- Autora: @DisabledComplex
- Tipo: BIG BANG, Block B, B.A.P, serial, hetero, +18 (mucho XD), idol x fan
CAPÍTULO 16
Llegó la hora de comer y yo me
despedí de Iris y Raquel, para ir camino al coche. Conduje pensando en qué me
esperaría cuando llegara, aunque ya me da igual todo. Aparqué el vehículo nerviosa, frente
la puerta de esa casa. Andé hasta la puerta intentando parecer segura, saqué
las llaves, suspiré y abrí. Nadie salió, qué raro...
Dejé la maleta en mi habitación y me
acerqué al comedor, tenían que estar comiendo. No me equivoqué, estaban allí y
todos me miraron. Algunos quitaron la vista, otros me miraron preocupados pero
solo uno se me quedó mirando fijamente.
- Come y ven a mi habitación - me
ordenó G-Dragon, levantándose y yéndose.
Ni le contesté - más que nada porque ni me dio
tiempo - y fui a servirme el almuerzo.
- Déjame que te ayudo - dijo Daesung mientras vio
que mi pulso temblaba cuando aguanté el cucharón.
Me sirvió un buen plato de arroz y me senté. Estaba
muy bueno, pero no me sentaba en el estómago, pensaba que iba a vomitar. Comí
todo lo que pude y recogí mi plato, mirando a Daesung para salir de allí.
Unos pasos más adelante suspiré, situándome frente
la puerta cerrada. Aquí se iba a acabar todo, lo sabía, podría despedirme de el
aire fresco por unos días. Abrí la puerta con cuidado y entré lentamente,
teniendo una perfecta vista de su espalda.
- Pasa - se levantó sin girarse.
Le hice caso y se dio la vuelta, si mirada hizo que diera un brinco, nunca le había visto mirarme así...
- ¿Otra vez? - dijo con furia reflejada en sus
ojos, yo tragué saliva - Solo te lo voy a decir una vez más, solo una - se
acercó un poco, bordeando la cama - Vuelve a escaparte y te juro que te
encierro - casi susurró lo último - Y por cierto, a partir de ahora vas a estar
bajo vigilancia, no sé si de Seungri, mía, no lo sé - se aclaró la garganta,
poniendo un puño frente a su boca - Ahora puedes irte a tu habitación - volvió
a sentarse.
Asentí y
me volví cautelosamente, abriendo la puerta y saliendo al pasillo, volviendo a
encerrarlo en su habitación, que era lo mismo que iba a hacer yo, encerrarme en
la mía.
Sentada en mi cama, no se me ocurrió otra cosa que
sacar mi móvil. Empecé a ver alguna que otra foto que tenía de mi estancia
allí, me parece raro sentir esto por un lugar tan parecido pero tan diferente
al que me encuentro ahora. Vi a Zico, vi su sonrisa, vi la mía y mi mirada.
Tenía algo de luz, igual que antes de que G-Dragon me entorpeciera el camino.
Recordé como acabó conmigo en todos los lugares y situaciones habidas y por
haber: acabó con mi ilusión con él, con mi felicidad con Taeyang, con mi paz
con Block B... Y ni siquiera me había dado tiempo a hacerle ni un rasguño, ni sentimental
ni físicamente hablando.
Había veces en las que me imaginaba eso, algo más
que palabras, un cara a cara. Algunas de ellas tenía la suficiente confianza
como para lanzarme, otras tan poca como esconderme bajo la cama, nunca sabía
cómo podía acabar: bajo tierra o bajo él.
La rabia y frustración empezaron a correr por mis
venas y nublar mi mente, me daba igual perder en el intento, siempre tenía la
posibilidad de ganar.
Me tiré en la cama y esperé a que pasaran un poco
el tiempo, pensando en como llevar a cabo mi plan. No iba a fugarme,
simplemente a hacer una visita, a provocar y cargar un poco el ambiente en esta
casa. No quería meterlos a ellos, ya no, pero, ¿qué podría hacer? Aunque si se
concentra en mí, no buscaría otra cosa.
Busqué
entre mi ropa, hoy ya hacía algo de fresco. Encontré un jersey calado rosa y lo
combiné con unos pantalones largos y un sujetador negro, el cual se veía
gracias a los agujeros del jersey. Me puse unas zapatillas y me arreglé el
pelo, solo me hacía falta una pasada de peine.
Miré el
reloj, las 7, no me parecía mala hora. Cogí mi tabaco y salí intentando no
hacer ruido. Me esperaba un camino largo hasta allí andando, pero no importaba.
De todas maneras, ya tendré tiempo a descansar esta noche en cualquier banco,
no podía quedarme allí, me irían a buscar igualmente, pero bueno.
Estaba cara a la puerta, conté tres y estiré el
brazo, pero un crujido al lado de mi cabeza me detuvo.
- ¿Dónde crees que vas? - que empiece el juego.
- ¿Dónde crees tú que voy? - sonreí un poco,
mirando hacia abajo.
- Dime eso mirándome - me ordenó elevando su tono
de voz y mi cara, con la misma pistola.
- Te preguntaba que donde crees que voy - intenté
ignorar esa arma bajo mi barbilla.
- Espero que a dormir, es muy tarde para las
niñatas como tú - dijo eso con un tono de asco.
Mi rostro ya estaba mirando hacia arriba de la
presión que ejercía la pistola sobre él, ya solo lo podía ver de reojo. Me miró
a los ojos y bajó lentamente el arma, mientras mi cabeza la seguía. Estiró el
brazo siguiendo su costado y bajando totalmente la pistola, pero sin
guardarla.
- Sí, a dormir con Zico - le busqué.
Rápidamente,
ese frío metal volvió a rozar mi sien, haciendo que del sobresalto se me
humedecieran un poco los ojos, pero no iba a caer ahora, esto era lo que
buscaba.
- Dispara
- casi susurré.
Sus ojos
estaban húmedo, de rabia y celos, atemorizándome. Quise acabar con ese
sentimiento, así que di un giro y me puse frente a él, acabando la pistola en
mi frente.
- No puedes hacerlo, no vas a matarme - dije
aparentemente tranquila - si me matas no podrás tenerme.
Y con esas palabras, su dedo presionó el gatillo,
haciendo que cerrara los ojos como acto reflejo, con una pequeña lágrima
recorriendo mi mejilla. Adiós.
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