CON A DE ANGEL

- Autora: Judit

- Twitter: @UmiAscoeur

- Tipo: Leeteuk x fan, Super Junior, hetero, serial, menores 18

CAPÍTULO 1

En el internado Cantabile yo pasaba todo el año, vacaciones incluidas ya que mis padres viajaban de un lado a otro cada mes  y no se podían ocupar de mi. Entré ahí con 10 años, me pareció un acto muy cruel por su parte, pero la verdad es que ahora ya me da igual. Al cumplir los 16 años me dieron la opción de trasladarme en el pasillo de habitaciones individuales y puesto que me gustaba la tranquilidad acepté, aunque fuera una zona que estuviera muy vigilada por los profesores ya que las chicas que disponían de habitación individual aprovechaban para traerse a sus novios ahí- por si aún no ha quedado claro, este internado es exclusivo para chicas, no se permiten chicos.- La verdad es que nunca conseguí hacer muchas amigas ahí, ya que las pocas con las que congeniaba solo se quedaban unos meses o como mucho un par de años y luego volvían a sus casas así que no fue muy difícil tomar la decisión de alojarme en una habitación yo sola a partir de los 16. Ya llevo un año en esta habitación, la verdad es que no se está tan mal pero a veces una se siente sola aunque en estos casos lo mejor que se puede hacer es tumbarse en la cama con la música puesta y dormirse tranquilamente. Ahora estaréis pensando: “Madre mía, vivir en un internado, qué vida más aburrida.”. Pues no os penséis, tampoco está tan mal. Además, al ser un internado viejo y grande tiene sus leyendas y mitos. Aunque claro, puedes creértelos o no.

Justo había salido de la última clase, así que me apeteció ir a dar una pequeña vuelta por los jardines antes de ir a cenar. Se estaba muy tranquilo, solo se oían el ruido de las hojas de los árboles que rozaban con el viento y el agua de la fuente salpicando sobre si misma. Estaba completamente en paz, sola, o eso pensaba yo hasta que vi a una chica sentada al borde del otro lado de la fuente llorando y gimiendo. Mi primera reacción fue esconderme y quedarme observando a ver si veía lo que ocurría, tampoco tenía nada mejor que hacer. Nunca había visto a esta chica, parecía uno o dos años mayor que yo y llevaba una tarjeta en la mano la cuál no dejaba de mirar y que estaba empapada de lágrimas. Algo le debía haber pasado…la cuestión era: ¿qué? La curiosidad podía conmigo pero yo no conocía a esta chica, por lo que no podía acercarme ahí y preguntarle qué le pasaba con toda la alegría del mundo. Al cabo de unos minutos sonó la alarma, ya era hora de cenar. Se secó la cara con las mangas de la chaqueta y fue corriendo hacia la puerta principal dejando caer la misteriosa tarjeta en la fuente. Yo también debía ir a cenar así que tomé el mismo camino que ella pasando por delante de la fuente pero me quedé ahí parada, mirando lo que tenía que ser la tarjeta de antes sumergida en la fuente. La curiosidad pudo conmigo otra vez así que me quité la chaqueta y, hundiendo el brazo en el agua, cogí la tarjeta. Acto seguido me la guardé en el bolsillo y fui rápidamente al comedor. Tomé la cena con calma y luego me fui directa a mi habitación. Quité la tarjeta del bolsillo y la puse encima de la mesilla de noche, parecía que ya se había secado un poco. Al fijarme mejor pude ver que era una tarjeta animada (cosa que hacía que me extrañase porqué no se había estropeado al caer en la fuente) que iba cambiando su imagen a medida que transcurrían los segundos y con letras elegantes estaba escrito: “Elements Game”. Entre las imágenes pude distinguir una pluma blanca, un pétalo de rosa, una gota de agua y poca cosa más. No entendía nada. ¿Qué tenía de especial esta tarjeta que fue abandonada de esta manera? Y en el caso de que fuera el motivo del llanto de la chica, ¿a qué se debía? No me di cuenta del tiempo que había pasado que ya llegó la hora de apagar las luces e ir a dormir. Me tumbé en la cama y cerré los ojos. De golpe una luz me despertó, miré el reloj, era medianoche. Me levanté y vi que era la tarjeta. No dejaba de brillar y cambiar las imágenes a un ritmo muy rápido. Esta vez se podían distinguir mejor pero la luz que emitía la tarjeta era tan fuerte que se podía ver desde fuera así que, para que no viniese la vigilante de noche, me puse a darle pequeños golpes a la tarjeta, como si fuera un móvil táctil, para que se apagase la luz. En uno de los golpes que di la imagen se paró en la pluma blanca y al cabo de un momento dejó de brillar. Me quedé impresionada por lo que acababa de pasar, suspiré y respiré hondo. Me dirigía otra vez hacia mi cama cuando una voz dulce dijo serenamente detrás de mi: “Buenas noches.” En este momento me escandalicé y fui corriendo a abrir la luz.

Pero…¡¿de dónde había salido este tío?! Al ver mi cara de desconcertación el chico volvió a hablar.

• Buenas noches, Julia. – Dijo sonriendo
• ¿Quién eres? ¿Y por qué sabes mi nombre?
• Me temo que me has llamado, soy Lee Teuk. – Su sonrisa seguía ahí, deslumbrante.
• ¿Lee Teuk? Ahora sí que no entiendo nada.
• Es muy sencillo, has entrado en el Elements Game y me has llamado.
• Ajá…muy bonito. Bueno, ya te puedes ir.
• Yo creo que no, estaré un tiempo contigo.
• ¿Pero qué broma es esta? ¿Cómo que estarás un tiempo conmigo? ¿Cuánto tiempo? – Cada vez estaba más nerviosa. Además de tener a un chico extraño en mi habitación me preocupaba que la vigilante viniese a ver qué pasaba.
• Vamos a ver…

Se empezó a desabrochar la camisa, y dejando todo su pecho al descubierto se miró la espalda en el espejo y empezó a contar lo que parecían varias líneas que tenía tatuadas. Hay que reconocer que era bastante guapo pero este chico cada vez parecía más raro.

• Veinte. – dijo con toda la serenidad
• ¿Veinte? ¿Veinte qué? – dije yo impaciente
• Veinte días me voy a quedar.
• ¿Cómo que te vas a quedar veinte días? ¿Tú sabes la que me puede caer si alguien se entera de que estás aquí?

Un ruido interrumpió lo que quería decir y se abrieron las luces de afuera. Efectivamente, alguien se había dado cuenta de que estaba despierta y, además, que no estaba sola. Metí a la fuerza Lee Teuk en el armario y de golpe mi puerta se abrió y entró la vigilante con mal humor.

• ¿Con quien hablabas, Julia?
• Um…con nadie, tenía una pesadilla y he abierto la luz, eso es todo.
• ¿Seguro que no había nadie por aquí? Te he oído hablar muy alto.
• Esque soy un poco sonámbula. – dije nerviosa
• Ve a dormir ya. Ya sabes que si montas un escándalo no podrás tener una habitación individual.
• Lo sé, señora. Buenas noches.
• Buenas noches.- dijo cerrando la puerta

Cuando abrí el armario no había nadie. Me empecé a plantear si de verdad estaba soñando o no. Fuera como fuera apagué las luces y volví a dormirme.

La mañana siguiente la alarma me despertó, como siempre. Dentro de media hora empezaba las clases. Empecé a abrir poco a poco los ojos pero los tuve abiertos de golpe cuando vi al chico de noche anterior durmiendo a mi lado. Poco a poco él abrió los ojos.

• Buenos días Julia. – Dijo Lee Teuk con una sonrisa