lunes, 30 de abril de 2012

PRINCIPIOS Y FINALES

- Autora: Kele


- Twitter: @anus_kele


- Tipo: yaoi, menores 18, SUPER JUNIOR, serial


- NOTA: Este es un serial en el que cada capítulo irá tratando sobre una pareja distinta de Super Junior, por lo que en cada capítulo se especificará la pareja.  




CAPÍTULO 6 (FINAL) : EL PRIMER Y ÚLTIMO AMANECER



-PERSONAJES: TODOS




Nunca un ángel lo había hecho. Podían ser personas que amasen a otras, pero nunca habían querido dejar sus poderes por los demás. Era el único fallo de la raza.
Con el cuerpo inerte de su mejor amigo en el suelo, KangIn cogió una mano de LeeTeuk y otra la llevó a su pecho. Se concentró en ambos corazones, lo único que escuchaba en ese momento eran los latidos de su corazón. "Allá vamos". Cerró los ojos, volvió a emitir la luz que tenía cuando bajó demasiado tarde, pero con una diferencia, en esos momentos no era el único que brillaba.
-Vamos...late...tú eres fuerte..esto no es nada-susurraba sin darse cuenta, eran ánimos a LeeTeuk-. Estoy aquí...nunca es tarde...
Algo apretó más fuerte su mano, y parecía que tenía un corazón en su oído de lo fuerte que sonaba. Estaba vivo, lo había revivido. Le había dado una segunda oportunidad. LeeTeuk se intentó levantar del suelo, pero un repentino abrazo le tumbó de nuevo.
-¡Hyung!-gritó alegre. El otro tardó en reaccionar, contagiado por la leve risa de su compañero, abrazándole también.
-Young...YoungWoon. Me aplastas...-pero se lo quitó de encima con facilidad. ¿Cómo? ¿Quizá algo de poder de híbrido? No sólo se quedó sorprendido de haberse quitado a KangIn, uno de los más fuertes, de encima, si no de la tercera persona que se encontraba ahí, también sorprendido.

Echa para atrás, SungMin, esos vampiros se te han metido bien metido en la cabeza, porque entre que te ha salvado un desconocido híbrido que te ha besado en medio de una huida (¿KyuHyun dijo?) y te encuentras que tu compañero, supuestamente muerto, está "iluminando" a tu otro compañero, que supuestamente está vivo pero que como que me llamo SungMin le has visto muerto y no tan coleando. Sí, me han hecho mucho más daño del que me imaginaba.
-¿SungMin?
-El mismo...¿LeeTeuk? ¿Kang...KangIn?
-¿He estado tanto tiempo muerto para que te hayas olvidado de mí, conejito pegapatadas?-no había perdido el humor en todo este tiempo. ¿Pero muerto? ¿Qué es, un zombi? "Un ángel", escuché en mi mente. Diría que esa voz es del KyuHyun, pesado, "pero sin tantos poderes". Gracias por la información, pero fuera de mi cabeza. "Tarde". Ya nos las veremos.
-¿Qué ha pasado con los demás? De la nada estaba todo negro y ahora puedo ver toda la ciudad-se quejó KangIn, mirando para todos los lados. A mí solo me hizo falta mirar al frente para saber el por qué de eso. Unos puntos rojos, una capa negra. Ya está. ¿Aun quedan?
-Ahí en frente. Quién le mate primero gana-empecé a correr hacia aquel edificio, LeeTeuk y KangIn tardaron un poco más. No me di cuenta de una cosa hasta que me enteré después por cierto cotilla escondido en la oscuridad: que se habían cogido de la mano.

Seguía retorciéndose en el suelo del dolor. Como si unas cuerdas finas le cortasen la circulación de la mano, pero sin dejar ningún rastro de sangre por el corte. Su corazón cambiaba de velocidad bruscamente: se paraba y latía a máxima velocidad, a la misma velocidad que en su cabeza las imágenes del pasado aparecían y eran seguidas por otras sin poder fijarse en los detalles. Dolor, pena, alegría, cariño...todas se mezclaban en segundos, algo explosivo en esos momentos. Pena psicológica y física, sí, en esos momentos vería la luz. Acabaría ahí, sin encontrarse de nuevo con él. Sin ver otra vez a aquella persona...
Abrió los ojos por acto reflejo. Sudando e hiperventilando se encontró en el edificio, delante del rifle, sujetándolo. Miró a la calle y lo vio tan vacío como el momento en el que la oscuridad se llevó a su compañero. ¿Se había quedado dormido? ¿Había sido todo una pesadilla? No podía preguntárselo ahora, tenía que seguir al tanto, los demás seguían abajo. 
Intentó acercar su cara a la mirilla y no pudo. No podía moverse. Quieto, congelado, como si mirara con los ojos de una estatua, en cambio, sabía que era su cuerpo. Escuchó algo detrás suya, no podía girarse para ver lo que era. No estaba solo.
-Nunca lo has estado, no me cansará de repetírtelo-la misma voz. Sí, la había reconocido a la primera, tenía que ser la misma persona de antes. Rabia e impotencia, así se podían resumir los sentimientos de HeeChul. Se había prometido que una patada por lo menos se llevaría. Oyó pisadas que iban hacia él-.Ya no sientes dolor, ¿verdad? En realidad sigues tirado en la calle, retorciéndote de dolor, pero no te dejaría ahí pudiendo hacer algo.
No podía salir de su asombro. ¿Cómo lo ha "salvado"? Cuando terminase eso-si es que salía de ahí vivo-se iría a un psicólogo. No, a un loquero. Lo tenía más que claro.
El otro rio. Era una risa suave, se la quería callar pero se le escapó.
-Otras personas también lucharán contra sí mismas, hasta que hayan exitinguido toda la oscuridad-su voz cada vez le sonaba más fuerte, se había acercado mucho.
¿Y no podría hacer nada? ¿Estaría quieto, escuchando una voz que había que su corazón se alterase? Empezaba a comprender cuánto necesitaba a sus compañeros, era uno de esos momentos que ya es demasiado tarde y no podías hacer nada. Mucha más impotencia, muchísima más ira a aquella persona a aquella persona que según él le había salvado, pero simplemente le estaba matando, poco a poco. Intentó hablar, gesticular algo, pero su cara no le obedecía.
-No necesitas decir nada, sé lo que sientes.
-NO LO HACES-esas palabras habían sido la gota que colmaban el vaso para él, se sentí orgulloso de sí mismo de al menos poder gritar. Su voz volvió a la vida-. Ahí afuera podía estar retorciéndome de dolor, pero quería encontrar a mis compañeros...aquellos que seguían ahí, conmigo....tú, tú te fuiste, me sentía tan solo en medio de tanta gente, no veía a nadie, solo me veía vacío. Luego, luego...
-Ocurrió todo, lo sé. En China ocurrió también. Me dio de lleno-se mordió el labio como pudo, eso le había impactado. ¿Eso quería decir que él, él en realidad...?-. No estaré muerto hasta que la última persona que haya vivido conmigo, aquella persona que tenga una parte en mí de ella muera tambié. Escúchame, por favor. Necesitas seguir luchando sin mí. Hay muchas cosas de ti que creer recordar pero aun no sabes. Es mejor. Tienes que empezar una nueva vida sin ellos, sin mí.-no pudo retener las lágrimás más. Le dolía, sí. En el momento en el que volvía a recordarlo todo, alguien tan importante para él le pedía que olvidase de nuevo. Que renaciese-. Eres fuerte, HeeChul, podrás hacerlo-le abrazó por detrás con delicadeza, con el mismo cariño y calidez que la anterior vez. Pero con el sentimiento de ser la última. Un abrazo de despedida. Volvería a ser el chico sin recuerdos, el frío, el solitario, el egocéntrico. Sería el HeeChul que todos los vivos conocen-.Te quiero-le abrazó más fuerte, mientras tarareaba una canción y secaba las lágrimas de su amigo.
Y en ese momento, llorando y abrazado por alguien que pronto volvería a ser un desconocido para él, volvió a la realidad. Al dolor físico, más fuerte que antes. Volvería para estar con los demás.

Había ganado el muchacho de pelo oscuro. Después de horas de golpes, espadazos, heridas y besos furtivos, consiguió vencer al pelirrojo y desatar toda su lujuria dentro de él, como había deseado desde el primer momento, haberle tenido completamente para él, repasar cada centímetro suyo de él, saborear la sangre que se escapa de cada herida. Pero RyeoWook no se dejaba hacer, era díficl, tenías que luchar para conseguirle, aunque fuese contra él. Aun así, la atracción se respiraba como oxígeno en el lugar. Podían haber escapado de la vida, pero no podían escapar el uno del otro, estuviesen donde estuviesen. Aunque RyeoWook aun intentase quitársele de encima, solo quería más de él, rendirse a sus embestidas y a la lujuria, que crecías más y más en él. No tuvo más escapatoria que redirse, no tenía más salida, YeSung le había acorralado contra el suelo, en contra y a la vez en favor de su voluntad. Cada embestida era más fuerte y más dolorosa, era el castigo por haberse hecho esperar tanto tiempo. Lo peor de todo, era que le gustaba, no era molesto para él, era satisfactorio, que aun con heridas, aun desangrando podía seguir dandóle como el monstruo que eran. 
Finalmente, se escuchó el grito del climax, un grito hecho por las dos personas.


De un rápido movimiento, el vampiro destapó a su muñeco a los dos humanos que tenía en frente suya.
Sus ojos no podían abrirse más, y habían perdido la respiración por el muñeco del vampiro.
Era HeeChul. Su pelo largo y oscuro, su mirada fría y soberbia con un pequeño rifle de francotirador, que hacía de accesorio a la figura.
Agarraron más fuerte las espadas, seguros de que pronto serían parte de sus brazos.
-Oh, no, por favor, esta noche no-decía el vampiro, aunque su tono no era de súplica, más bien cómico-. ¿De verdad me vais a hacer daño? O quiero decir...¿le vas a hacer daño?
Henry se adelantó a las palabras de Siwon, subiendo la espada a la altura de la capucha del vampiro.
-No tengo miedo a hacerte daño.
KiBum rio, mirando a Henry intensamente, queriéndole provocar miedo.
-Creeme que el daño que me hagas se lo harás a él-movió un poco su capa para hacer notar las cuerdas que le ataban al muñeco, que no eran pocas-. Hacen más daño que ese trozo de metal que tienes en las manos, chinito-la última palabra podía haberse cambiado perfectamente por un insulto por la forma en la que la escupió. El punto malo del chino es que tenía poco aguante, y KiBum lo descubrió rápidamente. Se hizo a un lado con elegancia ante el espadazo de Henry, que dio a algunas de las cuerdas. Sin despeinarse, pero el muñeco tenía varios cortes en los brazos y cerca del cuello. Siwon avanzó para pararle los pies a Henry.
-¡Para!-si nada de lo que decía el vampiro era una broma y ese muñeco era más que un simple muñeco, acababa de hacerle un grave daño a su compañero.
-Tu compañero es el más sensato de los dos...en parte-movió los dedos y tenía a Siwon a punto de cortarle la cabeza. La cara de sorpresa de Siwon le arrancó una risa macabra. Sí, en parte era sensato. Todo físico-.Me has encontrado preguntón, así que-miró a los dos-, ¿mataríais por salvar una vida?-acarició al muñeco.


No sabía dónde estaba. Solo recordaba haber vuelto a ver a su mono, haber terminado a un vampiro de una estocada...y que ese mono le convirtió en uno de ellos.
Lo mejor, y a la vez lo peor, es que era cierto.
Levantó la vista y vio a su amigo-amigo...si se habían besado y...¡memoria de pez!-aun encima de él, mirando a otro lado. Miró a ese lado y vio que no había nada. ¿Qué tenía en especial?
-Hyuk...¿qué hay ahí?
EunHyuk pasó su mirada a DongHae, robándole un beso de sus labios antes de hablar.
-Ya nada. Esperaba a que te despertases-sonrió levemente a DongHae. No sabían a dónde se habían metido. Se levantó y le dio la mano para ayudarle a levantarse-. Vámonos. Todo esto ha acabado.
No vio diferencia a ser vampiro que a ser humano. Se sentía igual que antes. Quizás echaba de menos eso de respirar inconscientemente, pero era cosa del pasado.
Echó una mirada atrás antes de saltar por el muro del callejón y olvidarse para siempre de la ciudad. La fogata seguía encendida, pero entre las lenguas de fuego pudo ver una figura conocida que se retorcía de dolor en el suelo.
-¡HeeChul!-corrió a por él, escuchó de fondo a EunHyuk gritar que parase de correr, sin embargo no pudo evitarlo. EunHyuk había heredado la fuerza, pero el cuerpo de DongHae se decantó por la velocidad. En mucho menos tiempo del que haría un humano, DongHae ya estaba socorriendo a HeeChul.
-¡Tonto, lentorro! ¡Has tardado mucho! ¡He caído al suelo por el dolor!-aun así, seguía pensando en sí mismo, para DongHae, la guerra no hizo mella a HeeChul, quizás porque no conocía lo que se coció por su mente. Miró si había gente cerca y se fijó en unos sonidos que le parecían voces.
-Deja de quejarte y sígueme-le cogió del brazo y corrió en dirección a las voces. HeeChul, más tarde, se arrepentiría de llamarle "lentorro".


Cuando creía que desde ese momento empezaría su eternidad con la persona más importante, esta al grito de "¡HeeChul!" se largaría a saber dónde. La sangre humana ahora le olía lejos, y cada vez más. No solo le preocupaba por si había tenido sed tan temprano, si no por la desaparición del cuerpo de YeSung. Ni cenizas, ni sangre, ni huesos ni nada. Como si no hubiese muerto.
Unos aplausos se escucharon detrás suyas, como salidas de la oscuridad inexistente del callejón.
-Acertaste-y ahí estaba. A YeSung no lo matarían tan rápido. No callarían esa risa tan pronto. Chascó los dedos e hizo de la fogata un gran incendio de cuerpos, sentía su calor tras su espalda y la gran sombra de su cuerpo por encima de la de YeSung. Se fijó de un detalle que le hizo sospechar-. No moriré tan pronto, ese humanucho me debilitó. Aunque...huelo que ahora es vampiro. Estabas desesperado, ¿eh?-le dio unas palmaditas en el hombro, sin parar de reir.
EunHyuk retrocedió, aun sentía respeto ante la figura del asesino.
-Ya no soy de los tuyos-dijo con toda la dureza y seriedad de esos momentos.
-¡Me vas a matar de risa! Y lo sabes bien, HyukJae, o eres de mi bando, o no eres. Acabas de decidir-su miraba se volvió sombría y sus ojos más rojizos. Detuvo la primera patada directa a su pecho y le tumbó en un momento a suelo, pero no sería una victoria rápida, YeSung en poco tiempo tuvo la pelea a su favor, con la mano en el cuello de EunHyuk.
-¿Entonces?-era difícil quitarle la sonrisa a YeSung, fuese del tipo del que fuese. Menos en una pelea en la que saboreaba la victoria.
Con la mano que no intentaba quitarse la mano en el cuello de YeSung, le empujó, tirándole cerca de las llamas.
-Entonces esto es lo que llamo yo "tirar las malas hierbas al fuego"-con facilidad, tiró el cuerpo del vampiro a las llamas.
Había estado mintiendo todo el tiempo, aun así, no tuvo más que luchar contra una figura sin sombra, algo que nunca existió en realidad. Era hora de encontrar a DongHae, pronto amanecería.


-¡TE MATARÍA A TI!-gritó KangIn al vampiro, al llegar a la escena con LeeTeuk y SungMin. El vampiro no le dedicó mucho tiempo a sus nuevos invitados, volvió su mirada algo molesta a SiWon y a Henry.
-No esperaré más tiempo para una respuesta. Mátale y...la muñequita sobrevivirá. ¿No matarías al extranjero por él?-movió la mano de nuevo y la espdad se clavó en el cuello de Henry-.Estás tan cerca...una vida por otra, me parece justo.
LeeTeuk suketaba a KangIn para que no se lanzara a KiBum y le matase en ese momento. Por haberle revivido se había debilitado demasiado, para él lo importaba es que aunque llegase tarde para quitarle de todos los vampiros de encima, había podido abrazarle de nuevo y seguir protegiéndole.
Si pudiese al menos saber quién hizo tanto daño a su hyung...De repente, todo se paró, ya no sentía el apretón de LeeTeuk. Miró por todos lados si era el único al que no le había afectado eso, y acertó. No era el único. RyeoWook le acompañaba, listo con su estoque.
-Has deseado saber quién casi termina con la vida de tu amorcito. RyeoWook, no tan encantando de conocerte-le saludó sarcásticamente. Le miró de arriba a abajo, se dio cuenta de qué se le escapaba algo de KangIn- ¡Pero qué tenemos aquí! ¡Un ángel! ¡Oooh, qué miedo, un ángel que ha cedido sus poderes! Repugnante, ¿ahora no voy a poder saber qué es lo que se siente al ser iluminado por alguien como tú? ¿No, de verdad? Maravilloso-con un movimiento de mano, la espada de Henry cambió de mano a la KangIn-. No voy a dejar que esas manazas de oso me toquen, te doy esa espaducha para que luego digan que si gano por mucha diferencia-levantó su estoque como un verdadero espadichín de esgrima-. Haz de estos segundos tu muerte digna.
Se lanzó a por KangIn. Le podías poner un palo de hierro que la espada mejor forjada de todas que las tomaría por igual y las controlaría igual. Con varios movimientos de muñeca se pudo defender torpemente de las estocadas de Ryeo, hasta que el estoque se deslizó con facilidad al cuello de KangIn.
-¿Tus últimas palabras?-preguntó con una sonrisa soberbia, sin adivinar que hasta él se había despitado
-Éstate.Más.Atento.Só.Creído-solo necesitó avanzar la espada y atravesar el pecho del vampiro para que este desapareciese y el tiempo volviese a correr.


Los siguientes en llegar fueron DongHae y HeeChul, tras un EunHyuk que tomó como medio de transporte las sombras, un poco más a lo lejos.
KiBum observó maravillado como su público creció por momentos, viendo hasta a su títere en carne y hueso.
-¡Qué alegría, qué gozo, qué sorpresa! Si tenemos a nuestro muñequito en vivo-miró también a DongHae, sus ojos a cada momento pasaban de ser chocolate a ser rojizos-. Al fin, alguien de los míos, es un alivio no oler sangre humana todo el tiempo-todos se quedaron mirando a DongHae, claro, tenía razón, ahora era un vampiro, pero no era igual que KiBum, seguía siendo un caza-vampiros novatos, no importaba que fuese él la raza a matar.
-No voy contigo-le contestó, mostrando sus colmillos. Señal de rivalidad.
-Por ahora-volvió su mirada a su querido juguete-, pero lo más importante es que tenemos a nuestro invitado especial, ¿cómo te sientes?
HeeChul ni siquiera le dirigió la mirada.
-Oh, por favor, háblame. ¿O a caso no te cosí la lengua al muñeco?-miró al muñeco como un niño pequeño, olvidándose de sus primeras presas. Cuando se sintió libre del control de KiBum, Siwon soltó la espada y Henry cayó al suelo, recuperándose del susto.
-Le da asco hablarte, simplemente eso, pero si quieres, hablo yo por él-se atrevió decir SungMin, uno de los que por ahora no había hablado, avanzó y se colocó para el combate. Uno de los erros de KiBum fue tomar a SungMin como alguien débil, o como un niño/niña. Uno de los errores del Titiritero fue creer que sus muñecos eran fieles a sus figuras, y que todos venían en cajas individuales. Olvidándose por completo del muñeco de HeeChul, haciendo desaparecer el muñeco, se lanzó a por SungMin, sediento de sangre fácil.
Antes de poder rozarlo, una bala de agua bendita estalló en su corazón. KyuHyun tenía una puntería digna en cuanto se pone en juego su sitio en el cielo.
-Te salve de nuevo, SungMin-esta vez el mensaje no fue directo a por su mente, si no que todos lo escucharon-. Ya está, mira, ya ha amanecido.
Todos miraron el cielo. Todos menos DongHae, que había sido raptado por EunHyuk para protegerle del nuevo peligro, en las sombras, era hora de separarse del grupo.
Ya era el momento en el que todo había terminado, sí, se podía decir eso. Todos miraban al para que era ellos un nuevo sol, una nueva era. Todos, menos HeeChul, que echó la mirada más abajo, a un hombre-diría que extranjero y extrañamente familiar para él- joven que, con una sonrisa tierna para el coreano, se dio la vuelta, desvaneciéndose con el sol.

"El corazón que una vez te amó
los ojos que una vez te miraron
siguen ahí".

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