martes, 19 de marzo de 2013

IN YOUR EYES


- Autora: Brownie Patterson

- Twitter: @MEPP19


- Tipo: SHINee y EXO-K, 2min (Minho x Taemin), OnKey (Onew x Key), JongKai (Jonghyun x Kai), +18, yaoi, serial



CAPÍTULO 7


Me desperté feliz. Estaba decidido a hablar con Minho, aunque todavía no sabía exactamente qué le iba a decir.

*Una semana antes *

-¿Podrás perdonarme?
-Yo...-entre lágrimas y sollozos me costaba hablar- yo necesito tiempo para asimilar todo esto.
-Entiendo...cuando te hayas decidido, estaré esperándote.

**

Habían pasado ya siete días. Siete días en los que no quise salir de casa, no me convenía. Y realmente no estaba enfadado con él, no podía estarlo. No hizo nada malo, simplemente necesitaba ubicarme, necesitaba procesar todo, eran demasiadas cosas juntas. Pero ya me encontraba más relajado, y ese día estaba decidido a hablar con él. Pero, ¿por donde empezar? No sabría que decirle, no sabría como actuar cuando lo tuviese delante.
La voz de Key me sacó de mis pensamientos.

-Todo va a salir bien.
-Gracias, -dije con una leve sonrisa- ¿cómo estás?
-Bien, hoy voy a comer al hospital y pasaré toda la tarde con ella, os he dejado la comida hecha a Onew y a tí.
-Dale saludos de mi parte.
-Lo haré. -sonrió y se fue a ver la tele.

La verdad es que Key se veía algo más animado, aunque en el fondo estaba destrozado. Bueno, todos lo estábamos. Su madre estaba ingresada e iba a peor, los médicos no le daban más de un mes.
De nuevo algo me sacó de mis pensamientos, pero esta vez era la voz de Onew.

-Voy a acercar a Key al hospital, ¿después vamos a dar una vuelta?
-Vale, dame un toque cuando estés de camino.

Asintió y ambos se marcharon. Me duché y me vestí lo más rápido que pude, pues el hospital no quedaba muy lejos y Onew no tardaría en llegar.
Recibí el toque, me puse la chaqueta y salí de casa. Y a la vez que yo salía, la puerta del piso de Minho se abría. Creí que se me saldría el corazón del pecho. ¿Y ahora qué?, pensé. Salió y reparó en mí, su mirada se quedó clavada en la mía.

-Ho-hola.
-Hola.
-¿Cómo estás?
-Bien, bien. -aquella conversación me estaba pareciendo de lo más estúpida.

Me acerqué a él, y se puso todavía más nervioso.

-Yo...yo...

No le dejé continuar, junté mis labios con los suyos, fue un beso corto y suave. Cuando me separé su respiración iba acelerada, se había quedado helado.

-Ya hablaremos, ¿sí? -susurré a unos milímetros de sus labios.

Éste asintió, todavía de piedra, pero con una sonrisa dibujada en sus labios. Me giré y bajé las escaleras lo más rápido que pude.

-¡Mucho has tardado! -se quejaba Onew.

No dije nada, sonreí de lado y comenzamos a caminar.

-¿A donde vamos? -pregunté.
-No sé, estoy sin desayunar...-hizo un puchero- y la cafetería del otro día no estaba nada mal...
-Está bien, vamos. -dije riendo.

Yo tampoco había desayunado, así que ni me planteé oponerme a su idea.


–-

-Entonces, ¿lo has besado? -asentí- Me alegro de que no te hayas enfadado con él.
-No había razones para hacerlo. -contesté antes de que continuase.

Se quedó pensativo y sonrió.

-Es cierto. -dijo al fin.

Sonreí y mantuvimos silencio por un momento.

-Pero solo lo has besado, -continuó con el tema- ¿cuando piensas hablar con él?
-No me presiones, ¿quieres?
-Vale, vale, no me muerdas -dijo en tono burlesco.
-¿Cómo está Key? -pregunté antes de que siguiésemos con el asunto de Minho.
-Destrozado. -su expresión cambió por completo.
-Me lo imaginaba.

Preferimos no seguir con ese tema, nos terminamos el café y nos marchamos a casa.

–-

-Ve entrando, que yo voy ahora.

Asintió y procedió. Yo me quedé plantado en frente de la puerta del piso de Minho, pensando en qué decirle, ya había gastado mi comodín del beso. La puerta se abrió ante mí. Minho hizo un gesto para que pasase y entré en su casa. Como de costumbre, me senté en una de las sillas de la cocina, y él se sentó en frente.

-Entonces...¿me perdonas? -él se encargó de romper el incómodo silencio en el que nos encontrábamos.
-¿Crees que beso a la gente con la que estoy enfadado? -dije en un intento de calmar la tensión.

Suspiró aliviado y una sonrisa volvió a dibujarse en sus labios. Se levantó y se acercó a mí.

-Pero no quiero más mentiras, ¿entendido? -dije en tono imperativo.
-Entendido. -susurró bajando la cabeza.

Sostuve sus mejillas con mis manos, y le di un beso tan suave como el anterior. Él comenzó a subir sus manos por mi espalda y a besarme apasionadamente. Bajó con sus labios y su lengua recorrió mi cuello, tenía la intención de seguir bajando pero me aparté.

-No tendrás esa suerte, querido. -dije en tono juguetón.

Hizo un puchero, pero al momento sonrió.

-Te quiero. -susurró en mi oído.
-Y yo a ti. -lo besé de nuevo, me despedí y me marché a casa.

–-

Me pasaron rápidas las horas, y llegó la noche. Onew y yo estábamos viendo la tele mientras cenábamos pollo frito -ese día a Jinki le estaba saliendo todo como quería- y escuchamos como se abría la puerta. Nos levantamos rápidamente para recibir a Key, que llegó con una sonrisa en los labios, pero con la mirada totalmente rota.

-¿Qué tal está? -preguntamos.
-Bueno, podría estar peor.
-¿Y tú como estás?
-Yo bi...-desvió la mirada y vio las cajas de pollo frito encima de la mesa- ¡¿pollo?, es que no se os puede dejar solos, de verdad!

Onew y yo nos miramos y comenzamos a reír. Ese era nuestro Kibum.

–-

Llegó el día siguiente, y nos despertamos los tres con bastante ánimo. Estábamos Jinki y yo desayunando en la cocina cuando Key vino con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Chicos! ¿Por qué no salimos todos hoy? He escuchado que hay una feria en el centro, y yo hoy no voy al hospital hasta por la noche. He pensado que podíamos ir todos juntos.
-Me parece bien, llamaré a Jonghyun y a Kai. Taemin, ¿avisas a Minho?

Asentí y fui a buscar mi teléfono. Sonaba bien lo de la feria, hacía bastante que no iba a ninguna. Busqué el número de Minho en la agenda del móvil y le llamé.

-Buenos días... -su voz sonaba totalmente cansada.
-¿Te desperté?
-Sí, pero no importa, dime.
-Hay una feria en el centro, y Key propone que vayamos todos, ¿te apuntas?
-Claro, ¿a qué hora iremos?
-Ni idea, te mando un mensaje a mediodía.
-Vale.
-Cha...
-Espera. -interrumpió.
-Dime.
-Te quiero.
-Y yo. -sonreí como un niño pequeño al escucharle.

Dejé el teléfono en la mesa del salón y volví a la cocina.

-¿Minho viene? -preguntó Key.
-Sí, ¿y Jonghyun y Kai? -dije mirando para Onew.
-También vienen.
-¡Genial! -exclamó Key.

El día había empezado bien, me sentía mucho más animado.
A mediodía le mandé un SMS a Minho, como bien le había dicho, avisándole de que quedaríamos todos a las 4.

–-

Llegó la hora, y estábamos los seis de camino al centro. Llegamos a la zona en la que se encontraba la feria y nos sorprendimos con la cantidad de gente que había. La verdad es que nosotros no solíamos ir por esa zona y no conocíamos a casi nadie de por ahí.
Pero como me esperaba, la feria era genial. Había puestos de todo tipo de cosas, aunque Key se fijaba mayoritariamente en los de ropa y Onew en los de comida.

-¡Que bonito y que barato todo! Onew, pásame mi cartera. -decía Key entusiasmado.
-Bueno, pero tampoco compres demasiado.

Kibum le dedicó una mirada asesina, y Onew se calló al instante. Cuando nos quisimos dar cuenta Key ya no estaba, que velocidad tenía ese hombre para lo que le interesaba.

-¡Onew, Onew, ¿eso es un puesto de pollo?!-dijo Jonghyun - ¡Me muero de hambre!
-Madre de Dios, ¡cuanto pollo! -Onew salió corriendo hacia el susodicho puesto.
-¡Esperadme, que voy con vosotros! -gritaba Kai mientras intentaba alcanzarles.

Minho y yo nos quedamos solos. Él propuso ir a dar una vuelta a ver si encontrábamos algo de nuestro gusto y me pareció una buena idea.
Realmente en esa feria había de todo, pero solo compramos algo de comer.

-Espera un momento. -dijo mientras se alejaba.

Volvió en pocos minutos y me pidió que cerrase los ojos y me puso un colgante.

-¿Y esto?
-Un detalle, ¿no te gusta?

Me encantaba. Tenía forma de circular y era de color verde.

-Gracias. -susurré sonriendo.

Me guiñó un ojo y entrelazó sus dedos con los míos. Y todavía cogidos de la mano, continuamos recorriendo la feria.
Llevábamos una hora de puesto en puesto y decidimos sentarnos a tomar algo. Mi móvil sonó y me sorprendí al ver que era Onew.

-¿Qué pasa?
-¿Estás con Key?
-No, por q...

No me dio tiempo a decir nada, me había colgado. Me levanté y comencé a caminar a paso ligero mientras marcaba el número de Key.

-¡Taemin, espera! -decía Minho.

Me detuve para esperarle.

-¿Qué pasa? ¿Quien era?
-Era Onew, parece que ha pasado algo con Key pero no se el qué.

Llamé a Key pero salía el contestador, y lo mismo pasaba con Kai y Jonghyun. Realmente me estaba poniendo de los nervios.

-Prueba a llamar a Onew otra vez.

Tampoco contestaba. Decidí insistir un poco y al quinto intento al fin lo cogió.

-¡¿Se puede saber que pasa?! -dije alterado.
-La madre de Key...
-No... -interrumpí.
-Sí...

Colgué y salí corriendo. Minho vino detrás de mí, pero yo no me detuve hasta que dejamos la feria atrás.

-¿Qué ha pasado? -preguntó preocupado y con la respiración acelerada a causa de la carrera que acababa de hacer.
-La madre de Key...ha muerto.

Se quedó congelado, mientras en mis mejillas ya se comenzaba a crear un río de lágrimas. Minho cogió el teléfono y llamó a Onew.

-Vamos al hospital. -me dijo.

Me cogió de la mano de nuevo y fuimos lo más rápido que pudimos hasta nuestro edificio, dado que en frente estaba aparcado su coche. Montamos y llegamos rápidamente al hospital. Aparcamos y vimos a Jonghyun y Kai en la puerta, estaban esperándonos.

-¡¿No decían que le quedaba un mes?! -pregunté alterado.
-Dicen que ellos también están sorprendidos...que no se lo esperaban...que...
-Inútiles. -dije cortando a Jonghyun, al que también le caían lágrimas a mares- ¿dónde están Key y Onew?
-Arriba. -dijo Kai, tambien llorando, mientras abrazaba a Jonghyun.

Entré corriendo y subí las escaleras a toda prisa, era la quinta planta pero me daba igual, no era momento de esperar ascensores. Minho vino conmigo, a pesar de estar más que cansado. Cuando llegué a arriba los vi, estaban los dos en medio del pasillo, llorando desconsoladamente.

-Creí que estaría preparado... -decía Key entre sollozos.
-Tranquilo, estoy aquí, lo superaremos juntos. -contestaba Onew con la voz ahogada.

Decidí no intervenir en ese momento, así que Minho y yo bajamos y nos quedamos con Jonghyun y Kai.
Al cabo de un rato bajaron, y yo fui corriendo a abrazar a Key.

-Vas a salir de esto, ¿me oyes? Nosotros te ayudaremos. -le susurré al oído.
-Gracias, Minnie... -dijo con la voz rota -pasado mañana será el entierro, quiero que Onew y tú vengáis conmigo.
-Claro.

Volvimos todos a casa, Key fue con Onew en su coche, mientras los demás fuimos en el de Minho. Llegamos a la vez y subimos.

–-

Llegó el día del entierro, habían decidido que fuese temprano.
Cuando terminó, estábamos todavía más destrozados, nos fuimos a casa y nos encontramos a Jonghyun, Kai y Minho en las escaleras. Key no estaba de humor para nadie, así que Onew le acompañó a casa, mientras yo me quedé a hablar con ellos.

-¿Cómo está? -preguntó Jonghyun.
-Destrozado, ¿cómo va a estar? -contesté.
-Bueno...ya...-se quedó algo cortado. No era mi intención mostrarme borde ante ellos, pero yo tampoco estaba de mucho humor.
-Eh, ¿cómo estás? -preguntó Minho.
-Bien, no te preocupes por mí.
-Sí que me preocupo, ¿quieres que cenemos juntos?
-Hoy será mejor que no, todavía no estoy de ánimos, te llamo mañana, ¿vale?
-Vale...

Me giré y caminé hacia la puerta de mi piso, metí la llave en la ranura pero antes de girarla noté como alguien me abrazaba por detrás.

-Sabes que estoy aquí. -susurró en mi oído.

Retuve las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos,y reuní fuerzas para contestarle.

-Sí, y de verdad que te lo agradezco. -me giré y le miré fijamente a los ojos- Te quiero, Choi Minho.

Él sonrió, me dio un beso en la mejilla y se separó para marcharse.
Entré en casa y Onew estaba sentado en la cocina con una taza de café sobre la mesa.

-Se te va a enfriar. -le dije.

Se sobresaltó, no se había enterado de que había llegado a casa.

-Ah, hola. -me dijo, con el tono de voz bajo y el rostro apagado.

Me senté a su lado.

-¿Cómo está?
-Bien, se echó a dormir dado que pasó la noche horriblemente mal.
-¿Y tú como estás?
-Mi estado es lo que menos me importa ahora mismo.
-No digas eso.

Se hizo el silencio, se bebió el café de un sorbo y se levantó.

-Creo que yo tambien iré a dormir, y dudo que nos levantemos a comer.
-Vale, no te preocupes.

Se fue y vi la puerta de su habitación cerrarse tras él.

–-

Yo tampoco quise comer, y pasé toda la tarde metido en cama, pero no dormí. Me puse los auriculares y dejé que pasasen las horas. Se había hecho ya casi de noche, así que me levanté para hacerme un sándwich de cena, cuando alguien timbró.

-¿Quien es? -dije al descolgar el telefonillo.
-¿Me puede decir cual es el piso de Choi Minho?
-1ºC-contesté.
-Muchas gracias.

Me extrañó que Minho tuviese visita, así que no me lo pensé dos veces y comencé a mirar por la mirilla. Vi a una señora y supuse que sería su madre, así que no le di más importancia. ¿Pero como venía tan tarde? Me resultaba raro.
Pasaron las horas, y la madre de Minho seguía en su casa. ¿Se quedaría a dormir? ¿Desde cuando las madres se quedan a dormir en casa de los hijos? ¿No era al revés? Aunque igual había ido a cenar de sorpresa, y por eso Minho no me había comentado nada.

-¿No has salido hoy? -me sobresalté, no había escuchado a Onew salir de la habitación.
-No, he pasado el día en cama yo también.
-¿Me haces un favor?- asentí- Esta chaqueta es de Minho, ¿se la acercas a casa? Anteayer se la dejó a Key cuando estábamos en la puerta del hospital, y se le olvidó devolvérsela.
-Claro.

Había pasado todo el día en casa, pero de todas formas estaba presentable. Así que me calcé y fui hacia su piso. Timbré y tardó un rato en abrirme.

-Menuda sorpresa, ¿y tú aquí? -le notaba incómodo.
-Vengo a traerte la chaqueta.
-Ah, es cierto, ya no me acordaba de ella, gracias.
-¿Esa mujer es tu madre?
-S-sí, ¿por qué?
-Por saber.

La susodicha señora se levantó y vino hacia nosotros.

-Tú debes de ser Taemin.
-Sí, encantado.
-Así que tú eres el culpable de que mi hijo no quiera volver a casa. -dijo en tono molesto.
-¿Yo?
-Por Dios, ¿es que no te puedes callar? -le dijo Minho – No le hagas caso, mañana hablamos.

Y cerró la puerta. Y yo me quedé totalmente descolocado. ¿El culpable de que Minho no volviera a casa? No entendía nada.

–-

A eso de las doce escuché voces en las escaleras, y de nuevo me asomé a la mirilla. Realmente parecía un cotilla todo el rato mirando, pero estaba verdaderamente desubicado.

-Pero hijo, te necesitamos.
-¿A mí? ¿Para qué? Ahora que Minseok no está me queréis a mí en casa, ¿no?
-Hijo...-la madre mostró dolor en su expresión.
-El taxi te está esperando, -interrumpió, al borde de las lágrimas- vete.
-Te llamo mañ...-no pudo continuar, pues Minho cerró la puerta.

Si antes de ver esa escena no entendía nada, después de observarla menos.

–-

Llegó el día siguiente, y Minho no se dejó ver en toda la mañana. Estaba realmente preocupado, lo había llamado varias veces, pero no contestaba. Pasaban las horas y seguía sin dar señales de vida, salí de casa y comencé a timbrar ansiosamente.

-¡Minho! ¡Ábreme, sé que estás en casa! -parecía un loco gritando de esa forma.
-¿Se puede saber que pasa? -dijo Kai, que subía junto con Jonghyun por las escaleras.- Se te oye desde el portal.
-N-nada. -contesté, dándome media vuelta para marcharme.

Me metí en casa de nuevo, me sentía fatal, ¿a qué venía esa actitud? ¿Por qué no quería hablar con nadie? Me preocupaba cada vez más.

-No te tortures, ¿quieres? Seguro que mañana se le pasa. -Key se sentó en el sofá y me hizo un gesto para que hiciese lo mismo.
-Pero es que...quiero ayudarle... -dije entre sollozos.
-Llámalo mañana, verás como se encuentra en condiciones de hablar.
-¿Tú como estás? -le pregunté, cambiando de tema.
-Algo mejor, la verdad.
-¿Y Onew?
-Pues igual, le he dado mucho la vara estas noches y el pobre está cansadísimo. Ahora está metido en cama con el portátil.
-Creo que yo tambien me voy a meter en cama, y dudo que cene.
-Está bien. -me dedicó una sonrisa.

Me levanté, me puse ropa más cómoda y como ya le había dicho, me metí en cama.

–-

Ring ding dong, ring ding dong...

Mi tono de llamada se encargó de despertarme. Eran las 4 de la mañana, así que estaba dispuesto a colgar la llamada, pero me sobresalté cuando vi que se trataba de Minho.

-Taemin, te necesito.
-¡¿Qué pasa?! -pregunté alterado.
-Ven, por favor, no aguanto más. -su voz sonaba ahogada.

Me levanté corriendo, y tal y como estaba, con mis pelos y con mis pintas, salí de casa.

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