- Autora: Brownie Patterson
- Twitter: @MEPP19
- Tipo: SHINee y EXO-K, 2min (Minho x Taemin), OnKey (Onew x Key), JongKai (Jonghyun x Kai), +18, yaoi, serial
CAPÍTULO 8
Timbré
una y otra vez, hasta que al fin la puerta se abrió y pude ver ante mí a un
Minho totalmente destrozado, tenía los ojos rojos de tanto llorar, y las
lágrimas no dejaban de recorrer sus mejillas.
-¿Qué
pasa? Minho, ¡¿qué pasa?!
No
contestaba, se acercó a mí y me abrazó, escondiendo el rostro en mi cuello. Yo
correspondí el abrazo con todas mis fuerzas, mientras le acariciaba el pelo e
intentaba tranquilizarle.
Permanecimos
así un rato, todavía con la puerta de su piso abierta, hasta que se relajó un
poco. Cerré la puerta y fuimos hacia el sofá. Le dije que se sentase mientras
yo le preparaba una tila, cuando estuvo lista me senté a su lado.
-¿Vas a
contarme que ha pasado?
-Es
demasiada presión, no aguanto más, Taemin, no puedo...
-Sí
puedes, yo estoy contigo.
Se hizo
el silencio, y esperé a que se terminase la tila para continuar con la
conversación.
-¿A qué
ha venido tu madre?
-A
pedirme que vuelva a casa. -dijo cabizbajo, con la mirada clavada en el suelo.
-¿Y tú
qué le has dicho?
-Que no
pienso volver.
-¿Por
qué? -igual le atosigaban tantas preguntas, pero por lo menos iba contándome
poco a poco lo que había ocurrido.
-Porque
si me fui era porque no tenía motivos para quedarme allí. Además, te tengo
aquí, y ahora mismo eres lo único que me importa.
-Pero
no debes despreocuparte de tu familia por mí.
-Ellos
se despreocuparon de mí... -alzó la cabeza, y parecía que las lágrimas
amenazaban con volver a salir- me despreciaron por ser como era, el único que
les importaba era mi hermano. Y ahora que no está, ¿me piden a mí que vuelva?
No tendrán esa suerte.
Se me
rompía el alma escuchando eso, Minho nunca me había dicho que tuviese problemas
familiares. Simplemente me había contado que se había ido porque no quería
seguir viviendo con sus padres, pero nunca pude llegar a imaginar que ellos no
le querían.
-”Tu
hermano sí que ha triunfado en la vida”, me decían, -continuó hablando,
mordiéndose el labio en cada pausa que hacía- “¿y qué has hecho tú? Nada”, me
machacaban constantemente.
-Nunca
me habías dicho nada... -dije entrelazando mis dedos con los suyos, y apretando
su mano con fuerza.
-No lo
vi necesario, me fui para olvidar. Cuando murió mi hermano tuve que encontrarme
a todos en el funeral, y pude perfectamente notar todas las miradas de
desprecio que había hacia mí. Mi hermano siempre me había apoyado en todo,
siempre me defendía ante los familiares, y ellos no se explicaban como podíamos
llevarnos tan bien. Y cuando él murió, supe que no me quedaba nada. No me
quedaba nada, excepto tú.
Acaricié
su mejilla, y le sequé las lágrimas, que ya habían empezado a caer. Le abracé,
su cabeza reposaba sobre mi hombro, y nos quedamos callados.
-Por
eso tu madre decía que yo era el culpable de que no volvieses a casa. -susurré.
Él
asintió, y unos minutos después nos quedamos dormidos, así como estábamos,
cogidos de la mano y abrazados en su sofá.
–-
Me
desperté con algo de dolor en el cuello a causa de haber dormido en una mala
postura. Minho ya no estaba conmigo en el sofá, así que me levanté y busqué por
la casa, hasta que al fin dí con él. Estaba asomado en la ventana de su
habitación, con una humeante taza de café. Me acerqué a él despacito y lo
abracé por detrás.
-Buenos
días. -susurré en su oído.
-Buenos
días. -repitió con una pequeña sonrisa, acariciando mi mejilla con la mano que
tenía libre.
Dejó la
ventana abierta, pues hacía un calor insoportable, y posó la taza de café en la
mesilla que tenía al lado de su cama.
-¿Cómo
te encuentras?
-Algo
mejor, lo siento por haberte despertado de madrugada...
-No
importa. -interrumpí. Me acerqué a él y lo abracé de nuevo.
-Gracias.
-susurró.
Le di
un suave y corto beso. En ese momento sonó su móvil, miró la pantalla y le dio
al botón de colgar.
-¿Es tu
madre? -pregunté.
-Sí, me
ha llamado diez veces ya.
-Y
seguirá llamándote hasta que contestes.
-No
pienso hacerlo.
-¿Y qué
consigues con eso?
-Y si
le contesto, ¿qué quieres que le diga?
-Lo que
tú creas conveniente.
-Pero...
-Yo te
apoyo, ¿recuerdas?
Suspiró,
y el teléfono sonó de nuevo, esta vez sí lo cogió. Salí de la habitación para
dejarle hablar tranquilo, aunque no tardó mucho en salir, con la expresión
bastante cambiada.
-¿Y
bien?
-Le he
dejado claro que no voy a volver, y bueno, eso ha sido mi despedida de la
familia.
-¿Cómo?
-Me ha
dicho que me olvide de ella, -continuó hablando entre sollozos- y del resto de
la familia. Que nunca me han importado, que siempre he mirado solo por mí
mismo, que se tuvo que marchar el hijo bueno...
No le
dejé continuar hablando, pues las lágrimas ya caían sobre sus mejillas y las
mías amenazaban con hacer lo mismo. Avancé velozmente hasta él y le abracé con
todas mis fuerzas, acariciando su pelo con mi mano derecha.
-Eres
lo único que me queda, Taemin...
-Y
siempre voy a estar aquí.
Esperé
a que se calmase un poco, y me despedí para volver a casa. Pues se acercaban ya
las 12, y no estaba dispuesto a que el cabezota de Key se empeñase en hacer la
comida.
-¿Te
veré por la tarde? -preguntó cuando yo estaba ya cruzando la puerta.
-Por
supuesto. -le di un beso y me marché.
–-
-¡Sois
un desastre! Salid de la cocina ahora mismo. -gritaba Key desde el sofá.
-¡Lo
estamos haciendo lo mejor que podemos! Y no está quedando tan mal, ¿verdad,
Taemin?
-Pues
claro que no, si somos unos maestros de la cocina. Es que Key no nos dejaba
demostrar nuestro talento.
-¡Imbéciles!
-nos gritaba de nuevo.
Onew y
yo habíamos decidido hacer que Key descansase durante al menos una semana o
quince días, se lo merecía.
-¡Uy! ¡Pero
eso está muy poco hecho! -Onew y yo nos giramos y pudimos ver a Key pegado a
nosotros observando lo que hacíamos.
-¡Fuera!
¡Ahora este es nuestro territorio! -dije empujándole de nuevo hacia el sofá.
-Vale...-dijo
haciendo un puchero, y se sentó de nuevo.
-Oye,
Taemin, ¿como está Minho? -preguntó Jinki.
-Bueno...
-Entiendo.
-realmente a Onew y a mí no nos hacían falta palabras para comunicarnos.
Continuamos
con nuestra misión de hacer la comida y escuchamos el timbre. Y cómo no, eran
los señores Kai y Jonghyun.
-Lo
siento, chicos, hoy cocinan Onew y Taemin, así que no hay gran cosa que...
-¡Pero
será posible! -aparecí ante ellos interrumpiendo a Key. - Pasad, que la comida
está quedando de maravilla.
Kai y
Jonghyun se miraron entre ellos, y luego fijaron sus miradas en mí.
-Esto...mm..creo
que hoy comeremos en casa...-decía Jonghyun.
-¡Que
paseis! -me di miedo a mí mismo, pero conseguí mi propósito y entraron.
-Déjalos,
Taemin, ¡allá ellos! -Onew se giró hacia Kai- ¡Esta es la primera y última vez que
cocino para vosotros, y os arrepentiréis de despreciar mi comida!
Mientras
Onew y yo cocinábamos, Key estaba con el portátil, Jonghyun con el móvil y Kai
viendo unos dibujos en la tele.
-Onew,
¿qué es exactamente eso que estás echando en la comida? -pregunté.
-Se van
a cagar estos tres...despreciar mi comida, ¡tomad picante, imbéciles! -decía
para sí, con una risa malévola en la cara.
-Eh...¿y
nosotros que comemos?
-Tranquilo,
tengo pollo de reserva.
Suspiré,
pero en nada comencé a reír imaginándome la cara de los otros tres cuando
probasen la comida. Iba a ser un momento bastante histórico.
Llegó
al fin la hora, estábamos todos sentados, y Onew se encargaba de servir la
comida.
-¿Y
vuestros platos? -preguntó Jonghyun.
-Nosotros
no comemos ahora, que no tenemos hambre. -dijo Onew.
Yo me
comenzaba a reír de nuevo pero éste me dio un codazo para que disimulase. Los
demás comenzaron a comer.
-¡Oye,
pues no está nada mal! -decía Jonghyun.
-Oh,
sí, disfruta mientras puedas...-decía para sí Onew, de nuevo con esa malévola
sonrisa.
El
picante comenzaba a hacer su efecto, los tres se levantaron corriendo en busca
de agua, chocando entre ellos.
Onew y
yo nos caímos al suelo de tanto reírnos.
-¡Esta
me la pagáis! -decía Key mientras abría la nevera y cogía una botella de agua.
Nosotros
seguíamos riendo, cuando notamos un frío chorro de agua caer sobre nosotros, y
es que los otros tres no habían tardado en comenzar con su venganza. Onew y yo
cogimos otras botellas y comenzó la guerra.
Al cabo
de un rato estábamos todos empapados. Jonghyun había tendido su camiseta, Kai y
yo teníamos ambos una toalla en la cabeza y Onew había ido a ducharse, haciendo
pucheritos porque Key le había escondido el pollo.
-¿Eh, y
Key?
-¡A
fregar todos! -escuchamos su voz tras nosotros.
-Pero...¿se
puede saber de donde has sacado tantas fregonas?
-Menos
hablar y más fregar, ¡venga!
-Sí,
señor. -dijimos los tres poniéndonos firmes.
-¿Y
Onew? -preguntó.
-En la
ducha.
-Bien,
él fregará los platos.
Y dicho
eso, se fue a la habitación.
Nosotros
cogimos las fregonas y nos pusimos a limpiar, la verdad es que habíamos dejado
todo hecho un estropicio. Tras un buen rato, ya había quedado la cocina
impecable.
-Todavía
tienes la espalda mojada. -le decía Kai a Jonghyun mordiéndose el labio.
Jonghyun
lo besó agarrándolo de la cintura y empujándolo contra la pared.
-Chicos,
no es por cortaros el rollo...pero estoy delante, y estamos en la cocina de mi
casa.
Suspiraron
y volvieron a formalizarse, Jonghyun fue a coger su camiseta y se marcharon a
casa con bastante prisa.
-Vaya
dos...-dije para mí.
Miré la
hora y todavía eran las cuatro.
Onew
entró en la cocina, ya vestido y con el pelo todavía húmedo, y nos preparamos
un café.
-¿Qué
tal está Key?
-Algo
mejor, pero se encuentra bastante mal y tiene un poco de fiebre, así que está
metido en cama. ¿Qué tal está Minho?
-No lo
sé, voy a ir dentro de un rato a su casa a ver si está algo más animado.
-¿Y tú
cómo estás?
-Yo
bien, no te preocupes.
-Deja
de decir que no me preocupe por ti.
-Pues
deja de preocuparte tanto.
Me dio
un golpe y se terminó el café.
-¿Vas a
salir? -pregunté.
-Voy a
ir a tomar algo con mi madre, que la tengo abandonada últimamente.
-Dale
recuerdos. -dije con una sonrisa.
Asintió
y fue a despedirse de Key a la habitación, se despidió de mí también y se
marchó.
Me
cambié de ropa y me levanté con intención de ir a casa de Minho, pero cuando
estaba a punto de abrir la puerta escuché la voz de Key detrás de mí.
-Taemin...-susurró.
-¿Pasa
algo? -pregunté preocupado.
-No, es
solo que...¿podrías quedarte conmigo hasta que vuelva Onew?
-Claro
que sí.-contesté con una sonrisa.
Onew
había dicho que iría a tomar algo con su madre, así que supuse que a media
tarde ya estaría de vuelta.
Fuimos
a su habitación y nos sentamos en la cama, noté en su rostro una gran tristeza,
lo cual me apenaba bastante.
-Eh,
¿estás bien?
-Sí...-contestó,
nada convencido.
-No te
creo.
-No es
nada.
-No te
creo.
-Siento
estar preocupándoos constantemente, de verdad. -tenía la mirada clavada en el
suelo.
-Eh,
-agarré sus mejillas y le obligué a mirarme- no digas eso, ¿vale? Sabes que no
eres para nada una molestia.
-Sí lo
soy.
-¡No lo
eres!-alcé la voz- No vuelvas a decir tal cosa.
-¿Onew
está bien? Es que por mucho que me diga que no le pasa nada, yo sé que sí.
-Tan
solo estaba preocupado por ti, como todos.
-¿Estás
seguro?
-Segurísimo.
Se
dibujó una pequeña sonrisa en su rostro, pero me tranquilizó verla.
-Muchas
gracias por todo, Minnie. -susurró mientras me abrazaba.
Correspondí
el abrazo sin decir nada y le acaricié el cabello.
Escuchamos
que se abría la puerta, y nos extrañamos, tan solo hacía media hora que Onew
había salido de casa.
Para
nuestra sorpresa, aparecieron él y su madre ante nosotros.
-Vaya
hijo que tengo, el pobre Kibum enfermo y lo deja en casa. -pude ver a Jinki
sonrojado tras ella.
Key y
yo nos reímos y Onew nos fulminó con la mirada. Hacía mucho que su madre no
venía por aquí, Key y ella solían sentarse en la cocina y se podían pasar horas
hablando de Jinki.
-¡Cuanto
tiempo! -dijimos Key y yo felices de verla.
Nos
levantamos para saludarla y nos fuimos todos al salón.
-Espero
que me echéis de menos, chicos. Que aunque viváis con Onew, la más simpática de
la familia soy yo, supongo que no os cabrá duda.
-Creo
que iré a hacerme otro café. -dijo Onew marchándose a la cocina.
-¡Que
sean dos! -grité- ¿Tú quieres? -le dije a su madre.
-Uno
clarito.
-Ya has
oído, Onew.
-¡¿Pero
de que vais?!-gritó desde la cocina.
-Le he
dado la vida, y así me lo paga. -decía ella.- Hay que ver, tener hijos para
esto.
Que
bien me caía esa mujer, siempre me lo pasaba genial con ella.
-Bueno,
Key, ¿cómo te encuentras?
-Bien,
bien, me anima verte.
-¡Hombre,
por algo he venido! Y tú, Taemin, ¿qué tal?
-Bien,
bien. ¿Y qué es de ti? Hacía mucho que no hablábamos.
-Ya, es
que mi hijo tiene miedo de que lo echéis de casa para traerme a mí, entonces
evita que nos encontremos.
-¡Mamá,
no les des ideas! -gritaba éste desde la cocina.
-¿Y
Jonghyun y Kai?-preguntó ella ignorando completamente a su hijo.
-Tienen
un día cariñoso, -dije recordando lo que había ocurrido hacía no mucho- creo
que no saldrán de la cama en toda la tarde.
-Que
envidia. -dijo ella.
-¡Mamá!
-gritó Onew.
-¿Qué?
Una mujer es una mujer, tenga la edad que tenga. -se giró para nosotros- ¿Veis
como me trata?
Key y
yo reímos de nuevo. Onew trajo nuestros cafés y nos fulminó de nuevo con la
mirada.
-Taemin,
¿no ibas a ir a casa de Minho? -preguntó Onew extrañado.
Key me
miró haciendo gestos para que no le dijese a Jinki que me había pedido quedarme
con él.
-Sí.
Antes no me encontraba demasiado bien, -mentí- pero iré dentro de un rato.
-¿Minho?
-preguntó su madre en tono de cotilleo- ¿Quien es ese tal Minho?
-Su
novio. -contestó Jinki.
-¡Pero
será posible! ¿Y me entero ahora?
Esta
vez fui yo el que asesinó a Onew con la mirada. ¿Novio? Ni si quiera yo sabía
si le podía llamar así. Aunque no me importaría.
-Y
bueno...-continuó- ¿es guapo?
-¡Mamá!
-gritó Onew de nuevo.
-Ay,
calla ya, ¡eh! -contestó ella y se tornó para mí de nuevo- ¿Y cuando me lo
presentas?
-Pues...-el
timbre me interrumpió.
Y para
casualidades de la vida, era él.
-Vi que
no venías, así que bueno, decidí aparecer yo por aquí.
-¿Estás
mejor?
Asintió
con una sonrisa, y le invité a pasar.
-¡Madre
mía! ¿Tú eres Minho? -preguntó la madre de Onew en cuanto lo vio aparecer ante
ella.
-S-sí.
-contestó algo aturdido.
-¡Que
guapo eres! Siempre supe que Taemin encontraría a alguien de su nivel. Hacéis
una pareja excelente. -hablaba muy emocionada.
-Minho,
te presento a mi madre. -dijo Onew, suspirando.
-¡Encantado!
-éste se incorporó, aunque se veía que todavía no sabía muy bien como
reaccionar.
-¡Pero
ven, siéntate! ¿Quieres café?
-No,
gracias, acabo de tomar uno.
Se
sentó a su lado y yo me senté en frente con Onew y Key. Creo que Minho estaba
un poco asustado, me hacía mucha gracia su expresión.
La
madre de Onew le hizo un intenso cuestionario. Minho ya estaba un poco más
relajado después de que ésta le dijese que le caía bien.
-Me
gusta para ti, Taemin, es buen chico.
Yo
asentí sonriente y algo sonrojado. Siguieron hablando y yo no me perdía nada de
la conversación, mientras que Onew y Key estaban viendo una película de comedia
en la tele.
Pasó
rápido la tarde, entre risas y tonterías.
-¿Te
quedas a cenar? -le pregunté a la madre de Jinki.
-No,
muchas gracias. Tengo que ir a cocinarle a mi marido, ¿de donde crees que ha
salido la vagancia de mi hijo? De tal palo, tal astilla.
-Amor
de madre. -suspiró Onew, a lo que se llevó una colleja.- ¡Ay!
-No
hables por lo bajo. -le riñó ésta y se volvió a girar a nosotros. -Bueno,
chicos, me va siendo hora. Cuidaos y cuidad de Key, ¿queda claro?
-Sí,
señora. -dijimos los tres.
-Gracias
por todo. -le dijo Key.
-¡No es
nada! Minho, encantada de conocerte.
-Igualmente.
-Cuida
de Taemin, es una orden. -dijo poniéndose seria.
-Lo
haré. -contestó firme.
-Así me
gusta.
Repartió
besos y abrazos, Onew la acompañó hasta la puerta y se quedaron hablando un
rato. Se dieron un emotivo abrazo y ella se marchó.
-Espero
que hayáis disfrutado de su visita, ¡no la traigo más! -dijo Onew.
-No te
celes. -le contestamos Key y yo riéndonos.
Minho
estaba con nosotros, con una sonrisa de oreja a oreja. Se le veía mucho más
animado, y eso me alegró muchísimo.
Cenó
con nosotros, y cuando se iba a marchar me invitó a pasar la noche en su casa
de nuevo, y acepté la propuesta sin pensármelo dos veces. Antes de marcharnos
ayudé a Onew a recoger la mesa, mientras que Key y Minho se quedaban hablando
sentados en el sofá.
Eran ya
las 10 cuando nos fuimos para su casa.
–-
Me besó
una y otra vez, a cada una más apasionadamente. Mis dedos estaban enredados en
su cabello, y sus manos aferraban mi cintura a él.
-¿Hoy
tampoco quieres postre? -dijo cuando nuestros labios se separaron.
-No me
tientes. -susurré a unos milímetros de sus labios.
-Oh,
claro que lo hago. -una sonrisa aún mayor se dibujo en sus carnosos labios.
Sonreí,
lo miré de arriba a bajo y me mordí el labio inferior. Estaba tan sexy, la
madre de Onew tenía razón, tenía muy buen gusto.
Fuimos
hacia su habitación, mi espalda chocó contra la puerta. Minho volvió a besarme
de una manera aún más apasionada que antes, y mi lengua comenzó a jugar con la
suya. Sus labios comenzaron a dar besos cortos, recorrieron cada centímetro de
mi cuello. Me quitó la camiseta y su lengua recorrió mi pecho. Volvió a subir y
me besó de nuevo. En pocos segundos nos habíamos deshecho ya de toda la ropa.
Rodeé su cintura con mis piernas, mientras seguíamos besándonos y mis dedos
seguían jugueteando con su oscuro cabello. Poco a poco, lo fue introduciendo en
mí, con cuidado de no hacerme daño. Jadeé repetidas veces, mientras que él
aumentaba la velocidad. Cada vez se movía más rápido, y me costaba contener los
gemidos. Comenzamos a sudar y los mechones de mi flequillo se me pegaban a la
frente. Recorrí la curva de su espalda con los dedos mientras él intentaba
callar mis gritos con besos. Pero fue inútil, él no tardó en comenzar también a
jadear.
Caímos
los dos rendidos al suelo, con la respiración acelerada y con el corazón saliéndonos
del pecho.
-Te
quiero. -susurró en mi oído.
-Y yo a
ti.
Lo
besé, nos levantamos y nos metimos en su cama. Y entre achuchones y jugueteos
volvimos a lo mismo, no importaba lo cansados que estuviésemos, no importaba
nada. Y así estuvimos hasta agotar todas nuestras energías, quedándonos
dormidos, abrazados bajo las sábanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario