domingo, 21 de octubre de 2012

Ririrmato

— Título: Ririmato
— Autora: @askthewind
— Serial. Hetero. Idol (misterio) x fan. B.A.P


Capítulo 6: Lo inesperado siempre duele.


Youngjae desvió la mirada hacia ambos, como si esperase una explicación clara y rápida sobre por qué estaban allí, hablando sobre lo obvio.

— ¿Haciendo manitas ya a estas horas? — espetó, seco y frío.

— No digas tonterías — le respondió Daehyun, serio.
— Tenemos que irnos, así que muévete de una vez.
— Estoy ayudando a Yoori.
— Déjala que se las apañe sola. A fin de cuentas, ella no viene.
— Youngjae…
— No viene, y punto — sentenció, frunciendo el ceño bruscamente. Youngjae giró la mirada y la fijó en Yoori, sobresaltándola. Era la primera vez en mucho tiempo que la chica se sentía tan inferior, tan poca cosa, sólo con una mirada. Lejos de querer profundizar en el tema, la mueca de Youngjae se inclinó hacia el desprecio y, sin mediar una palabra más, desapareció por el pasillo, dejando oír el sonido de sus pasos tranquilos difuminándose a lo lejos.
Yoori no sabía qué pensar; Daehyun… no sabía qué decir.
— Lo siento.
— ¿Por qué? No has hecho nada malo — respondió Yoori, estoica, haciendo acopio de una fuerza de la que en ese momento carecía — Pero supongo que tiene razón.
— ¿Qué diablos te pasa, Yoori? — le espetó, girándose hacia ella. Yoori pudo ver en sus ojos una decepción flagrante que la congeló por dentro — ¿Dónde está la chica a la que conocí discutiendo con Yongguk por terco? ¿La que siempre se defendía con la cabeza bien alta e inspiraba seguridad a cualquiera? ¡No la veo por ningún lado! — dejó de hablar durante varios segundos, reprochándole su comportamiento tan sólo con una mirada cruel y llena de decepción — Te veo aquí y… no eres la misma. Eres como… Como las demás.
Yoori sintió un dolor profundo en su pecho con ese comentario, pero el dolor de Daehyun al decirlo fue increíblemente mayor.
— ¿Tan sólo buscas atención?
— ¡No te atrevas a decirme eso! — explotó ella, señalándolo bruscamente — ¡No sabes por todo lo que he pasado!
— ¿Y nosotros, Yoori? — cuestionó Daehyun, manteniendo la calma — ¿Sabes por todo lo que hemos pasado nosotros?
No supo qué contestar.

……….


— ¡Youngjae! — detuvo sus pasos cuando oyó su nombre tras él, pero nada más ver a Yoori acercarse a toda prisa resopló y siguió su camino — ¡Espera!
— ¿Qué quieres? — sentenció, escueto, sin quitar la mirada al frente ni dejar de caminar.
— Quiero que me cuentes qué es lo que te ocurre, Youngjae. Estoy preocupada. Daehyun está preocupado. Sólo-
— ¡No pasa nada! — finalmente detuvo sus pasos, girándose hacia ella. Se mantenía serio, pero aún así ella sentía las ganas que tenía ahora mismo de cruzarle la cara de un bofetón, por entrometida. Y podía justificarlo, realmente — No pasa nada.
— …
— ¿Sabes, Yoori? Me da igual si quieres hacerme caso, como si no. Quédate, revolotea por ahí todo lo que quieras, pero no vas a ganar este concurso — estaba siendo dolorosamente sincero. Quizá él no llegaba a darse cuenta, después de todo — No pienso permitirlo.
— ¡¿Qué es lo que he hecho?! — replicó, molesta.
— ¡Nada! ¡Estar aquí, Yoori! ¡Ese fue tu error!
Había pensado en las palabras de Daehyun. Aquel insulto hacia su persona, aquel “eres como las demás” la había empujado a salir corriendo hacia Youngjae, dejando en los vestuarios a su compañero, solo y desesperado. No le había costado encontrar a Youngjae, pero lo que sí le costaba era comprender sus acciones. Un por qué, sólo pedía eso. Y realmente, el vocalista no parecía realmente dispuesto a dárselo.
— Sólo te pido… que no te metas en lo que no te llaman. No empeores las cosas.
— No pienso permitir que esa víbora te amargue la vida, Youngjae.
Yoori había sonado increíblemente segura con aquella afirmación. Había cerrado los ojos y negado suavemente mientras las palabras salían lentas pero con una firmeza espectacular de sus labios, tanta, que consiguieron acallar a aquel chico.
— ¿Puedo saber simplemente… por qué no quieres contármelo?
Durante varios segundos, el silencio perduró entre ambos. Youngjae parecía concentrado, meditando la respuesta; o quizá no. Mantenía la mirada perdida en el suelo, ausente, como si realmente no hubiese escuchado a Yoori formular aquella pregunta aunque no hubiese sido así.
— Porque de saberlo creo que intentarías arreglarlo. Y no quiero meterte en problemas.
Aquella respuesta la descolocó. Youngjae levantó por fin la mirada hacia ella, más por curiosidad acerca de su mueca tras su respuesta que por otra cosa y, aprovechándose del shock de la chica, se dio la vuelta y siguió caminando hacia el exterior del edificio.
— ¡No pienso abandonar, Youngjae!
El chico salió del edificio sin tan siquiera girarse ante su afirmación.

……….


— ¿Entonces no se va?
Todos estallaron en alegres gritos y carcajadas al tiempo que una oleada de aplausos ahogó las palabras de Yongguk, que se limitó a sonreír con resignación y rascarse el cabello vagamente, mientras observaba a sus compañeros regocijarse ante la noticia de la readmisión de Yoori.
— Eso me han dicho — aclaró, sonriendo.
— No esperaba menos de Yoori — se atrevió a decir Himchan, entre risas, arriesgándose a un exceso de confianza — Quiero decir…
— Sí, todos sabemos lo que quieres decir.
Se hizo un silencio un tanto forzado. Eunhee permanecía entre Zelo y Jongup jugando con sus pequeños y finos dedos, con la cabeza ligeramente gacha y totalmente ausente de aquella conversación. Fue cuando se dio cuenta de que las seis miradas del grupo se habían clavado en ella que se enderezó a prisa, gesticulando nerviosa y sin saber a quién mirar.
— O-Oh, ¿qué ocurre, he dicho algo?
— Estás distraída.
— No, tan sólo… No es nada — susurró, sonriendo con pesadez.
— Venga, cuéntanoslo — insistió Jongup, dándole un suave empujoncito con uno de sus brazos, sonriendo. La chica se notaba insegura. Pero aún así, después de volver a agachar la cabeza y centrar la mirada en sus pequeños dedos, su voz volvió a sonar.
— Sólo estoy un poco preocupada ahora que sé que somos dos concursantes… Pero… ¡Pero no pasa nada! Supongo que así será más entretenido.
La chica levantó la cabeza. Sonreía tímidamente, una sonrisa tan blanca y dulce que podía derretir a cualquiera. Sus grandes ojos marrones se rasgaron aún más con la intensidad de su sonrisa, y un aroma dulce pareció inundar el círculo en que se encontraban los siete en el momento en que la chica fijó la mirada en Youngjae.
— ¿No lo creéis?
Daehyun fijó la mirada en su compañero. Se dio cuenta de que no era el único que podía ver la sombra del diablo tras esa mujer.

……….


Esa noche, Youngjae no pudo dormir.
Había sido el encargado de acercar a Eunhee hasta la furgoneta del estudio que la acercaría a su apartamento, y mientras sus pupilas miraban a la nada entre toda la oscuridad de la habitación, en su cabeza se repetían las palabras tan amargas que había pronunciado aquella voz tan dulce.
— Es una pena.

……….


Dos días más tarde, los chicos se preparaban en su apartamento para encontrarse con las concursantes, a las que llevarían a visitar el estudio de grabación. A Zelo le hizo falta recorrerse todo el apartamento en busca de su líder para darse cuenta de que Yongguk no estaba por ningún lado.
— ¿Dónde está Yongguk-hyung? — preguntó alzando la voz, desde el baño.
— Quién sabe. Hablamos de Yongguk, al fin y al cabo.
— Quizá no podía esperar para ver a Yoori y se ha marchado antes — canturreó Daehyun con una vocecilla burlona. Debido a que se hablaban desde diferentes habitaciones, no pudo ver la mueca de descontento que emuló el maknae con aquel comentario. Zelo se limitó a escuchar las risas burlonas que emanaban de las diferentes habitaciones justo después del comentario de su compañero e intentó contestar con la mayor naturalidad posible, intentando desestimar la mínima posibilidad de sospecha en sus palabras.
— Estoy seguro de que no le gustaría oír eso — respondió, entre risas.
— Nunca le gusta oír nada. Y menos si son verdades.
Daehyun volvió a reírse. Zelo, por su parte, apoyó la espalda en el lavabo y se retiró el pelo hacia atrás con una de sus manos, suspirando en silencio. Poco tardaron el resto de sus compañeros en llamarlo a voces para salir hacia el estudio, donde tenía pensado reanudar una charla pendiente. Una charla importante.

Los chicos tardaron más en llegar de lo esperado. No contaban con que una oleada de fans estuviese cortando el paso a la furgoneta en la entrada del edificio, gritando emocionadas ante su llegada. Ninguno se esperaba tal aluvión de seguidoras, principalmente porque tenían la esperanza de que el lugar de reunión siguiese siendo un secreto de cara al público hasta la grabación, pero aquel panorama lleno de pancartas, lágrimas y sonrisas de esperanza dejaba aquella opción en el límite de lo imposible. Dos guardaespaldas salieron a recibir a los cinco chicos a pie de calle. Intentando no mirar hacia ningún lado se dirigieron al interior del bloque, sintiendo aún el eco de las fans retumbando en el exterior. Jongup suspiró disimuladamente.
— Ya nos han descubierto — susurró, alborotándose el cabello con parsimonia.
— Algún día tenía que pasar — mencionó Himchan, con una sonrisa resignada.
— Por fin habéis llegado, ¿qué ocurre? — Yongguk apareció al fondo del pasillo como si no pasase nada, caminando de brazos cruzados y con una de sus cejas alzadas, como si intentase sonsacar la verdad del primero que hablase a la fuerza, aunque escuchar el panorama de fuera le hizo olvidar todo lo que pensaba decir — Uwah. ¿Qué habéis hecho?
— Debe haberse filtrado la dirección del estudio.
— Torpes.
— ¡Cierra la boca!
— ¿Por qué has venido tan pronto, hyung? — Zelo ladeó la cabeza. Su mueca de seriedad no había variado ni siquiera ante el intento de broma de su líder, que sintió la tensión en el ambiente. A pesar de ello, y para sorpresa del maknae, empezó a reírse sin descruzarse de brazos.
— Oye, que al contrario que vosotros yo tengo trabajo que hacer — explicó, sonriendo plácidamente — Es la maldición del líder.
— No te quejes. Trabajar una vez al año no hace daño.
— ¡Oye!
Entre las risas generalizadas que se formaron en el grupo —excepto en Zelo, que permaneció serio aunque de un modo más disimulado, esbozando una sonrisa que esperaba no hiciese ver su solemnidad algo sospechosa—, el aumento repentino de gritos en el exterior los hizo girarse hacia la puerta. Pocos segundos bastaron para que Yoori y Eunhee entrasen a prisas en el inmueble, sin mirar atrás. Juntas. Yongguk no entendía la situación.
— ¡Wow, qué… qué miedo! — susurró jadeante Eunhee, mirando al exterior con disimulo — Parecía que nos quisieran comer…
Yoori no dijo nada. Jongup silbó para llamar su atención y empezó a balancear los brazos en alto cuando consiguió que levantasen la mirada hacia ellos. Eunhee le respondió con vitalidad, empezando a correr en dirección al grupo. La extranjera la siguió con la mirada con una mueca ácida y agotada, irguiéndose de nuevo y caminando con parsimonia hacia ellos mientras intentaba que su respiración volviese a un ritmo natural.
— ¡Buenos días!
— Hay que ver la alegría con la que empiezan algunas el día — comentó Himchan viendo acercarse a Eunhee, con una sonrisa.
— Sólo algunas.
Daehyun parecía estar aguantándose una risotada cuando vio aparecer de la nada a Yoori en el círculo, con cara de poco sueño y un aura oscura y tenebrosa que, a pesar de todo, desprendía un punto dulce. Le habría dado un reconfortante abrazo de no ser porque la mirada que le dirigió tras sus palabras le advirtió que, de acercarse más de lo debido, saldría mal parado.
— Cállate, inútil — musitó, con un puchero disimulado — Estoy sin dormir.
— ¿Y qué haces aquí? Vete a casa — le respondió Yongguk, riendo.
Yoori lo miró fijamente y, sin decir nada más, se dio la vuelta y empezó a arrastrar los pies hacia la salida. Los demás miembros desviaron rápidamente la mirada hacia su líder, ordenándole con los ojos lo que no se podía decir con palabras. Yongguk suspiró.
— Oh, diablos… Oye, espera, ¿A dónde vas? ¡No sabes ni aceptar una broma! — sin mirar ni una de las muecas de satisfacción que habían puesto sus compañeros al ver que había salido corriendo tras ella, Yongguk siguió simplemente a zancada limpia hasta alcanzarla y retenerla por ambos brazos, soportando su berrinche y su resistencia.
— Déjame en paz, me voy a casa.
— Estaba bromeando, sosa.
— No me gustan tus bromas, déjame en paz.
— No me hagas recurrir a golpes bajos, ¿de acuerdo? — Yongguk rió.
— ¿Me estás amenazando? — inquirió, frunciendo el ceño.
La espalda de Yongguk tapaba la vista del cuerpo de la chica, tan sólo dejaba ver sus brazos de vez  en cuando revoloteando y resistiéndose al agarre del líder. Y menos mal, ya que escuchaba cómo los demás se acercaban, y el sonrojo que pobló su rostro con sus palabras habría sido imposible de esconder.
— Les contaré lo que ocurrió.
— No lo harás — musitó, con un tono de enfado casi suplicante.
— ¿Quieres probar?
Yoori podía ver por su picaresca sonrisa que estaba hablando totalmente en serio. Se giró de espaldas al resto cruzada de brazos cuando todos volvieron a formar un corrillo junto a la puerta, rezando porque se fuese pronto el calor que inundaba sus mejillas.
— ¿La has convencido? — husmeó Daehyun, sorprendido.
— Trucos de líder — le respondió Yongguk, sonriente.
— ¡Chicos! — un ayudante les habló desde el mostrador — ¡Vuestra furgoneta está preparada fuera! Intentad que no os coman las fans, ¿de acuerdo?
— Oh, gracias — Yongguk hizo una reverencia suave — Bueno. Van siendo horas de visitar el estudio de grabación, ¿verdad?

Aquel sitio era increíble. Ni siquiera Yoori, con la apariencia de enfadada que quería mostrar en aquel momento para evitar más vaciles de los normales pudo disimular un suave movimiento de cejas que sirvió para ejemplificar su sorpresa ante la magnitud de aquel gran pabellón. Por fuera simulaba como un simple almacén de hormigón, con apenas decoración más que infinitas hileras de ventanas que se distribuían por los varios pisos de altura que tenía, pero el interior era algo totalmente aparte. El primer piso no estaba dividido en habitaciones, de hecho, los únicos tabiques eran los que formaban la estructura exterior del edificio, y por toda la superficie se distribuían increíbles decorados con un realismo que Yoori nunca pensó ver con sus propios ojos. Algunos aún estaban a medio montar; podía ver hombres montando una cabina de teléfono, un grupo de personas pintando con aerógrafo lo que parecía ser la carrocería de un coche abandonado, con todo lujo de detalles.
— Hacía tiempo que no veníamos aquí — Jongup parecía melancólico. Con las manos en la cintura lo observaba todo, sonriente.
— ¿Aquí es donde grabáis todos vuestros videoclips? — preguntó Eunhee, girándose hacia el maknae, que le respondió asintiendo con una sonrisa — ¡Vaya, es enorme!
— Tampoco es para tanto — susurró Yoori con un hilo de voz para sí misma, que en ese momento no atendía a la conversación de los demás directamente. Daehyun, que caminando a su lado había escuchado sus palabras, le dio un codazo suave que la sacó de su trance, y empezó a reírse.
— Deja de hacerte la interesante y di de una vez que te encanta.
— Cállate — los demás empezaron a reírse tras presenciar el conflicto entre ambos. Yoori les dedicó una mirada cargada de falso odio y empezó a caminar hacia el centro del pabellón, observándolo todo con un cuidado que no quería evidenciar demasiado.
— Aquí es donde grabaremos el nuevo videoclip.
— ¿Cómo se llamará? — inquirió Yoori.
— Quién sabe — Zelo sonrió misteriosamente — ¿Qué tal si nos dividimos y les enseñamos el estudio a las chicas? Tres y tres.
— Me parece bien — antes de que ninguno pudiese esperárselo, Yongguk agarró por las mangas de su camiseta a Youngjae y Daehyun y empezó a arrastrarlos en dirección a Eunhee, ignorando las miradas de los demás. Sin poder oponer resistencia, los cuatro desaparecieron por el ala oeste del pabellón, dejando a Himchan, Jongup, Zelo y Yoori con una mueca de estupor indescriptible, quietos en el sitio.
— Vaya. Supongo que los ‘equipos’ ya están hechos — comentó Himchan de repente, tras un silencio.
— Yo no tengo queja alguna — afirmó Jongup, alzando los brazos y entrelazando sus manos en su propia nuca — ¿Vamos a ver los decorados?

Los cuatro se encaminaron hacia la zona de decorados, siguiendo la idea del segundo maknae del grupo. Yoori no atendía casi a las explicaciones del grupo, totalmente embobada con los técnicos que montaban y perfilaban minuciosamente cada detalle para hacer de cada objeto algo único, perfecto. Había una habitación simulada con tan sólo tres paredes y todos los detalles posibles: paredes en madera, una mesa de comedor en su interior, cuadros en las paredes… todo con un toque abandonado, como si hubiese sido el escenario de una pelea. Un poco más lejos, el decorado se centraba en un trozo de calle con una farola y una cabina de teléfono en primer plano. Yoori salió corriendo para ver de cerca cómo un hombre ultimaba detalles con su aerógrafo dejándolos a todos atrás, pero pronto sintió una voz a sus espaldas.
— ¿Te ves capaz de grabar dentro de eso? — se giró para ver a un sonriente Himchan, que se había agachado para quedar a su altura. El hombre que pintaba hizo una leve reverencia con la cabeza al verlo, a la que el visual respondió cordialmente, sin dejar de sonreír ni un momento.
— Ni siquiera me hago a la idea de que puede que me graben.
— Tienes un 50% de posibilidades de que ocurra.
— No creo en un porcentaje tan alto — murmuró para sí misma Yoori con un aire misterioso, alzando las cejas con disimulo.
— Vamos, no seas pesimista. Nos has caído muy bien — Himchan le sonrió. Con una palmada en su hombro la llevó hacia donde Jongup y Zelo los esperaban, charlando tranquilamente. Con un par de vueltas más por la zona Yoori terminó descubriendo todos los escenarios del videoclip, por lo que pudo adivinar que se trataría de un ambiente hostil y violento. My típico de B.A.P., según lo que había visto, en verdad.
— Bueno, ¿Qué hacemos? ¿Esperamos aquí a los demás?
— Es extraño que tarden tanto habiendo ido a la zona de camerinos — Jongup se cruzó de brazos, desviando la mirada hacia la puerta por la que Yongguk y compañía habían desaparecido.
— Iremos a buscarlos — en principio todos pensaron que la idea de Zelo había sido dirigida al grupo entero, pero bastaron un par de pasos para darse cuenta de que la invitación había sido dirigida únicamente a la chica del grupo. Antes de que pudieran alcanzarlos, Zelo agarró por una de sus manos a Yoori y la arrastró velozmente, evitando que los demás alcanzaran su paso, o quizá dándoles tiempo a entender que el maknae estaba pidiendo unos minutos a solas con ella.

— Zelo… ¡Zelo! ¿A qué vienen tantas prisas? — Yoori se lamentaba como podía, siendo arrastrada por el maknae pasillo tras pasillo, hasta que finalmente éste se dignó a detenerse, en medio de la penumbra de un corredor vacío y silencioso que únicamente reverberaba el ruido del exterior. La chica se cruzó de brazos y permitió que su enfado se esfumase gracias a la mueca de corderito del menor. “Soy demasiado blanda”, pensaba.
— Quería hablar contigo, lo siento — se encogió suavemente de brazos, alzando uno de ellos más tarde para rascarse la nuca con suavidad — aún no he tenido tiempo de agradecerte que… que hayas vuelto.
— No seas tonto. No tienes que agradecer nada. Yo soy la que debería agradeceros a vosotros el permitirme estar aquí a pesar de todo…
— No me olvido de que dejamos algo pendiente, ¿sabes?
Yoori tensó el rostro nada más escuchar la risa que sucedió a sus palabras, tierna y misteriosa a partes iguales. No le dio tiempo más que a abrir los labios tontamente dispuesta a decir algo, pero la repentina sensación de sentir a Zelo rodeándola con sus brazos la dejó sin palabras. Dios santo, nunca se había dado cuenta de lo increíblemente alto que era, y aún así… era tan pequeño, tan dulce. Sus brazos se afianzaban a su cintura con firmeza, apretándola contra él; los pensamientos que abordaron su mente en aquel momento la hicieron sentir una pedófila en potencia.
— Yoori… — Zelo había apoyado uno de los laterales de su cabeza contra la sien de la chica, dulcemente, puesto que la diferencia de altura no le permitía apoyarse en su hombro. En esa postura podía percibir el suave aroma a camomila que desprendía su cabello y la sensación de tranquilidad aumentó por momentos — Lo siento — añadió, tras un silencio breve pero intenso. Su sonrisa se transformó en inseguridad y frunció los labios al mismo tiempo que la apretaba más contra él, como un gesto inconsciente.
— Lo… ¿Lo sientes? ¿Qué es lo que sientes? — palabreó con torpeza la extranjera, luchando por respirar ante aquel abrazo de boa que la había tomado por sorpresa.
— Está… Está decidido.
Yoori detuvo instantáneamente sus intentos por resistirse al fuerte abrazo de Zelo. En este momento, él se dio cuenta de que la idea de seguir reteniéndola contra él únicamente para escapar de su mirada era algo que no podía hacer eternamente, y dejó que todo siguiese su curso. Yoori lo alejó de ella de un empujón, y sus grandes ojos verdes se fijaron en la mirada perdida en el suelo del joven maknae que, a pesar de todo, sabía que ella lo había entendido sin clarificar nada más.
— No puedo quedarme, Yoori. Este MV será el último.
Yoori se quedó sin habla. Sin poder quitar la mirada de los ojos de Zelo, buscando una explicación más profunda que el maknae no parecía dispuesto a darle, su mente empezó a recordar la charla que habían mantenido en el exterior del hospital, cuando Daehyun había estado ingresado. El día que aquellas fatídicas fotos habían sido tomadas.

「Yoori empezaba a sentir el frío en los huesos, pero resistía a la escasa temperatura gracias al calor que las caricias de Zelo eran capaces de hacer viajar desde sus manos a todo su cuerpo. Sus dos pequeños y rasgados ojos permanecían fijos en su piel, su sonrisa no mutaba, seguía igual de cálida que minutos atrás, pero de algún modo Yoori no estaba tranquila viéndolo sonreír de ese modo.
— ¿Sabes, Yoori? — susurró de repente, sorprendiéndola.
— ¿Qué?
— Yo…
No fue capaz de continuar la frase en primera instancia. Respiró profundamente, frunciendo los labios con un aire de impotencia, esperó a que varias personas que caminaban cerca despejasen el lugar y, cuando ya no tenía ninguna excusa para permanecer callado, habló por fin.
— Puede que… abandone el grupo.
Se podría decir que Yoori pasó por las cinco fases principales de un ser humano tras escuchar aquella frase tan simple. La primera… la negación.
—  No. ¿Qué? No puede ser —  respondió, tajante, soltándose de sus manos. Zelo intentaba acercarse a ella, pero la chica retrocedía dos pasos por cada uno que él se acercaba.
—  No sé por qué, pero quería… quería contártelo — se exculpó Zelo encogiéndose de hombros, con una visible culpabilidad reflejada en el brillo de sus ojos.
— ¡Maldita sea eso… eso no me sirve! ¡¿A qué viene eso ahora?! ¡¿Por qué te vas?! —  la segunda fase… el enfado. La ira se mostró ante la chica en forma de intensos berridos que Zelo intentó menguar con todas su fuerzas, obligándola a pegarse a su cuerpo en un abrazo del que la chica se intentó librar.
—  ¡No… No grites! —  le susurró, intentando calmarla —  ¡No quiero que nadie se entere!
—  ¡Ni no grites ni ostias, mocoso! ¿A qué viene eso ahora, maldita sea…? ¿Puede? ¿Eso significa que es posible que no lo hagas? ¡Te necesitan! ¿Cuáles son las condiciones? —  la tercera fase experimentada fue la negociación. Yoori agarró con ambas manos la ropa del chico y lo zarandeó con suavidad, alzando la mirada.
— No pensaba que… te afectaría tanto — Zelo torció los labios en una mueca de culpabilidad que no pudo disimular. Yoori agachó el rostro apoyando la frente en su pecho y dejando escapar un profundo suspiro.
— No puedo decir que os conozca mucho como grupo, pero… te conozco como persona, mocoso. Disfrutas haciendo lo que haces. Pude ver tus ojos cuando dijiste “puede que abandone”. Sé que aunque no quieras decírmelo… Te está doliendo — la cuarta fase… la depresión. Con sus dedos aún fuertemente agarrados a las ropas del maknae, la chica luchaba por aguantar las lágrimas. Sus palabras brotaban de sus sentimientos, no podía basarse en fanatismo ya que apenas los conocía, pero todo lo que decía sobre él lo creía firmemente — No lo entiendo, Zelo. Te lo juro. No lo entiendo.
Tras un fuerte suspiro, Zelo volvió a abrazarla, cerrando los ojos, pero esta vez Yoori no opuso resistencia alguna. Se hizo un silencio largo y necesario.
— No es seguro — murmuró Zelo, sin saber a dónde mirar. Acariciaba la cabellera de la chica con parsimonia, como si quisiese disfrutar de cada segundo de tacto.
— Pero es posible.
— Todo es posible en esta vida — Zelo se apartó de ella, la cogió por ambos brazos y la obligó a mirarlo directamente — Yoori, mírame. Por favor, mírame. Te lo he contado porque… necesitaba desahogarme. Pero tengo que pedirte un favor.
— No me lo digas — Yoori alzó una de sus manos para secarse una lágrima furtiva que había empezado a resbalar por sus mejillas — No puedo hablar de esto con nadie.
Zelo emuló una mueca que gritaba un “Por favor” sin palabras.
— Entiendo, entiendo. No diré nada. Son… Son cosas tuyas, al fin y al cabo.
— Deja de preocuparte. Nada pasa sin algún motivo.
— Me preocupo porque… te aprecio. Demasiado, quizá.
La quinta fase… la aceptación.」

……….


Yoori caminaba por los pasillos, solitaria. Había dejado atrás a Zelo, que ni siquiera se molestó en seguirla o detenerla. No sabía realmente a donde iba, pero en ese momento lo único que necesitaba era alejarse de él lo máximo posible. Subió al segundo piso y se metió dentro de la primera habitación en la que encontró la puerta abierta, cerrándola tras de sí y dejando caer su espalda bruscamente contra el dorsal de la puerta. Al no haber alzado la cabeza ni una sola vez, no se habría dado cuenta de que no era la única persona en la habitación si aquella vocecilla tintineante no hubiese llamado su atención.
— ¿Ocurre algo? — la extranjera alzó la cabeza sobresaltada y vio a Eunhee a pocos pasos de ella, asomando por una puerta en la pared lateral y cargada con un par de cajas entre las manos — No tienes buena cara…
— Deja ese tonito dulce y condescendiente conmigo, Eunhee — le espetó Yoori, cortante, muy cortante. Frunció el ceño y la miró como si estuviese deseando matarla sin tener que separarse de la pared, y la coreana no le respondió a su gesto más que con un giro de rostro orgulloso y altivo — Creo que es demasiado tarde.
— Pensé que te gustaría más que te tratase con dulzura.
— Las putas no saben lo que es la dulzura* — el español de Yoori sonó rasposo e irritante en medio de aquella conversación en coreano. Eunhee esbozó la mueca típica de alguien rebosante de desconfianza pero, por el contrario, Yoori le respondió con una amplia y cínica sonrisa al darse cuenta de que el factor idioma estaba de su lado.
— ¿Por qué no te has ido, aún? No sé si te has dado cuenta, pero me estorbas — la chica empezó a dejar las cajas sobre la mesa, absolutamente tranquila. Era increíble su frialdad al decir tales cosas.
— Tengo un concurso que ganar. Cuando lo haga, me iré.
— Tienes demasiada fe, cariño — rió con soberbia, negando tranquilamente.
— Lo mismo te digo.
Ambas se miraron fijamente, en silencio. El veneno flotaba en el aire por parte de ambas y hacia ambas.
— Parece que no te cansas de que te humille y te haga daño.
— Estás haciéndome tanto daño a mí como a tus ‘ídolos’. Algún día te darás cuenta.
— ¡Cállate! — Eunhee golpeó una de las cajas, que cayó al suelo con un ruido seco y brusco que resonó debido al eco de la sala. El silencio que continuó al estropicio dejó escuchar con nitidez la fuerte y violenta respiración de la concursante coreana, que empezó a caminar en dirección a la extranjera — Ellos están acostumbrados a esos rumores. Viven rodeados de ellos. Son un problema con el que lidian diariamente, ya no les afecta. Al menos a casi todos — su última frase hizo brillar con más intensidad sus ojos de bruja.
— No me lo puedo creer. Realmente… estás aprovechándote de Youngjae.
— Cállate, tú no me entiendes. Este concurso es… lo es todo para mí.
— No. Realmente no te entiendo.
— ¿Por qué te preocupas por Youngjae? — inquirió, ignorando su respuesta — Deberías preocuparte por ti misma y por todos los miembros a los que estás hundiendo poco a poco. Primero Zelo, ¿y ahora quién?
Eunhee pareció disfrutar sus siguientes palabras. Aunque solo fuese por un segundo, Yoori pudo sentir ese brote, esa chispa que nació de la raíz de su diabólica sonrisa cuando aquel nombre salió siseante de entre sus labios, a sabiendas de que sería una dura puñalada para Yoori.
— ¿…Yongguk, quizá?
A pesar del intento por disimular su estupor, no pudo evitar que su palidez se hiciese obvia. Eunhee aumentó el grado de su sonrisa tras ver su reacción, pues parecía incluso más satisfecha de lo que esperaba resultar.
— ¿He acertado? — preguntó, misteriosa.
— ¿Qué intentas decirme, Eunhee? — Yoori se acercó varios pasos a la coreana, fuerte y segura.
— Quién sabe — se encogió de hombros, sin disminuir su sonrisa. Realmente estaba disfrutando el ver sufrir a Yoori — Ya sabes que los rumores corren muy rápido. Abrazo por aquí, caricia por allá. Nunca sabes cuando alguien puede estar grabándote.
A Yoori le faltaron los segundos paras salir corriendo de aquella sala.

……….


El tic-tac del reloj producía un monótono ritmo que hacía pasar la noche más lenta de lo que ya parecía por sí sola. No era capaz de dormir. Se había tirado en su cama, se había levantado, había salido al balcón a respirar algo de aire y se había vuelto a acostar con el mismo nivel de insomnio que media hora antes de su tour por su propio apartamento. Yoori estaba realmente nerviosa. Aquella situación se le estaba escapando de las manos. Después de aquella fatídica charla con Eunhee había abandonado el pabellón y, tras media hora buscando un taxi, había vuelto a casa. Necesitaba comprobar si sus sospechas eran ciertas y, desgraciadamente… lo eran.
Todo estaba allí. En Internet.
No quería pensar en ello. Quería cerrar los ojos y dormir pero todo lo que podía ver cuando lo hacía era la imagen de aquel vídeo en el que Yongguk salía de espaldas, abrazándola y cargándola en brazos entre pequeños gritos ahogados de la chica que sostenía la cámara. No podía quitarse esa imagen de la cabeza. Ni tampoco podía dejar de imaginarse la cara que se le habría quedado a Eunhee al imaginársela descubriendo ese vídeo en la red. “Esa hija de puta”, pensaba entre lágrimas. “Voy a vengarme. Lo prometo.

Con los primeros rayos de sol, Yoori se levantó de la cama y se vistió dispuesta a ir cuanto antes al estudio. Ese era el último día de concurso, y… necesitaba hablar con Yongguk. Todos en aquel edificio, a pesar de estar ya acostumbrados a su presencia en el lugar, se giraban con sorpresa al verla caminar con aquel paso fuerte y decidido por los pasillos, arrollando a todo el que no se apartase de su camino a tiempo. Asaltó al primer ayudante que conoció al primer día, el que había ido a recogerla, sujetándolo por la camisa y zarandeándolo.
—  ¿Dónde está Yongguk? —  preguntó, furiosa.
—  E-En el camerino 2, creo… ¡Pero, o-oye! ¡Está ocupado ahora mismo! ¡Espera!
No respondió a las palabras de aquel pequeño hombrecillo. Salió corriendo como alma que lleva el diablo, preparándose mentalmente un discurso que no pudo llegar a soltar.
Tenía razón. El ayudante tenía razón. Yoori se dio cuenta al llegar al camerino y acercarse a la puerta. Estaba entreabierta, y el silencio del pasillo le dejó averiguar que el líder no estaba solo en la habitación.
— Tengo trabajo que hacer, ¿qué quieres? — la voz grave de Yongguk resonó en el pasillo, lejana pero entendible. A Yoori se le hizo un nudo en la garganta cuando escuchó la contestación, tan grande, que tuvo que taparse la boca con la mano para no ser descubierta.
— Tengo que hablar contigo — conocía esa voz. Era Youngjae.
— Creo que ya hemos hablado sobre todo lo necesario.
— ¡No! No… No lo soporto más, Yongguk — se hizo un silencio — Ahora… va a por vosotros.
— ¿Perdón?
— A por vosotros, esa… mujer va a por vosotros. A por Yoori y a por ti.
— Pensé que ibas a contarme algo importante — Yongguk estaba tan relajado que por momentos la chica sentía la necesidad de entrar en la habitación, apalizarlo bestialmente y salir como si no hubiese pasado nada.
— Te estás tomando esto a broma y no es una broma.
— Youngjae. Si quieres decirme algo, dímelo de una vez. Déjate de rodeos, no me gustan.
Volvió a hacerse un silencio incómodo. El corazón de Yoori empezó a bombear muy deprisa. Estaba nerviosa, pero realmente no sabía por qué. O quizá sí lo sabía pero no quería admitirlo.
— Ha subido el vídeo a internet, Yongguk. El vídeo del que os intenté avisar. Estáis en todas las páginas de cotilleo.
Yoori sintió una estaca en el corazón. Cerró los ojos con lentitud y alzó una de sus manos hacia su rostro, cubriéndoselo. “Se lo ha contado”, pensaba para sí misma, increíblemente nerviosa. Le gustaría haber sido ella la que se lo contase, la que hablase con él sobre ese tema. ¿Por qué Youngjae tenía que inmiscuirse de ese modo? La situación se estaba descolocando. Tenía miedo de la reacción de Yongguk. Aún no la habían descubierto, pero quizá era el momento de entrar y aclarar las cosas, estando ella presente. Pero no le dio tiempo a reunir fuerzas para descubrirse antes de que una voz risueña se clavase en sus oídos como algo que nunca esperó oír.
— Ah. ¿Y? — el líder empezó a reírse. Fue una risa suave pero contagiosa, que a Yoori se le hubiese pegado de no ser por el estupor que la paralizaba en aquel momento. No podía creerse aquella respuesta — ¿Sólo eso? Me esperaba algo más interesante.
Por el silencio que se formó tras su respuesta, Yoori pudo imaginar que Youngjae tampoco se esperaba una respuesta así.
— ¿Cómo que… interesante? ¿Has escuchado lo que te he dicho? ¡Se ha filtrado el vídeo!
— Ya te he oído, no seas pesado. ¿Era solamente eso?
— ¿Cómo puedes decir “solamente eso”? — exclamó Youngjae, incrédulo — ¿Cómo puedes estar tranquilo ante una filtración así? ¿Acaso has visto el vídeo?
— No, pero puede que luego le eche un vistazo. Quiero ver si me han sacado el ángulo bueno — era increíble que el líder pudiese sacar un punto de humor de aquella situación.
— No puedo entenderte, Yongguk. ¡Se ha filtrado! ¡Te han grabado abrazándola. Llevándola en brazos,  arrodillado frente a ella! ¿No te importa lo que eso pueda hacer a tu imagen? ¡Son cosas muy…!
— ¿Vas a decirme por qué diablos tendría que avergonzarme de algo que decidí hacer por iniciativa propia, Youngjae? — la voz de Yongguk perdió toda la burla y la gracia que había tenido momentos antes. Su tono grave se hizo aún más grave y sonoro para resonar por encima de la voz de su compañero y así interrumpirlo, quien se quedó en el más absoluto silencio tras sus palabras — ¿Acaso no te das cuenta? Yo decidí ir allí. Yo decidí arrodillarme frente a ella, abrazarla y llevarla a su casa en brazos, porque si llego a esperar que se levantase por sí sola no habríamos llegado ni al día siguiente. ¿Qué tiene todo eso de malo? ¡Ni siquiera están diciendo mentira alguna! ¡Todo ocurrió!
La extranjera no podía ver a Youngjae, pero sentía su perplejidad al otro lado de la pared. Yongguk aún no parecía satisfecho.
— ¿Acaso lo que quieres que te diga es que me arrepiento? — sonaba tan serio. Tan seguro, tan… perseverante. Tan imponente. Yoori estaba nerviosa, pero su nerviosismo había cambiado de tono en los últimos minutos. Ahora estaba casi avergonzada al oírlo. Era un sentimiento ambiguo… pero agradable — ¿Quieres que te diga que me arrepiento de haberlo dejado todo tan sólo para ir a suplicarle que volviese? ¿Qué me arrepiento de haberla animado cuando podía ver en su rostro que se sentía hundida y pisoteada? Pues lo siento. Te quedarás con las ganas porque a día de hoy sigo sin arrepentirme, y jamás lo haré. Si con ello he conseguido que Yoori vuelva a nosotros, nunca me arrepentiré. A eso se le llama tener las ideas claras, Youngjae.
— ¿Cómo puedes ser así? Un rumor… Una filtración así… puede destrozar tu carrera.
— ¿Y mi carrera es lo más importante? Aunque te parezca mentira, mi fama no se sitúa en el puesto uno de mis prioridades. Y si en tu caso es así, creo que deberías ordenar las tuyas.
Yoori escuchó unos pasos acercándose que le pusieron la piel de gallina.
— ¿Sabes? A veces no entiendo por qué te llamamos el ‘cerebro’ del grupo. En ocasiones así me da por pensar que tienes la cabeza hueca.
Yongguk salió de la habitación, sólo, con un taco de folios en las manos y dos carpetas debajo de cada brazo, riendo y negando con tranquilidad. Caminaba con soltura a lo largo del pasillo, ignorando que la extranjera estaba escondida tras la puerta del camarote contiguo, cuya puerta también estaba abierta.
Yoori seguía sin poder creerse lo que había oído. Estaba completamente sonrojada. Nunca se esperó algo así de Yongguk... Pero empezaba a comprender por qué era el líder del grupo. Y en el camarote de al lado… No escuchó ninguna voz, ningún paso, ni alejándose, ni acercándose. Todo estuvo en silencio, un silencio tan sepulcral que incluso daba miedo.
— Hay cosas que simplemente… tienen que saberse — Youngjae se giró hacia la puerta cuando aquella voz lo sacó de su trance. Pudo ver a Yoori asomada tímidamente al marco, con una mueca de culpabilidad inocultable. Realmente quería ayudarlo, pero no sabía expresar sus sentimientos con palabras. No quería agobiarlo — Tarde o temprano…
No le respondió. Con la cabeza gacha y la mirada perdida en el suelo salió de la habitación, pasando por su lado y sin dirigirle tan siquiera un gesto. A pesar de todo, Yoori sabía que había tenido en cuenta sus palabras.

……….

— Acaban de llamar del estudio, chicos. Nos toca ejercer como jurado.

……….


A pesar de no querer evidenciarlo las dos se veían nerviosas. Una de ellas permanecía de pie, con su vestido blanco y sus dos dulces y largas trenzas cayendo por su pecho, con una sonrisa amplia y temblorosa, sin dejar de jugar con sus manos entrecruzadas. La otra no paraba de colocarse la camisa con nerviosismo, la mirada fija n el suelo y los labios fruncidos, haciendo lo posible por evitar la tentación de mirar al frente. Ante ellas, el jurado, compuesto por los seis chicos de B.A.P. permanecía sentado, hablando entre ellos, mientras que las dos evitaban cualquier contacto visual o verbal.
— No sé qué haces aquí — susurró Eunhee entre dientes, disimulando para que nadie la oyese entre el alboroto de la sala.
— Lo mismo que tú, probablemente — Yoori le respondió con naturalidad, seria y relajada. No mostró ningún signo de alteración, lo cual pareció molestar a la coreana más que cualquier otra cosa.
— ¿Estáis listos? — el manager del grupo se colocó entre las chicas y la mesa del jurado, frotándose las manos y sonriendo cálidamente — Bueno, hoy es el día difícil, por así decirlo. Para librarme de responsabilidades, dejaré que sean ellos los que elijan a la afortunada — todo el círculo de personas que se había arremolinado en el estudio de grabación aquella mañana empezaron a reírse suavemente ante la pequeña broma — No tengo mucho más que decir. Os deseo suerte a ambas.
El mánager se giró hacia B.A.P. y, aunque no pudo verlo, las muecas y miradas que compartieron los chicos sirvió para saber que su gesto no verbal había sido decisivo. Con pasos tranquilos se apartó del medio y ambas chicas se colocaron rectas y erguidas esperando que alguno se decidiese a hablar.
— ¿Entonces esto es… decir un nombre y ya está? — Jongup cruzó los brazos y los posó encima de la mesa. Parecía alterado — Acabemos rápido. Mi voto es para Eunhee.
Agachó la cabeza cuando un murmullo generalizado inundó la habitación. La coreana sonrió ampliamente y su veneno se impregnó a la piel de Yoori.
— Pues el mío es para Yoori — la voz de Zelo sonó inmediatamente después, casi interrumpiendo a su compañero. Con el ceño fruncido, mantenía la mirada fija en la extranjera, que no parecía tener la intención de devolverle la mirada.
— Tras pensarlo mucho… — Daehyun resonó tras un silencio sepulcral. Apoyaba uno de sus codos en la mesa y se frotaba una de sus sienes con dos dedos, en movimientos circulares. No parecía muy cómodo en aquella situación. Yoori agachó la cabeza. Sabía lo que pasaría — Mi voto es para Eunhee. Porque… — suspiró, cerrando los ojos lentamente — Porque sí.
La coreana dejó escapar un gritito de emoción e hizo una exagerada reverencia, sin mediar palabra alguna.
— Yo no podría dormir tranquilo si no le doy mi voto a Yoori — la extranjera alzó la mirada inconscientemente hacia Himchan, que le sonrió con la mayor sinceridad posible. Ella frunció los labios. “No llores, estúpida.
— Yo… — Youngjae estaba tenso. Yongguk desvió la mirada disimuladamente hacia él cuando lo escuchó hablar, sin decir una palabra — Yo voto a Eunhee, también.
Cuando todo volvió a quedarse en silencio, las miradas se enfocaron directamente en el líder, el único que quedaba por hablar. La situación era complicada y todos lo sabían, Eunhee tenía un voto más que Yoori y Yongguk podía descalificar a la extranjera en apenas un segundo. El líder era consciente de la carga que suponían sus palabras… o no. En realidad, estaba bastante relajado. Apoyó un codo en la mesa y una mejilla sobre su mano, mirando a ambas con una sonrisa amplia.
Tardó en hablar, más para hacerse el interesante que otra cosa.
— Realmente… sería un acto bastante hipócrita si incluso después de hacer todo lo que hice para que Yoori volviese al concurso… — desvió la mirada hacia ella y la fijó en sus ojos verdes. Amplió su sonrisa, ladeando un poco el rostro — …el no darle mi voto.
El barullo se intensificó. ¿Un empate?
— Vaya — el mánager se adelantó un poco, cruzado de brazos — no esperaba esta situación, para nada. ¿Qué hacemos con el empate?
El revuelo que seguía activo no respondió a la pregunta del mánager. Sin embargo, alguien tuvo la valentía de hablar.
— Yo creo que… — todos desviaron la mirada hacia Yoori, que habló despegando por primera vez la mirada del suelo. Yongguk podía sentir que por detrás de aquella máscara de valor que parecía querer portar, no había más que una chica muerta de miedo y nervios — Si ha sido B.A.P. el que ha hecho el empate… B.A.P. debería deshacerlo.
El manager esbozó una mueca.
— ¿Quieres decir una segunda votación?
— O que deshaga el empate uno de nosotros — Yongguk habló sin pestañear, intentando averiguar las intenciones de Yoori, cosa que realmente no era muy complicada. Ella, en cambio, no se atrevió a mirarlo. El líder se giró con rapidez hacia un lado de la mesa y se encontró con los ojos de un desesperado Youngjae que le rogaba se detuviese en aquel intento por empeorarlo todo — ¿Youngjae?
— ¿Por qué Youngjae? — inquirió Daehyun, frunciendo el ceño.
— ¿Y por qué no? — Yongguk le respondió con una sonrisa.
— Yo no tengo ninguna objeción — Eunhee dejó que su dulce voz se filtrase entre la tensión del jurado, con una sonrisa dulce.
— Yo tampoco — la voz fuerte y decidida de Yoori destacó después de la coreana. Youngjae no podía creerse que estuviese escuchando aquello.
— Bueno… ¿Y los demás? — el mánager echó un vistazo rápido a la mesa, pero nadie dijo nada. Se miraban unos a otros sin mediar palabra — Bueno, si nadie se opone, yo menos. Youngjae… Está en tus manos.
Quería escapar de aquel problema pero cuantos más segundos pasaban más se daba cuenta de que era imposible. Youngjae se cubrió el rostro con las dos manos, ignorando al mundo en general. Permanecía quieto, en silencio, sin moverse ni mediar una sola palabra. Pasaron varios minutos hasta que echó las manos hacia atrás, enredando su corto cabello entre sus dedos como gesto de desesperación, al mismo tiempo que dejaba escapar un resoplido interminable. Miró a Eunhee. Miró a Yoori. La segunda no lo estaba mirando ni parecía tener la intención de hacerlo.
— …
“Dilo de una vez, cabrón. No lo soporto más. No soporto esta situación, ni a ti, ni lo cobarde que eres.”
Yoori tenía ganas de llorar. Youngjae sintió una puñalada en la garganta cuando, sin haber dejado de mirar a Yoori, pudo ver como sus labios articulaban un “Hay cosas que simplemente tienen que saberse” sin emular sonido alguno. Fijó la mirada en la mesa. Era la hora de acabar con todo.
— Eunhee — le tembló la voz, pero aún así el nombre sonó claramente. Todos empezaron a hablar de inmediato, el manager hizo una mueca de “por fin ha terminado todo” y los gritos y saltos de la coreana fueron la atracción principal durante varios segundos. Yoori cerró los ojos lentamente y exhaló un suspiro, relajada. En cierto modo ya no estaba tensa, ni nerviosa. Todo había acabado. Ya no había preocupaciones. Un “¡Shh!” brusco hizo callar a todos los presentes, acompañado de los gestos bruscos de un líder que se aseguró en hacerse notar. Entonces volvió a sentarse, como si no hubiese pasado nada, y pudo verse que Youngjae no había acabado de hablar — …Lo… Lo siento.
No hizo falta decir nada más. Youngjae aguantó la mirada varios segundos en la mueca de incredulidad de la coreana y pasó a mirar a Yoori. Se encogió de hombros y suspiró, sonriendo. Realmente no hacía falta decir nada más. Las risas exageradas de Yongguk y un aplauso que salió de la nada devolvieron el alboroto a la sala.
— ¡Entonces realmente ha terminado todo!
— Parece que sí — Daehyun sonrió, mirando de reojo a Youngjae.
— ¡Pe… Pero…! — Eunhee no podía creérselo. A Yoori le daba un poquito de pena. Sólo un poquito — ¡¿Por qué…?!
Viendo que nadie prestaba atención a sus quejas, la chica dirigió una mirada de intenso odio a Yoori entre un mar de lágrimas, la señaló bruscamente y salió de la sala. Todos se acercaron a felicitar a la chica, a la que cada uno dio un fuerte abrazo.
— Sabía que serías tú — canturreó Himchan, sonriente — Tenías que ser tú.
— Cállate.
—¿Por qué no me has dado aún las gracias? A fin de cuentas fui yo el que hizo el empate — Yongguk se cruzó de brazos simulando un falso enfado.
— ¿Por qué debería dártelas? Sólo has causado que tenga que soportarte durante más tiempo.
Todos explotaron en carcajadas. Al poco rato, los miembros se dispersaron por la sala atendiendo a diferentes quehaceres, empezaba realmente el trabajo duro, la grabación. Las cosas empezaban a filtrarse seriamente y pronto todo sería incontrolable. Youngjae se sentó al lado de Yongguk y se mantuvo en silencio.
— Sabías que lo haría, ¿verdad? — dijo por fin, sin mirar a su líder.
— Esa chica es la persona más tozuda que conozco. Claro que lo sabía. Incluso si no ganaba, estaba claro que intentaría obligarte a hacer lo correcto — Yongguk rió.
— Ya veo.
Youngjae suspiró.
— ¿Qué te impulsó a ir a buscarla, Yongguk? Es sólo… una chica más — desvió la mirada cuando sintió la risa silenciosa de su líder.
— Buena pregunta — se limitó a responder, escueto — Pero sentía que debía ir.
— Oh… — Youngjae rió. Era la primera vez que reía en mucho tiempo, o quizá la primera vez que podía reír tranquilo en mucho tiempo; se acabó el estrés, la tensión — Habla con ella.
— ¿De que?
— Eso es cosa tuya.
Yongguk miró a su compañero, agachó la cabeza en medio de una sonrisa de resignación y negó lentamente, levantándose de un salto de la silla. Aún con la broma, empezó a buscar con la mirada a Yoori, pero no la encontró por ningún lado. “Creo que se la han llevado a ver su camerino”, le dijo un ayudante. “Soy idiota”, pensó, cuando se decidió a ir a buscarla.
El ruido y la multitud se quedaron atrás. Yongguk no estaba muy seguro de qué estaba haciendo pero sentía que ya no había marcha atrás. Por alguna razón… estaba nervioso. Las palabras de Youngjae resonaban en su mente: “¿Qué te impulsó a ir a buscarla, Yongguk?” La luz de uno de los camerinos impactaba levemente en el pasillo, por lo que supuso que ahí sería el lugar en el que estaba Yoori. “Estoy loco.” Sin darse cuenta había detenido sus pasos, pero después de sonreír, suspirar, y convencerse a sí mismo de que aquella era la decisión correcta, reanudó su andar hacia la fuente de luz, que le daría la vuelta a todo tal y como Yongguk lo había vivido hasta el momento.
No escuchaba voces. Por un momento pensó que tal vez se había quedado dormida, por lo que se aproximó a la puerta en silencio. Sentía un cosquilleo casi infantil en su interior, como un niño que juega al escondite. Un nerviosismo adolescente realmente patético. Era un sentimiento ambiguo, igual de frustrante que de agradable, pero la balanza se inclinó hacia lo negativo cuando Yongguk asomó uno de sus ojos por la rendija de la puerta.
La respiración se le cortó durante varios segundos. Una fuerte presión en su garganta le impedía tragar saliva con facilidad. Sintió como su flagrante emoción se derrumbaba lenta y dolorosamente, y lo peor era que ni siquiera era capaz de entender la raíz de tal malestar.
Podía entrever la figura de Yoori, ligeramente sentada sobre uno de los muebles de la habitación. Pero otra figura cubría parte de su cuerpo. Cada una de sus curvas estaba siendo inspeccionada minuciosamente por una mano que se deslizaba furtiva y caprichosa, sin dejarse un solo centímetro de piel por acariciar. Yongguk podía sentir los sonidos húmedos que dejaban escapar sus labios en contacto con los de aquel hombre en un cálido y jugoso beso que se le caló hasta las entrañas. Yoori murmuraba en silencio, con el ceño fruncido y las mejillas bruscamente encendidas. Los suaves murmullos que se escapaban de entre sus labios entre beso y lametón crispaban los nervios del líder. La veía tan… dulce. Y atractiva. Y… en manos de otro. Pero sin duda, lo que más le molestaba… era que aquel chico fuese uno de los miembros de su grupo.
— N-No, espera, espera… — la voz de Yoori despertó sus sentidos. Soltó una de las manos del mueble en el que se sujetaba y la puso sobre el pecho del chico, intentando alejarlo de sus labios — Espera, Jongup… E-Esto no…
Jongup negó con suavidad, puso una de sus manos sobre la mejilla de Yoori y aumentó la intensidad de aquel beso, fundiendo ambas lenguas en una única danza sensual.
¿Qué era aquello que carcomía el pecho de Yongguk? ¿Eran… celos?



Nota de la autora: Antes de nada, quiero agradecer a todos los que siguen la historia, ¡muchas gracias! De nada sirve compartir una historia si nadie la lee... (?) Sólo quiero aclarar que me estoy esforzando en mantener el ritmo del fic pero las clases me quitan mucho tiempo, por eso... ¡lamento la espera! ;-; A partir de ahora intentaré hacer los capítulos más cortitos para que no se hagan tan pesados y se lean más rápido, y así también podéis leer más a menudo, supongo... Y nada más. Vuelvo a dar las gracias a todos los que leen y aprovecho para decir que me encantan los comentarios en cada episodio, así sé qué le parece a la gente lo que hago... (?) Kissus! <33

8 comentarios:

  1. OH MI DIOS! Nooo~~ Para mí JongUp esta de parte de la otra ¬¬ No sé, no me fio de él u.u Che, yo pensaba que a Daehyun le gustaba Yoori ._.U Pero bueno, parace que me equivoque asdnaujsaidb El líder tan lindo >U<

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. *(Morí)*
    A mí me da que Eunhee también ha chantajeado a Daehyun u.u
    Y Joungup, no se...

    Realmente me encanta el fic, siempre consigue sorprenderme (y mira que no soy tan fácil).
    Estaré esperando por el próximo cap.

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  4. el fic esta genial *-* lo mejor sería que los capítulos salieran mas seguidos :c porque cuando me puse a leer ahora estaba un poco perdida porque no me acordaba que pasaba... bueno eso :3 amo este fic -w- <3

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  5. omfgggg yo pensé que a daehyun le gustaba Yoori .________________. a la mierdaXDDDDDDDDDD daflkdgñ{sd aw, el fic está genial *-*

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  6. Jongup pero si jongup bota para que ella no se que de no lo entiendo deberia besarse con Zelo jum! y Daehyun que pasa con el le gusta Yoori no le gusta....Me encanta por favor sigue escribiendo eres genial me encantas tu forma de expresarte es genial me tienes enganchada <333 PD: quiero un beso con Zelo aunque solo sea uno :'((

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  7. Acabo de leerme todos los caps de tu fic del tirón , me he quedado enganchadisima desde el primer momento y cada vez que iba leyendo aun mas y mas.
    OGH , me muero , enserio me encanta ha habido de cada momentazo y situación, que madremia , ya quisiera yo estar en su lugar ;u;.

    Todo tan intrigante y misterioso , como un puzzle , las cosas iban encajando a medida que avanzaba la historia , poco a poco he ido haciendo mis propias suposiciones y también intentando averiguar que es lo que se le pasaba a cada miembro por la cabeza y que piensan sobre Yoori , jum.

    Eunhee a resultado ser la típica marrana que se esconde tras una mascara dulce , pero que es la peor vivora que te puedas echar a la cara. Y yo que tenía esperanzas de que existian las fans normales y en condiciones , has echado a bajo mis ilusiones (???) xDDDD.

    Los niños son amor enserio , todos me encantan , la personalidad que les has "dado" , como los has echo, es tan fácil imaginarlos así ;_; <3.
    Aunque hay cosas de tu fic que me veía venir y me las esperaba , otras no , y me han dejado totalmente descolocada , enserio me han sorprendido totalmente , me has dejado flipando colorines (???) LOL.

    Es que me ha encantado totalmente , hay muchas intrigas todo es mas complicado de lo que en realidad parece , joder <3.
    Hay muchas cosas que me rondan por la cabeza , una de ellas , ya se han librado de Eunhee pero ya se sabe que mala hierba nunca muere , así que no creo que sea tan fácil que se libren de ella. Me apuesto lo que quieras a que todavía se guarda algo bajo la manga E_E.
    Que sería lo que le diría a Youngjae para que este le hiciera caso y tuviera que obedecerla por narices , eso me intriga mucho la verdad.
    También el porque de que Zelo se vaya del grupo , porque como dice Yoori se nota que le duele decir eso , ya que disfruta lo que hace , así que no le encuentro sentido almenos de momento.
    Lo que mas me ha dejado impactada de momento es el final de este capitulo , enserio , pensaba que era Daehyun el que estaría con Yoori en el camerino , porque me da la impresión de que a él le gusta o almenos eso me parece. Pero cuando he leído que era Jongup me has dejado totalmente descolocada , no me lo esperaba para nada.
    Y sinceramente tampoco se me hace nada , como decirlo , creíble , es demasiado sospechoso que Jongup que es uno de los que menos se ha "relacionado" con ella , que menos contacto a tenido con Yoori , este ahora ahí besándola. Esto me huele a chamusquina(???). Pero por quién mas lo siento es por el líder , el que iba todo alegre y feliz , que se nota que la chica le gusta *cejas*.

    No puedo mas que sospechar y al mismo tiempo , me surge la duda de si Youngjae le ha dicho a Yongguk que fuera a verla a su camerino porque sabía lo que pasaba , o sea , que lo haya hecho expresamente. Pero no quiero sospechar de Youngjae , jope que bastante ha tenido que pasar ya , de momento hasta que no sepa mas apelare a su inocencia :'D.

    Necesito mas pistas para poder barajar hipótesis (????)y saber así que es lo que esta pasando en general. ARGH , que mal vicio he pillado con tu fic , lol. Espero que lo continúes pronto , estaré esperando por otro capitulo con muchas ganas.

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  8. JongUp Oppa que haces??? porque eres cruel??? porque la besas??? porque estas de lado de esa desarmada, zorra, mendiga, maldita, hija de su rech**** ma***, fea, cruel, mala persona??? porque le haces eso a nuestro bello lider??? porque no te das cuenta de tus actos erroneos??? porque estas haciendo que te odie??? porque??? que no te importa tu amistad con mi hermoso robotito, sexy y tierno a la vez??? porque eres tan ciego??? porque ¡-¡???

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