sábado, 8 de junio de 2013

CANTANDO ENTRE ÓLEOS

- Autora: @NaveahKim

- Tipo: B.A.P, Yongguk x fan, hetero, oneshot, menores 18

Unos grandes ojos se asomaban por la puerta, casi escondida, la dueña de aquellos ojos miraba a un chico que se encontraba durmiendo en esa enorme cama de la habitación. Ella estaba de pie con dos grandes maletas en las manos, le miraba friamente dispuesta a cumplir su sueño, algo que él no le podría impedir, pero no podía dejar de mirarle, tan tranquilo, con su pecho descubierto, de veras le quería pero pensaba que si seguía con él la perjudicaría en su futuro:

-A París-El ruido que había en aquella cafetería impedía que su mejor amiga la oyera bien.

-Un momento...-Esta vez si la había oído, le agarró una mano fuertemente con cara angustiada, su amiga del alma se iría y posiblemete para siempre-¿A París? ¿Para qué? ¿Y que pasa con Yongguk, tu novio? ¿Y conmigo?-La chica frente a ella la mira seria.

-Me voy a buscarme la vida como artista-Se deshace de la mano de la amiga, cogiendo con la misma la taza de café dándole un pequeño sorbo y volviendo a posar sus ojos en ella-A él le he dejado y a ti...no te preocupes te llamaré casi a diario...por cierto-La mira con más intensidad antes de tomarse de un trago todo el café y largárse del lugar rápidamente-No le digas nada a nadie.

Un lienzo con trozos pintados de la torre Eiffel yacía en medio de la plaza y una chica sentada en un pequeño taburete con la lengua fuera, totalmente concentrada en el dibujo, los parisinos que allí se encontraban la miraban sonriendo, algunas adolescentes tomaban fotos y gritaban por su entusiasmo o por el chico que se encontraba mirándola, totalmente tapado con una bufanda y unas gafas de sol.

La chica no miraba a su alrededor, no le importaba si hacía frío o calor, un importante coleccionista de arte contemporáneo se había interesado por sus cuadros y debía terminar este cueste lo que cueste; pero ya era de noche y debía volver a la galería.

-¡Hola Marco!-Saludó al guardia de la galería en la puerta de esta, era un hombre mayor, dudaba de que pudiera proteger el edificio, pero era la mejor persona que había conocido allí.

-Buenas noches señorita, ¿Va usted a trabajar?

-Sí-Le dijo con una sonrisa.

-Pues, le interesará saber-La miró dudoso de contarlo-que tu representante está hablando con el hombre del que le habló.

-¿De verás? ¿Ya está aquí? ¡Debo terminar la obra!-Gritó la chica mientras corría hacia las escaleras para subir a su estudio.

Sacó sus pinceles y todos los materiales para comenzar a pintar, pero sin darse cuenta tiró un bote de pintura al suelo salpicándole, toda la camiseta y parte del cuello.

-M-i-e-r-d-a...¿Ahora que hago?-Se quitó la camiseta rápidamente y empezó a dar vueltas por la habitación rebuscando por todos lados-Por aquí debería haber una camiseta...

Un chico con el pelo revuelto, camisa blanca y pantalones negros la observaba sonriendo de un lado, caminando despacio hace ella; la chica lanza algo mientras busca que hace que el chico de un paso atrás tirando con su tropiezo más pintura al suelo y salpicándolo a él produciendo bastante ruido.

-¿Quién eres tú y que haces aquí?-Grita la chica intentando taparse con unas sábanas que encontró.
El chico se da la vuelta y la mira directamente a los ojos, riéndo mientras intenta quitarse pintura de la camiseta.

-Después de 2 años sigues igual de torp...-Una voz le interrumpe.

-¿Que coño haces aquí?-Grita la chica desesperada acercándose a él, con una mira agresiva.

-¿Qué pasó? ¿Ya no quieres a tu novio?-Ríe el chico, pero esta levanta el brazo para propinarle un puñetazo, pero este la para-¿Qué vas a hacer? ¿Pegarme? ¿por qué?-Comienza a alzar la voz-¿Qué te hice para que te fueras, eh? ¿No te cuidé lo suficiente?-Mientras habla la obliga a andar hacia atrás haciendola parar al chocar su espalda con un gran ventanal, ella intentaba deshacerse del agarre pero no podía al estar sujetando la sábana que la cubría-¿Por qué? ¡¿Por qué?!-Grita desesperado, dándo un golpe en la cristalera empañada por el calor de la habitación.

Ambos respiraban agitados, sin dejar de mirarse:

-¿Has tenido que fingir ser un coleccionista de arte para encontrarme?-Dice la chica en un susurro burlón.

-No, he tenido que fingir que no me importas durante todo este tiempo para poder vivir y cumplir mi sueño-Sus ojos era más intensos aún, la chica se ruborizó al escuchar esas palabras salir de su boca, no podía creer que ese chico que nunca le había dicho ni demostrado que la quería lo estaba haciendo ahora-Para tu información, no soy coleccionista, soy cantante, bastante famoso por cierto.

-¿Ah sí? Me alegro por ti, pero olvídame-Se deshace del agarre e intenta andar, pero tropieza con la sábana y está apunto de caer al suelo, pero el chico la agarra de la cintura, de la fuerza ambos resvalan y caen al suelo uno encima del otro, sus respiraciones chocaban y sus narices también.

-¿Qué te hice para que me abandonaras sin nisiquiera una nota?-La mira tranquilo, esperando una respuesta, ella no parecía estar por la labor pero la incesante mirada del joven la obligó a contestar.

-Quererme-Lo mira a los ojos-Pero, ya no es así no me quieres y yo no te qui...-El chico la interrumpe dando un puñetazo al suelo junto a la cabeza de esta apoyando después la cabeza en su hombro, podía notar su respiración acelerada y sus labios junto a su oreja.

-Yo si te quiero, déjame demostrartelo-Levantó la cabeza y la besó sin que esta pudiera responder, al principio intentó deshacerse del beso, pero  no pudo, algo en su interior la hacía sentir tan tranquila, lo conocía demasiado bien pero algo más maduro estaba en él que lo hacía aún más atractivo.

No pararon de besarse hasta que no pudieron respirar, Yongguk levantó un poco su cuerpo para poder contemplarla un poco más, sus ojos se volvieron a unir, volvieron a ser uno, como en aquellos tiempos.

Yongguk miro hacia el ventanal, se veían las luces de la ciudad y la torre Eiffel de fondo, este se levantó para divisar mejor la ciudad dirigiendose hacia la ventana, con él levantó a la chica poniendola delante apoyando la espalda de esta contra su pecho.

-Entiendo por qué te viniste aquí, esto es precioso-Posa si mano en el vidrio, la chica se gira para mirarlo directamente.

-Yongguk, ¿Qué quieres de mí?¿A que has venido?

-Ahora soy un cantante de éxito, necesito inspiración para mis canciones, alma para sostenerme cada día y un corazón renovado, vine a por ti y no me iré, hasta que tu mundo sea el mío, voy a comprar toda tu galería para que te vengas conmigo...-No pudo seguir hablando la chica lo empujó para poder irse, pero este la volvió  a envolver entre sus brazos apretándola aún más fuerte-Dime que nunca has pensado en mí, en estos 2 años que ya no me quieres y me iré.

Yongguk no dejó que esta respondiera, quizás se esperaba una respuesta negativa, ya que la empujó contra la cristalera y la levantó agarrando sus piernas, comenzó a besarla sin detenerse por toda su boca y cuello; la chica suspiraba fuertemente apretando los labios para no soltar ningún grito ni nada que pueda indicarle al chico que le gustaba lo que le hacía, era puro orgullo pero este sabía perfectamente como hacerla gritar de placer.

Yongguk dejó de besarla para coger aire, la bajó y le pidió que le quitara la camiseta, esta lo hizo despacio rozando con las llemas de los dedos cada centímetro que la camiseta cubría <<Ha hecho ejercicio, mucho ejercicio>> Pensó. Yongguk disfrutaba con cada roce, por fin, después de 2 años estaba con la única mujer que había amado, posiblemente esto solo dure una noche pero quería disfrutarla como nunca.

-¿Te gusta lo que ves?-Susurró el chico al oido de ella, esta lo miró sonrrojada, sin saber si hacerle caso al orgullo o al corazón, aunque estaba ganando este último.

Ella sin el consentimiento de él le desabrochó también los pantalónes, Yongguk la miro sonriendo tan dulcemente que la chica se quedo shockeada <<Ganó mi corazón>> . Esta vez era ella la que le besaba, la que dibujaba líneas infinitas en su espalda y la que pedía desesperada más caricias.

Volvieron a la carga, ambos estaban desnudos, alumbrados simplemente por una lámpara en medio de la habitación y las luces de la ciudad, Yongguk la alzó en el aire, borrando con la espalda de la chica las marcas de las manos de ambos en el cristal, sin parar de besarse, en un suspiro Yongguk se introdujo en ella, lentamente, sintiendo como el tiempo de paraba, un suspiro avisó del comienzo de las estocadas las cuales cada vez eran más rápidas y placenteras para ambos; Yongguk comenzó a besar el cuello de la chica agresivamente, tanto que le dejó una marca que le duraría unos cuantos días.

Ambos terminaron a la vez, pero se quedaron un buen rato en la misma posición mirándose, la chica le acariciaba la nuca y este le sonreía con una paz inmensa, que podría sentirse en toda la ciudad...

Repitieron el juego y finalmente terminaros envueltos en la sábana, abrazados, contemplando el amanecer de París:


-Aún no me has cantado nada-Dice la chica mirándo al frente, este compenzó a cantarle un rap, aunque era a capella parecía que tuviera melodía propia y con la lentitud de la canción y lo grave de su voz podía sentir cosquilleos en el pecho de tan solo escucharle.

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