miércoles, 9 de enero de 2013

EL AMBIENTE

- Autora: Candela

- Tipo: B.A.P, BangHim (Bang x Himchan), yaoi, oneshot, menores de 18



El ambiente, cargado de humo y gritos de dolor era insoportable. La sangre y el sudor se mezclaban con la húmeda tierra de las trincheras. Durante los meses que llevaba allí, Bang había aprendido a no sonreír, a apenas mostrar cualquier tipo de sentimiento positivo. Jamás había sitio para la felicidad en la guerra.

Ahora le costaba respirar, el humo inundaba sus pulmones y le nublaba la vista. Sentía todo el cuerpo dolorido y tenso. Se apoyaba con dificultad contra uno de los lados de la trinchera. Comenzó a toser con violencia, un dolor ardiente recorría su pecho causándole una tortura infernal. Se llevó la mano al torso e intentó volver a su posición. A pocos metros, se encontraba uno de sus compañeros, o lo que quedaba de él. Bang intentaba no mirar en esa dirección, no soportaba la estampa de un ser humano asesinado de una forma tan cruel y atroz. La tos volvió a su pecho de nuevo con más dolor aún. Cayó al suelo de rodillas, apretándose el torso y gritando. Cuando cesó de toser, se incorporó y cargó su fusil. Corrió con torpeza por la trinchera, tropezando con cadáveres y sacos de arena. Consiguió avanzar los suficientes metros como para que sus compañeros lo divisaran y acudieran en su ayuda. Uno de ellos le ayudó a caminar mientras que el resto los escoltaban. En pocos minutos dejaron atrás la trinchera y los disparos, Bang se desmayó por el camino.

 Un agudo sonido hacía que no pudiera percibir con claridad la conversación que mantenían cerca de donde se encontraba. Abrió los ojos y observó que un joven de pelo negro como el carbón y ojos rasgados discutía con una joven enfermera.

 -No puedes quedarte aquí. En pocos días esto será un infierno dentro de otro, eres  joven y hermosa, no desperdicies tu vida.- le decía el hombre a la muchacha, que lloraba desconsoladamente. Esta hizo ademán de replicar, pero cabizbaja, asintió y se marchó. Bang intentó hablar, pero de nuevo, la tos volvió. El joven médico le miró y corrió en su ayuda. Le colocó de forma que la tos fue disminuyendo.
-Gracias.- dijo Bang con la voz bronca. Ahora su voz sonaba mas grave aún a causa de la irritación de garganta.
 -Tienes voz de locutor.- le dijo sonriendo el joven. Bang no dijo nada, aunque le había sorprendido ver a aquel hombre sonreír. Resultaba extraño ver una sonrisa tan sincera y hermosa en un lugar así. Apartó la mirada y preguntó.
 -¿Cuánto llevo inconsciente?
 -Poco, llevas apenas aquí dos horas, has estado teniendo pesadillas todo el rato.- le contestó mientras revisaba el goteo. El doctor le miró de soslayo. Observó que Bang tenía la mirada perdida, apenas albergaban vida aquellos ojos rasgados y llorosos.
 -Me llamo Him.- añadió el joven.
 -Bang.- contestó con rapidez.

 -Os atacó un guerrillero, ¿no es así?- Bang se sorprendió.¿Cómo sabía él eso?
 -Sí, aunque más de uno.
 -Si, me refería a un escuadrón de guerrilleros. Debes tener cuidado, utilizan su conocimiento del terreno para realizar ataques por sorpresa. Aunque para sorpresa el que hayas sobrevivido a una de sus emboscadas.- ambos callaron, no hacía falta decir que ningún compañero de Bang había regresado, ni regresaría. La noche ya había caído, y si alguno de ellos se encontraba allí fuera herido, no irían a buscarlo. Moriría desangrado, y con suerte sobreviviría hasta la mañana siguiente.
 -Antes has dicho que pronto esto también se convertirá en un infierno, ¿por qué sigues aquí?.- preguntó Bang con cierta timidez.
-Porque el salvar vidas hace que mi corazón albergue algo de esperanza por este país y por la humanidad. Si me fuese ahora, dejaría morir a decenas de hombres como tú.
 -Eso es una estupidez. Si no fuese por esta ridícula guerra no tendrías porqué salvar vidas de marionetas como yo.- contestó Bang irritado. Him le miró apenado.
 -Lo sé, pero, por el momento es lo mínimo que puedo hacer. Si me rindiera ahora y dejará mi cometido como médico, protestaría contra esta guerra, pero a la vez estaría dejando que títeres como tú murieran día a día. ¿Crees que eres el único que se encuentra en una situación difícil sólo por decidir si tienes que disparar a un hombre que no conoces?¿Si tienes que segar una vida para salvar la tuya propia? Yo lucho contra lo mismo, debo decidir si huir ahora y salvar mi vida o quedarme y salvar a un puñado de desconocidos. Y como humano y médico, prefiero salvar vidas a desperdiciarlas.- Bang apretó los puños enfadado. Quería gritar.
 -¿Entonces por qué sonríes de una forma tan natural y estúpida?- dijo con un tono de voz demasiado elevado. Him se sorprendió ante el arrebato de Bang.
 -Porque hace mucho que no veías una.- le contestó Him con dulzura. Bang abrió los ojos como platos, casi sin darse cuenta empezaron a brotar lágrimas de ellos. Su respiración se aceleró y comenzó a sollozar. Se llevó las manos al rostro y apretó los dientes, sin poder detener las lágrimas. Him se acercó a él y le colocó una mano en la espalda a modo de afecto. Él también contuvo unas cuantas lágrimas que intentaban recorrer su suave rostro.
 -Mañana sale el último tren de heridos. Después, todos los lisiados de esta guerra morirán aquí sin opción alguna. A diferencia de mí, si te vas ahora, salvarás una vida.- le dijo Him casi en un susurro. Bang seguía llorando casi sin darse cuenta. Ahora era él el que se compadecía de Him. ¿Cuánto le quedaría de vida allí?¿Una semana tal vez?. Envidiaba lo seguro de sí mismo que parecía a pesar de saberlo. El hecho de que una persona tan joven y maravillosa muriera a tan temprana edad hacía que todo le diera vueltas y le provocara presión en el pecho.
 -Sí…Me quiero ir, quiero ir a casa.- contestó Bang con la voz rota. Him dejó que las lágrimas se apoderasen de su rostro.
 -Mañana vendrá una enfermera a buscarte, estate atento y sé feliz.
 -Ven.- le dijo Bang. Him le miró dolorido a los ojos.
 -Voy a morir aquí. Tengo miedo, pero es lo que he decidido.
 -¿No tienes sueños ni ambiciones?- le dijo Bang desesperado por convencerlo.- Todos moriréis igualmente, ¿para qué quedarse?¡No tiene sentido, joder!.
 -¿Ves normal dejar aquí a toda esta gente morir, sin ningún apoyo? Si yo estuviese en su situación , me gustaría tener a alguien a mi lado sonriendo y diciéndome que toda va a salir bien.¡Aunque sea mentira!- le contestó cabreado Him. Bang gritó lleno de tristeza.
 -No es justo que alguien como tu muera de una forma así.
 -Las muertes en una guerra nunca son justas.- con los ojos llorosos le sonrió al decir aquello.-¿Sería egoísta por mi parte que me dedicaras la última de las sonrisas que veré?.
 -No te la recomiendo.
 -Me reconfortará pensar en ella cuando llegue la hora.- Bang suspiró, sabía que nada le haría cambiar de opinión a Him. Ojalá hubiera podido compartir una parte de su vida con una persona tan especial como él. Con amargura, Bang le miró e intentó mostrar felicidad en el brillo de sus ojos y la curvatura de sus labios. Him sonrió a su vez al verlo. Con brusquedad cogió a Bang de la nuca y lo abrazó. Fue muy rápido, en pocos segundos, Bang ya veía como Him, aquel doctor, aquella persona, se alejaba de él, sin mediar palabra, con sólo una concisa y clara idea metida en su cabeza; demostrar que siempre que quede una vida quedará una esperanza.

 El 25 de Mayo de 1945, Him-Chan murió fusilado en Corea, jamás se supo dónde enterraron el cadáver, pero todos los años hasta el día de su muerte, Bang visitó el edificio donde le atendió el joven médico. Bang murió de cáncer en 1991, en su cama, junto a su familia.

1 comentario:

  1. -Chilla- Nunca se me hubiese ocurrido un fanfic bélico de esta pareja y mira que se prestan para esto, pero en fin. Es muy hermoso y triste :'c
    Por alguna razón cuando lo leía pensaba en las escenas de 71 into the fire... Lo que más me dolió fue lo de ¨Jamás se supo donde enterraron el cadáver¨ y no se porque -vuelve a llorar- En fin muchas gracias por compartirlo :C

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