensos brazos podía
sentir que él también estaba nervioso y tenía el pulso acelerado, en ese
momento podía haber sucedido lo inimaginable pero, de repente y con su
grandioso don de la inoportunidad mi teléfono sonó, y al mirar la pantalla vi
que era mi padre, que llamaba para ver como estaba, ‘’Es gracioso tres días sin
llamar y al cuarto recuerda que tiene una hija en la otra punta del mundo y
decide llamarla en el momento más oportuno posible, genial papá muchas gracias
por tu generoso don’’ me dije a mí misma.
-Ejem! Lo siento…gracias por acompañarme a casa nos
vemos mañana-le dije aún con el corazón agitado.
-Ehh! Si hasta mañana, ah y gracias por ser tan sincera
conmigo y no acobardarte.- Creo que en ese momento estalló una bomba nuclear
dentro de mí porque todos mis esquemas y expectativas se vinieron abajo,
‘’maldito niño rico irresistible’’.
-No hay de qué, hasta mañana.
-Hasta mañana.
Y ese fue mi último penoso día de la semana, lo que
podría haber pasado no pasó por culpa de mi padre, jeez, padres cuando los
necesitas nunca están pero cuando no, siempre son muy oportunos. Aquel día fue
un tanto extraño.
lo siento pero no es lee minho, es choi minho :)
ResponderEliminar