sábado, 16 de febrero de 2013

¿JUGAMOS?


- Autora: Ana
- Twitter: @anna_ddate_1D
- Tipo: Yuri, +18, Krystal x Sulli, F(x), Colección de Drabbles, Oneshot



Cerré mis piernas fuertemente y me mordí el labio inferior tan fuerte, que me
sangró, mientras un orgasmo exquisito, me recorría el cuerpo, mandándome el
placer a todos los poros de mi cuerpo. Pero no podía gemir, ni gritar, ni siquiera demostrarlo en mi rostro, porque, estaba en clase, y lo que había hecho que me corriera de una manera tan impresionante, había sido el vibrador que ella me había puesto entre las piernas.

Cuando volví a respirar con normalidad, giré mi cabeza hacia atrás, hacia el
sitio en el que estaba ella sentada y ella me sonrió de esa manera maliciosa
que tanto me gustaba en algunas ocasiones, pero que en ese momento odié,
debido a que en sus manos, estaba el control del vibrador que llevaba entre
mis piernas, y apretó el botón de encendido de nuevo.

Volví a sentir esa sensación tan deliciosa, que me volvía loca, amplificada por
mi reciente orgasmo, y maldije el momento en el que una media hora antes,
en el descanso entre clase y clase, me metí en el baño con ella, y le tuve que
hacer caso a Krystal y a sus juegos.

~.~.~
-¡Krystal!- llamé tras recoger un paquete que el cartero acababa de dejar-
¿qué es lo que has pedido esta vez?
-No lo abras, quiero abrirlo yo- dijo apareciendo y llevándose el paquete de
mis manos, desapareciendo por el pasillo de aquel pequeño apartamento que
ambas compartíamos, y adentrándose en nuestra habitación.

La seguí como la buena chica curiosa que era, y entré al lugar, viéndola
sentada sobre la cama, con las piernas a lo buda y el paquete sobre ellas.
Tenía unas tijeras en las manos y comenzaba a quitarle la cinta adhesiva
que llevaba la caja de cartón. Me acerqué a la cama y me senté frente a ella,
esperando a que sacara aquella cosa misteriosa que había pedido.

Las solapas de la caja fueron retiradas lentamente de su lugar y dejó al
descubierto el contenido de su interior. Lo que había allí era toda una colección
de juguetes sexuales, vibradores de todas clases y tamaños, esposas, y
algunas cosas que ni siquiera sabía lo que eran. Por una parte me entraron
ganas de salir corriendo y esconderme de mi novia, pero por otra parte, quería
probar todo aquello.

Krystal sacó una cosa larga y gruesa de la caja, que no sabía lo que era, pero
que me imaginaba para lo que servía y me miró con una perversión absoluta,
mientras se la pasaba de una mano a otra.

-¿Jugamos?

~.~.~

Sus suaves y dulces labios se estrellaron contra los míos, a la vez que mi
cuerpo lo hacía contra la fría pared de azulejos de aquel cubículo estrecho del
baño de señoras del centro comercial en el que nos habíamos metido. Noté
sus manos moverse por mi cuerpo, desesperadas, en busca de piel que tocar,
hasta que encontró la de mi espalda, y comenzó a moverlas sobre ella, de
arriba abajo, mientras su lengua entraba en mi boca y no dejaba un lugar sin
explorar.

Nos separamos unos momentos para recuperar el aire y volvimos a besarnos
desesperadamente. Cuando dejó mis labios casi inservibles, atacó mi cuello
y me hizo jadear. Me mordí la lengua para no volver a hacer ruido, ya que
estábamos en un lugar público. Entonces, además de sus besos en mi cuello,
noté sus dientes y su lengua, y volví a jadear irremediablemente.

-Mmm… Sulli… suenas tan bien…- la escuché decir y me sonrojé- quiero
volver a oírte gemir- y dicho esto, me mordió el lóbulo de mi oreja.

~.~.~

Me encontraba sobre nuestra cama, desnuda, sentada, con las piernas abiertas, y mirando casi con miedo aquella enorme cosa de látex con forma de
pene gigante que mi chica tenía entre sus manos. Su sonrisa, aquella sonrisa
maliciosa que adoraba, me ponía sobre aviso, sobre lo que ella pensara
hacerme con eso.

La vi acercarse a mí, y cerré mis piernas de forma instintiva, pero ella no
tardó en abrírmelas de nuevo y separarlas al máximo, para después, meterse
entre ellas, con aquella monstruosidad por delante, y comenzó a tocarme con
ella, aquella parte tan sensible de mi cuerpo, haciéndome suspirar y gemir.
Pasó un buen rato así, moviéndolo lentamente y dejándome sentir un placer
infinito. De repente, esa cosa comenzó a empujar para entrar en mi vagina y
aparté rápidamente a Krystal.

-Ni se te ocurra- le dije, pero ella sólo sonrió y saltó de nuevo sobre mí, para
volver a poner aquella cosa de donde yo la había apartado- eso no cabrá por
ahí.
-Tranquila, mi inocente Sulli…- murmuró empujando y haciendo que
comenzara a entrar la punta en mi interior- seré dulce…

~.~.~

Estaba sentada en un banco del parque, esperando a que ella llegara, tarde,
como siempre. Me rodeaban un montón de niños, que corrían, jugaban, se
molestaban, y, en definitiva, se lo pasaban la mar de bien. Con una sonrisa en
mis labios me encontró ella cuando llegó por fin al lugar en el que habíamos
quedado, y comenzó a disculparse por su tardanza.

-Lo siento, Sulli, cariño- dijo juntando sus palmas y poniendo cara de
circunstancias- lo siento mucho, de verdad, pero había un atasco del quince a
esta hora y no he tenido otra más que esperar.
-No pasa nada- murmuré aun con mi sonrisa.
-¿No estás enfadada porque llegué tardísimo?- preguntó y yo negué con mi
cabeza y miré a los niños que estaban a nuestro alrededor.
-Me he entretenido viendo jugar a los niños- contesté.

~.~.~

Era demasiado excitante. Y sólo a ella se le podría haber ocurrido semejante
cosa. Krystal tenía en sus manos un bote de kilo de helado de chocolate, y una
cuchara. Estábamos en la cocina, desnudas ambas, me había dejado sentada
en la encimera, y me miraba con una lujuria, que me hacía sentir ese contraste
de miedo/placer que tanto me gustaba.

Ella metió la cuchara en el bote y la llenó de helado de chocolate, ya medio
derretido, y me dio un poco, para luego comenzar a besarme y dejar en ambas
ese sabor. Metió de nuevo la cuchara y ésta vez, en vez de darme, la paseó
desde mi cuello hasta mi clavícula, mandándome escalofríos a todo mi cuerpo
por el contraste frío/calor, y luego, lamió toda la extensión. Gemí sin poder
controlarme y ella sonrió.

Volvió a introducir la cuchara en el bote y la llenó, dirigiéndola ahora a mi
pezón derecho. Ésta vez gemí sin siquiera sentir su lengua allí, todo aquello
era demasiado excitante, y cuando su lengua retiró todo resto de helado, no me
pude controlar más. La agarré fuertemente y la besé, mordiéndole los labios,
y jugando con su lengua de chocolate y cuando nos separamos, no me pude
estar callada.

-Déjate de juegos y méteme ya lo que sea ahí abajo- y ella sonrió
complacida.

~.~.~

Estábamos en la discoteca. Bastantes personas se agolpaban a nuestro
alrededor mientras nosotras bailábamos y reíamos como locas después
de algunas copas de más. En algún momento de aquella larga noche,
Krystal me sacó de la marea humana y me llevó a la parte superior de
aquel establecimiento, que estaba menos abarrotada. Allí, me eché sobre la
barandilla, para ver a la gente de abajo.

De repente, noté los brazos de mi novia en mi cintura y sonreí, cuando su
cabeza se instaló en el hueco entre mi cuello y mi hombro. Pero me quedé a

cuadros, cuando una de las manos que estaban en mi cintura, comenzó a bajar
y se coló por mi falda, hasta llegar a mis bragas.

-¿Qué haces?- pregunté.
-¿No puedo jugar un rato con mi novia?- contestó, y siguió tocándome.

Al principio, sólo me tocó por encima de la tela, pero ya me hacía suspirar
levemente. Cuando su mano se introdujo en la prenda, gemí al estar en
contacto piel con piel, pero cuando ya no pude más fue cuando sentí sus
dedos moverse en el interior de mi vagina, penetrándome una y otra vez.
Cuando me corrí, ella llevó sus dedos a su boca y los lamió de una manera
completamente excitante. Esa maldita y excitante Kryistal iba a hacer que algún
día enloqueciera con sus juegos.

~.~.~

Me había metido una cosa inmensamente grande en la vagina, y después de
hacer que llegara al orgasmo, no la sacó, sino que la dejó allí, mandándome
aún más placer a mi cuerpo. Creí que ya se había acabado su hora de jugar y
ahora me tocaba a mí. Cuanto me equivocaba.

Estaba tumbada bocabajo sobre las sábanas, por lo que no la vi llegar con
aquella otra cosa, hasta que la noté intentando entrar por mi ano.

-Ni se te ocurra- murmuré.
-Será divertido- contestó ella y yo me giré y me saqué el otro juguete de mi
interior, soltando un leve gemido al hacerlo.
-Claro... para ti... porque ahora me toca a mí.

~.~.~

La tenia contra la pared, ahora era ella la arrinconada y yo la que quería jugar
con ella. Fui bajando por su cuerpo, dando besos y lametazos, hasta que llegué
a su parte baja. Le quite las bragas por fin y dejé a mi vista sus partes.

Le abrí las piernas para tener mejor acceso, y comencé a chupar. Nada más
pasear mi lengua por allí, ella comenzó a gemir incontrolablemente mi nombre
una y otra vez. Seguí chupando, hasta que se corrió y subí por su cuerpo
dando besos de nuevo, satisfecha. Llegué a sus labios y los ataqué.

-Ahh... Sulli...- murmuró- eres tan... excitante...
-Tú también, Krystal.

~.~.~

Estaba tras el edificio principal del instituto, escondida de las miradas de la
gente, esperándola a ella para decirle, que no solo quería jugar, yo quería algo
más que simplemente eso. La vi llegar, con una sonrisa picarona.

Antes de que me diera cuenta ya me había empujado contra la pared y me
besaba y me tocaba. La intenté apartar durante un buen rato, hasta que lo
conseguí, y ella me miro un poco mal.

-Te dije que vinieras por otra cosa, no para jugar- conseguí decir entre
jadeos.
-¿Para qué?- preguntó cruzándose de brazos.
-Para decirte que te amo- ella abrió sus ojos, sorprendida ante mi repentina
declaración, pero luego sonrió y se lanzó sobre mí para darme un abrazo de
oso.
-Yo también te amo, Sulli, pero no me atrevía a decírtelo- susurró, y yo
destensé mi cuerpo, aunque no me había dado cuenta de cuando me había
tensado.
-Entonces, ¿todo esto no es un juego?- pregunté, ella se separó de mí y negó
con la cabeza- no sabes cuánto me alegra saber eso- la abrace por el cuello
unos momentos, y luego le de un pequeño beso en los labios.

~FIN~

13 comentarios: