sábado, 21 de diciembre de 2013

LEGEND OF 2PM

- Autora: Alba

- Twitter: @NKHrapBLAQ


- Tipo: 2PM, idol x fan, +18, hetero, serial





CAPÍTULO 6

El funeral fue al cabo de tres días, la autopsia reveló que no había huellas en el cadáver, algo que era extraño dado que realmente eso parecía hecho por una bestia salvaje, pero en el piso tampoco encontraron pistas que señalaran algún culpable, es como si su asesino se hubiera volatilizado para entrar y salir. Sunhee no tenía familia cercana, sus padres fallecieron cuando era pequeña, su hermano era la única familia que le quedaba... Al funeral asistieron los seis chicos, Minjun y compañía, los dos mejores amigos de Sunhee, Sunmi y Minho, y algunos compañeros del trabajo de su hermano junto a su novia, pero nadie más. Al acabar todo salieron al exterior, sus amigos la abrazaban, pero Sunmi tuvo que irse pronto, así que se quedó con Minho, le dio la mano, en ese momento no le importó, sabía que en aquella situación ese gesto no iba a ir con dobles intenciones.

- Sunhee - los chicos aparecieron por detrás, Minjun hablaba mientras sostenía un papel que le entregó - Sentimos mucho lo que ha pasado, tu hermano era un gran hombre y un gran amigo. Si necesitas algo, lo que sea, no dudes en hacérnoslo saber, cualquier día a cualquier hora, en ese papel tienes los números de todos.

- Gracias, sé que mi hermano confiaba en vosotros, os lo agradezco.

- ¿Estarás bien? ¿Dónde te quedarás?

- Me quedaré unas semanas en casa de Sunmi, después buscaré un piso barato, cerca del instituto. Gracias por todo.

Minjun asintió con la cabeza y la abrazó, Minho no le soltó la mano ni un instante, no se fiaba de ellos. Cuando se despidió de los seis la acompañó a su casa a buscar algunas de sus cosas, la policía ya permitía el acceso, pero no tenía la fuerza ni el valor suficiente para ir allí sola, por eso su amigo fue con ella.

***

Las dos semanas en casa de Sunmi pasaron lentas, poco a poco fue empaquetando sus cosas y trasladándolas al piso que alquiló con el dinero de la herencia y el dinero que su hermano siempre le ingresaba cada mes para imprevistos, por desgracia ocurrió el peor imprevisto de todos. Terminó de mudarse un jueves, pero lo acabó de pasar en casa de su amiga que tan bien se había portado con ella, Minho igual, los otros seis lo intentaron pero ella se mostró reacia, le traían demasiados recuerdos, el viernes era el día del traslado definitivo.

- Sunhee, ¿quieres que te acompañe? - le preguntó Minho mientras ambos recogían las cosas de su pupitre.

- No, no hace falta, muchas gracias de todos modos - le revolvió el pelo y se marchó deprisa.

Sunhee salió del instituto bastante rápido, no soportaba los susurros y las miradas de pena de la gente, sin embargo, le costó llegar a su nueva casa, tenía que concentrarse para no tomar el camino equivocado, afortunadamente estaba cerca del instituto y solamente tardó cinco minutos de más en llegar. Odiaba aquel lugar, estaba demasiado vacío, demasiado solitario, iba a ser duro estar allí, muy duro, cada acción resonaba con el eco, necesitaba allí a Junjae para desordenarlo todo, necesitaba su risa, que la hiciera enfadar, que la consolara mientras llora, pero no, ahí estaba ella, sola, deprimida, sin nadie que le ofreciera un hombro sobre el que llorar incluso de madrugada. Al cabo de diez minutos decidió dejar de atormentarse y estudiar un poco, después se dio un largo baño, se puso el pijama y se fue a dormir, ni siquiera cenó, no tenía hambre, pero por suerte se durmió pronto.

Sunhee empezó a despertarse sobre las dos de la madrugada, de repente un calor asfixiante inundó la habitación, eso fue lo que la desveló. Decidió abrir la ventana pero ese bochorno no desaparecía, no sabía por qué hacía tanto calor, era inaguantable, empezó a tener sofocos, así que fue al baño a refrescarse. Al volver a su habitación encontró el ambiente algo más cargado, pero decidió volver a tumbarse en la cama e intentar dormir algo, sin embargo, no pudo hacerlo más de cinco minutos, cuando estaba volviendo a quedarse dormida la ventana se cerró bruscamente, dando tal golpe que se rompió parte del cristal dejando el suelo lleno de trozos de éste, Sunhee se sobresaltó de tal manera que le costaba respirar.

- Sunhee... - alguien susurró su nombre.

- Vale, Sunhee, tranquila, es tu cabeza, te has asustado e imaginas cosas.

- Sunhee... - cada vez lo oía más cerca.

- Es tu cabeza, tu cabeza.

- Sunhee... - esa vez sonó justo al lado de su oído, era una voz escalofriante, se puso a llorar.

De golpe notó algo en el brazo derecho, algo que la agarraba y la quemaba, miró hacia la parte de donde provenía el dolor y vio como su piel estaba hundida por la forma de una mano, se podían distinguir claramente los dedos. Nunca jamás había vivido nada parecido, su pánico fue tal que salió escopetada de allí, clavándose los cristales rotos en los pies, cogiendo su teléfono móvil y saliendo a la calle descalza, asustada y con lo puesto. Le temblaban las manos, le dolían y sangraban los pies, lloraba, casi no podía respirar, necesitaba ayuda, pero… ¿quién iba a creerla? Su única esperanza era...

- Minjun... - casi no podía articular palabra.

- Mmmm... ¿Sí? - se acababa de despertar.

- Minjun...

- ¿Quién es?

- S-soy Sun-Sunhee - dijo como pudo.

- ¿Sunhee? ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? ¿Sunhee?

- Tengo miedo... - seguía llorando.

- ¿Estás en tu nuevo piso?

- Sí.

- Ahora mismo voy para allí.

Minjun a penas tardó diez minutos en llegar, dio un frenazo y se bajó deprisa del coche, se dirigió al portal pero unos lamentos le llamaron la atención, al girarse vio a Sunhee sentada en un banco, llorando, fue corriendo hacia ella y la abrazó, no pudo devolverle el abrazo, estaba en shock.

- Sunhee, qué te ha pasado - vio unas gotas de sangre en el suelo, luego miró sus pies - Dios mío, tus pies, ¿qué ha pasado?

- Allí hay algo - señaló temblorosa la ventana de su apartamento.

- ¿Qué? ¿Algo? ¿Cómo qué? Será mejor que vaya a mirar - ella le agarró de la mano para evitar que fuera.

- No, por favor, no, no vayas - Minjun jamás había visto tanto miedo en la mirada de nadie, lloraba.

- Ven, te llevaré a mi casa.

Sunhee no se negó, Minjun la cogió mientras ella se abrazaba a su cuello para que no caminara debido a sus heridas, después la montó en el coche. Cuando llegaron a casa entraron sigilosamente porque el resto dormían y él, lo primero que hizo fue llevarla al baño para curar sus pies, le quitó los cristales, lavó sus heridas, las desinfectó y, como no eran profundas, puso unas vendas. Después de curarla la llevó a su habitación de nuevo en volandas, seguía sin hablar, así que Minjun, sentándola en la cama, se puso delante y se agachó para estar a su altura.

- Sunhee, ¿qué ha pasado? - le preguntó mientras le recolocaba un mechón tras la oreja. Ella inspiró y expiró profundamente para hablar.

- En... en mi habitación ha-había algo, no... no pude verlo pero me agarró del brazo y... - estalló en lágrimas. Él la abrazó de nuevo.

- Tranquila, te creo. Ya ha pasado todo, ahora estás a salvo, es mejor que descanses, ¿de acuerdo? - acarició cariñosamente su cara mientras le sonreía, deteniendo así su llanto.

- No te vayas, no me dejes sola, por favor - volvió a coger su mano.

- No lo haré, me quedaré aquí contigo, ahora durmamos - sonrió.

Ambos se tumbaron en la cama, al principio separados, pero poco a poco Sunhee se fue acercando más a Minjun hasta que prácticamente quedó pegada a su pecho, de esa manera se sentía protegida y, para su sorpresa, él la pegó más a su pecho con su brazo, pasándolo tras la espalda de ella, era como si nada malo pudiera pasarle ahí. Al cabo de un minuto movió un poco la cabeza y lo miró, gracias a la poca luz que entraba a través de la ventana pudo darse cuenta de que él también la estaba mirando, suspiró, fueron unos segundos algo confusos, ambos se preguntaban qué hacer, pero uno de ellos lo tuvo claro.

Minjun agachó un poco la cabeza y suavemente besó a Sunhee, ella se quedó pasmada por unos instantes pero pronto le correspondió con algo más de intensidad, Sunhee empezó a desabrochar poco a poco la camisa de Minjun, él no la paró, ambos se estaban encendiendo. Minjun continuó, esta vez levantando algo la camiseta de ella mientras acariciaba su espalda con ambas manos, la tumbó bocarriba mientras recorría cada rincón de su vientre con los labios; lentamente siguió levantando su camiseta hasta quitársela del todo, él se acabó de quitar la suya, fue a deshacer el lazo de los pantalones pero vaciló un instante, ella lo hizo por él, el cual fue bajándoselos mientras le daba pequeños besos en los muslos, ella hizo lo mismo. Minjun la puso encima de él, estirada empezó a besarle el cuello mientras él desabrochaba su sujetador, quitándoselo poco a poco para asegurarse de que ella estaba segura, cuando se aseguró de que sí la volvió a tumbar bocarriba besando cada centímetro de sus pechos con toda la delicadeza del mundo, poniendo su piel de gallina, fue subiendo hasta que sus labios volvieron a encontrarse, ninguno de los dos podía resistirse más. Minjun le quitó las braguitas a Sunhee, ella hizo lo mismo con la ropa interior de él, entonces, poco a poco y acariciando sus ingles con una mano mientras que con la otra acariciaba su mejilla besándola
, hizo que fuera abriendo lentamente las piernas para ir colocándose entre ellas y penetrar con delicadeza a Sunhee. En cada dulce embestida sus problemas, miedos, dolores y preocupaciones se alejaban cada vez más, ambos notaban la respiración entrecortada y los gemidos del otro y eso hacía que el ritmo aumentara frenéticamente, Sunhee rodeaba la espalda de Minjun, notando sus músculos, era perfecto en todo. El placer inundaba cada poro, notaban cómo se fundían el uno con el otro, no pudieron aguantar mucho más, llegaron al éxtasis para después quedarse ella entre los brazos de su amante y, cubiertos por una fina sábana, pronto se durmieron mientras él acariciaba su pelo y besaba su frente.




3 comentarios:

  1. Sunhee lo ha pasado mal, pero qué bonito al final ;3; Me gusta mucho este fic y escribes de maravilla.

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  2. Hermoso! *-* A pesar de todo el dolor tiene un motivo para seguir adelante... Continua pronto!!!

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  3. waaaaaah, es hermoso, creo hacen una pareja perfecta, no quiero que tenga fin *w*

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