- Tipo: Principalmente Jun. K de 2PM (pero aparecen otros idols), idol x fan (se refiere a persona "normal", no es que sea fan), + 18, serial, hetero (con algo de yaoi), fantasía.
INTRODUCCIÓN
El
paisaje que admiraba desde la ventana desapareció y dio lugar al de la
estación. Ya estaba atardeciendo cuando llegué, la estación estaba llena de
gente que esperaba a sus familiares o que se iban de viaje. Era una estación
antigua solo tenía unos asientos y una pequeña sala donde refugiarse, todo lo
demás es carretera. Suspiro resignada, era ya la última parada, hecho un último
vistazo y allí estaba él, con su pose recta y firme. Elegante con su uniforme
al lado del coche esperando. Solo verlo me entraba la risa. Siempre que volvía
a la casa de mis abuelos era la misma imagen.
Me levanto del asiento poniéndome bien mi ropa de época victoriana. y me dirijo lentamente hacía el hombre que me espera, parándome en frente de el cuando llego.
Me levanto del asiento poniéndome bien mi ropa de época victoriana. y me dirijo lentamente hacía el hombre que me espera, parándome en frente de el cuando llego.
-
Buenos días, señorita – hace una reverencia. Chasqueo la lengua negando con la
cabeza.
-
Damián…- Me quedo unos segundos mirándolo sonriéndole después- Sabes
perfectamente que a mí no hace falta que me trates de esta forma...Te
paga mi abuelo…no yo – Abro la puerta riéndome entre dientes acomodándome
rápidamente.
Me paso todo el viaje distraída viendo la ciudad y el hermoso paisaje. Me pregunto si parara un rato para cenar, no he comido durante el viaje y tengo hambre. Sonrío divertida acercándome al cabecero del asiento de copiloto rodeándolo con los brazos, mirando a Damián.
-
Damián....- no me deja terminar la frase cuando empieza a hablar él.
-
Como bien me dijo antes señorita, es su abuelo el que me paga, y si él me
indica que hay que ir a casa directos de la estación así será. Lo siento. –
Dejo de sonreír por un instante maldiciendo a mi abuelo..maldito sea…pero en
seguida vuelve a mi esa sonrisa que había perdido y me acerco más a Damián.
-
¿Y si me divierto ahora un rato contigo..? – sonrío más divertida aun acercando
la yema de mi dedos a su cuello observando cada movimiento de él. Observo como
traga saliva lentamente, como los músculos de todo su cuerpo se tensan y como
coge el volante con más fuerza. Suelto una pequeña risa y vuelvo a mi sitio de
inicio suspirando.
-
Está bien…mi abuelo gana esta vez. Me mataría si adivinara que te he hecho
algo.
Entrecierro unos segundos los ojos y cuando los vuelvo abrir
veo de lejos la casa de mi abuelo. 5 minutos más tarde ya estábamos parados
justo en frente de la puerta.
CAPÍTULO 1
Esta
vez espero a que Damián me abra la puerta. Salgo del coche, miro a Damián.
-
Damián siento lo de antes…- sonrío y deslizo mis dedos por su cuello esta vez
para ponerle bien el cuello de la camisa y la pajarita bien. Se la debió quitar
justo después de mi arrebato.
-
Vaya, Kara no sabía que te gustaran maduritos – Dice cuna voz proveniente de la
casa.
Me
giro con cara de pocos amigos, ya tan solo por su voz me ponía mala. Cierro los
ojos al ver que había acertado. Doy un pequeño suspiro y suelto a Damián
dejando caer mis manos a ambos lados.
-¿Qué
haces aquí Bruno? – Digo con toda la simpatía que pudiera darle a él.
-Efrén
y Eduardo me han invitado. – Encoge los hombros con una sonrisa de sabelotodo.
-¿Mis
abuelos? ¿Y dónde están ahora? – Miro alrededor en su busca, es raro que no
vengan a recibirme. Pero sólo encuentro el jardín vacío. De manera inconsciente
me muerdo el labio inferior por el chasco. Bruno se queda en silencio
observándome mientras termina de bajar las escaleras acercándose cada vez más a
mí.
-Bruno,
ni se te ocurra bajar más escaleras. Te juro que como te acerques más a mí, te
mato. – Cierro los puños, conteniendo mi rabia, mis abuelos sabían que lo
odiaba, que no lo soportaba, me resultaba tan..tan creído.
-Bruno,
Kara, ¿tan difícil se os hace llevaros bien? – Me giro y veo a uno de mis
abuelos, es Efrén, está detrás mío…¿Cuándo había llegado?, Ni lo había sentido
llegar…Abro los puños suspirando tranquila y sonrió.
-Efrén,
¿Dónde estabais? Menuda bienvenida me habéis dado…- Miro hacia Bruno, está
parado, sin un solo movimiento, desde luego mi abuelo le da miedo.
-Estaba
dando un paseo, pequeña – Sonríe Efrén acariciándome el pelo. – Venga, vamos
adentro, tienes que estar cansada y con hambre. –
-La
verdad es que solo tengo hambre… - Miro de nuevo hacia Efrén y ya no está a mi
lado, ¿Eh? Vuelvo a mirar hacia las escaleras y allí estaba arriba del todo.
Increíble, echaba de menos su velocidad.
Subo
las escaleras parándome justamente a su lado. Entrando yo antes a la casa. Era
tan preciosa, la entrada era circular, enfrente estaba la escalera y debajo de
esta una puerta que comunicaba con la cocina, a ambos lados de la pared, había
otras puertas que comunicaban con el salón y otras estancias. Y esta era mi
parte favorita, el techo, todo estaba cubierto de cristal, por lo que daba una
luminosidad a la casa increíble y por la noche era precioso observar el cielo.
-Bien,
Kara yo ya te dejo, tengo que hacer cosas – Sonríe satisfecho mientras mira de
reojo a Damián.
-Oh…ya
veo, está bien, iré a ver a Eduardo. – Sonrió y me adelanto hacía las
escaleras.
Damián
y Efrén eran solo uno, nosotros, bueno…todos menos yo, tienen su otra mitad.
Suspiro ante este pensamiento, yo aún no la había encontrado, por eso mis
abuelos cada cierto tiempo organizaban una fiesta, pero nunca surgía. Mi
familia, por completo eran vampiros, pero no vampiros sin más, sino los
mayores, los más ancianos, esos eran Efrén y Eduardo, ellos fueron los que me
convirtieron a mí, eran respetados y admirados por el resto de vampiros, desde
que llegué no he visto a nadie oponerse a ellos. Por lo que siempre me han
contado ellos me salvaron. La verdad es que no recuerdo mucho de mi pasado.
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