domingo, 22 de septiembre de 2013

LEGEND OF 2PM

- Autora: Alba

- Twitter: @NKHrapBLAQ


- Tipo: 2PM, idol x fan, +18, hetero, serial




CAPÍTULO 4

Bip bip, bip bip, bip bip

- Mmmm... - Sunhee paró el despertador.

Al levantarse se dio cuenta de que se había quedado dormida con el uniforme, no tenía limpio el de repuesto. Genial.

- ¡Junjae! ¡Hoy no iré a clase! - no obtuvo respuesta - Junjae, ¿estás?

Se dirigió al salón, pero nada, no había nadie. Repasó la casa de arriba a abajo y tampoco, salvo por una nota de su hermano que encontró encima de un cojín:

"Sunhee, soy Junjae. He vuelto pronto de trabajar y he llamado a Yubin para ir a tomar algo. Así que no vuelvo a casa a dormir porque mañana tengo el día libre. Supongo que leerás esto por la mañana dado que ahora mismo estás durmiendo como una marmota, así que sé buena (ʃƪ ˘ ³˘) ~♥"

Sunhee rió y recordó a Yubin, llevaba unos dos años siendo "amiga" de su hermano, aún no entendía por qué no aceptaban esa relación más que evidente, pero bueno, eran sus vidas. Se fue a duchar y después de desayunar se quedó estudiando hasta la hora de comer, en la que se hizo ramen, de nuevo, llevaba semanas siguiendo una dieta constituida básicamente por ramen para tener tiempo de estudiar, y lo que le quedaba... En cuanto acabaran los exámenes empezaría a seguir una dieta más saludable. Al acabar de comer se dio cuenta de que se habían terminado varias cosas, bueno, más concretamente se las había acabado su hermano, así que decidió salir a hacer la compra para airearse un rato, tanto estudiar la agotaba física y psicológicamente. El día era caluroso, por lo que se entretuvo un poco más en el supermercado, tenían el aire acondicionado puesto y no se podía estar mejor allí, de hecho estuvo dando vueltas hasta que decidió ir a pagar porque estaba empezando a parecer una ladrona.

- Vuelva pronto - le dijo la cajera después de pagar.

Al salir del supermercado vio que al otro lado de la calle, en una esquina, había una parada con todo tipo de hierbas, piedras y objetos varios bohemios y hechos a mano, le llamó la atención y se acercó. Una anciana con ropa de llamativos colores le dio la bienvenida y la invitó a mirar sus productos muy amablemente, hasta que sin querer sus manos se rozaron, ahí cambió todo.

- Niña... - dijo mientras la miraba asustada, Sunhee no entendía esa repentina reacción.

- ¿Y-yo? - la anciana le cogió la mano mientras cerraba los ojos, podía ver a través de los párpados cómo se movían estrepitosamente a la vez que la mujer fruncía el ceño. Abrió los ojos de golpe para mirarla fijamente.

- Toma esto - aquella mujer le dio un colgante hecho de cuerda y con una pequeña esfera colgando, la cual contenía un líquido untuoso y transparente con ciertos matices azules.

- Pero yo no tengo para pagarlo...

- ¡No importa, corre, vete! - Sunhee se fue a toda prisa de allí mientras la anciana colocaba sus manos como si rezara y entonaba unos cánticos inteligibles, esa mujer había conseguido asustarla.

Cuando llegó a casa su hermano ya se encontraba allí, fregando los platos. Sunhee colocó las cosas en la nevera y fue a su habitación, donde se quedó observando aquel colgante durante varios minutos sin perderse ni un detalle. No entendía nada, lo guardó en el joyero.

- Sunhee, ¿tienes algo que hacer el viernes? - le preguntó Junjae asomando la nariz.

- No después de clase. ¿Por qué?

- Perfecto entonces - cerró la puerta de nuevo.

- Espera, ¿por qué? - pero su hermano no la oyó.

Los días pasaron con una absoluta y aburrida normalidad, llegó el viernes y al volver de la escuela su hermano le dijo que se arreglara, porque esa noche irían fuera a cenar.

- Hola, eh.

- Calla y ve a prepararte.

- Faltan horas para que cenemos, ¿por qué tantas prisas? ¿A qué restaurante vamos a ir para que tenga que empezar a arreglarme ya?

- A uno normal.

- No quieres cocinar, vago. Luego me preparo.

Sunhee se quedó estudiando unas horas y empezó a prepararse una hora y media antes de marcharse, lo justo para darse una ducha, peinarse y ponerse una ropa de lo más normal y corriente: camisa, pantalones tejanos y zapatos sin tacón, odiaba los tacones. Al buscar su cartera pensó de nuevo en el colgante que le regaló aquella mujer, era bonito, ¿pero debía ponérselo? La verdad es que la situación en la que se lo regaló fue algo incómoda, así que decidió que no, además, tenía miedo de perderlo y de que aquella mujer le echara un mal de ojo o algo...

- ¡Sunhee! ¡Es hora de irse! - estaba tan absorta en sus pensamientos que su hermano la asustó al llamarla.

El restaurante era algo elegante, se sintió estafada por Junjae, no es que desentonara con esa ropa pero ir un poco más arreglada hubiera sido lo apropiado. Su hermano lo notó, rió por la situación, ella le dio con el codo en las costillas.

- Bruta... - dijo con cara de dolor.

- Y más que te mereces, mentiroso.

- Oh mira, ahí está Wooyoung - dijo él señalando hacia una de las mesas.

- ¿Wooyoung? ¿Quién es Wooyoung? - creía que iban a estar solos.

- Claro, es verdad, no los conociste a todos.

- ¿Todos?

- Sí, cuando fuimos a ayudar con los muebles el domingo pasado.

A Sunhee ya no le dio tiempo a preguntar nada más, en cuestión de segundos ya estaban sentados con ese chico, al que ella saludó cordialmente después de que su hermano los presentara. Ella empezó a mirar las sillas vacías de esa mesa, sobraban cinco asientos, ya se estaba imaginando lo que iba a pasar y no iba desencaminada, porque cuatro más llegaron, entre ellos el que menos ganas tenía de ver por lo ocurrido, Minjun. Junto a él iban tres chicos, uno no excesivamente alto, con los rasgos algo redondeados y unos ojos que daban la sensación de que estuviera sonriendo todo el tiempo, le seguía otro, algo más alto pero no mucho, tenía rasgos angelicales, tiernos, con una cara agradable que le era familiar, recordó que era el chico que vieron al despedirse. Por último estaba otro chico, alto, a Sunhee le pareció que rondaba el metro ochenta, un poco más, tenía unas facciones marcadas, al igual que sus músculos, la primera impresión le provocó algo de miedo, estaba muy serio ese chico.

- Sunhee, ellos también viven allí, aparte de Minjun que ya lo conoces -tragó saliva, demasiado bien lo conocía en tan poco tiempo- y Wooyoung que te lo acabo de presentar, los otros tres son Junho, Nichkhun y Taecyeon.

- Chansung aún no ha llegado, no tardará - dijo Khun.

- Siempre igual... - mientras su hermano se quejaba ella iba saludando a todos, incluso a Minjun que, oportunamente, se sentó frente a ella. Genial, se pasaría toda la cena mirando al plato, a su izquierda estaba sentado Junjae y a su derecha quedaba el asiento libre que ocuparía ese tal Chansung.

No hubo lugar para silencios incómodos, aunque realmente los únicos que hablaban eran Junjae, Nichkhun y Junho, este último no paraba de hacer bromas dirigidas a Wooyoung, que no aportaba mucho a la conversación, sin ser para nada desagradable era algo reservado. Las miradas de Minjun y Sunhee de vez en cuando se cruzaban, pero enseguida se desviaban nerviosas, evitaban el contacto visual. Por fin llegó el último de los chicos, fue una ayuda para aliviar tensiones, o eso parecía en un primer momento.

- Oh Sunhee, éste es Chansung, Chansung, ella es mi hermana – presentó su hermano, ella fue a darle la mano, pero pronto la retiró.

- ¡Tú! - exclamaron ambos a la vez.

No podía creer lo que veían sus ojos ni lo que estaba pasando, Chansung... Chansung era el sinvergüenza que días atrás casi le roba un beso porque se creía con derecho a reclamar por haberle comprado aquello. El resto se quedaron algo desconcertados, no sabían qué pasaba.

- ¿Ya os conocéis? - preguntó Junjae.

- S...

- Sí, pero no mucho - la interrumpió - es una larga historia sin importancia.

Chansung se sentó nervioso por si ella decidía explicarlo, pero prefirió callar porque no le apetecía contar por qué, o más bien, por quién había salido a toda prisa de casa aquella mañana. Nadie hizo ningún inciso sobre eso y llegó una camarera para tomar nota que miró recelosa a Sunhee por estar rodeada de tantos hombres guapos, aunque precisamente ella no se sentía muy afortunada en aquel momento.

- Y dime Junjae - Nichkhun salvó la situación después de pedir – cómo te va... ¿cómo os va todo?

- Oh bien, yo trabajo donde siempre y ella está estudiando para los exámenes de acceso a la Universidad. No es que sea una estudiante ejemplar, pero a algo llega - rió pero ella le puso morros, despertando simpatía en Khun.

- ¿De verdad? ¿A qué Universidad quieres ir? - era imposible no alegrarse con la sonrisa y amabilidad permanente en ese hombre.

- Pues... no lo sé, tengo que acabar de mirarlo, además, mis aptitudes no destacan y creo que sería mejor no hacerme ilusiones y buscarme una universidad después de saber los resultados en vez de fijarme una meta... - su hermano suspiró.

- Te veo muy pesimista mujer, tienes que tener una mejor actitud para llegar más lejos - Sunhee se encogió de hombros, no volvieron a sacar ese tema.

Mientras esperaban que llegara la cena fueron explicando hazañas, Sunhee no entendía muy bien qué estaba haciendo allí, además, cada vez que Minjun hablaba o, cada vez que simplemente lo miraba de reojo, que era la mayor parte del tiempo, se ruborizaba por lo ocurrido y se sentía abochornada. Además, lo conoció un domingo y al día siguiente... ella no era así, no entendía qué le estaba pasando. La cena llegó y la comieron, sin embargo Sunhee no tenía mucha hambre y empezaba a encontrarse algo mal, seguramente por los nervios, así que no tardó mucho en sentirse llena, después les pidió disculpas porque se levantó para salir un rato y tomar un poco el aire fresco. Ya afuera se apoyó en la pared, cada vez estaba un poco más mareada, aunque al cabo de unos minutos consiguió estabilizarse.

- Oye guapa, ¿qué haces aquí fuera sola? - era un grupo de chicos que se habían parado a hablar con ella.

- Largaos - sabía que eso le iba a pasar factura, pero no estaba para tonterías.

- Uy... La gatita araña... ¿Te ha dejado plantada tu novio y por eso estás de tan mal humor?

- No - alguien apareció de repente, era Chansung, cogió firme su mano - Dejadla en paz.

- Vamos guapa, pasa de este imbécil y vente con nosotros.

En apenas unos segundos Chansung ya estaba frente aquel bocazas y apretaba la mano contra su cuello, cada vez más fuerte, elevándolo varios centímetros del suelo, "Que te largues" le dijo mientras lo levantaba sin apenas esfuerzo, era como si tuviera el peso de una pluma. Sunhee fue corriendo hacia ellos antes de que lo matara, sus amigos se fueron en cuanto Chan atrapó al chico, pero lo soltó en cuanto ella puso las manos sobre su brazo para que lo soltara, huyó, Chansung exhalaba. No les dio tiempo a intercambiar ni una sola palabra porque el resto salieron del restaurante.

- ¿Ya te encuentras mejor? - le preguntó Nichkhun con dulzura, ella asintió tímidamente con la cabeza.

- Genial entonces, si queréis podemos ir a tomar algo - propuso Junho, a Junjae parecía gustarle la idea.

- Yo... Junjae... no tengo muchas ganas... Lo siento... - dijo Sunhee.

- Oh, no pasa nada entonces, otra vez será, te llevo a casa, vamos.

- No, no, Junjae, no te preocupes, yo tampoco tengo muchas ganas de salir esta noche, ya puedo acompañarla yo a casa - le interrumpió Minjun.

- No, hombre, me sentiría fatal, ya lo hiciste el otro día, además si cogemos los choches no tendréis con qué ir.

- Pero no te preocupes, llamo a un taxi.

- ¿De verdad?

- Corre ve, cuidaré de ella.

- Gracias tío, te debo otra.
Los chicos se marcharon y se quedaron Minjun y Sunhee allí despidiéndose de ellos.
- Sunhee, ¿tienes la cartera? - preguntó Jun. K mientras se palpaba los bolsillos.

- No... La dejé en casa porque mi hermano pagaba mi cena...

- Mmmmm... Mierda, Nichkhun me invitaba hoy y la he dejado en el coche que se han llevado.

- Pues toca andar - rió.

- ¿Seguro? ¿Quieres que los llame? - ella negó con la cabeza.

Se pusieron rumbo a casa de Sunhee, pero en absoluto silencio, ella, que quería evitar a Minjun a toda costa por vergüenza, estaba volviendo con él ahora. Definitivamente el universo había conspirado para que lo pasara mal. Sunhee tenía miedo de que Minjun le preguntara por lo ocurrido, que buscara un por qué, pero tarde o temprano lo iba a hacer así que decidió adelantarse.

- Minjun... Siento lo del otro día - Respiró hondo al ver que no contestaba - No sé qué me pasó, siento haberte puesto en un compromiso.

- Sunhee... Yo también lo siento, no debí haber seguido. Pero por favor, no confundas mis sentimientos. Lo siento - eso se le clavó como una puñalada en el corazón.

- N-no... Yo tampoco... Creo que entendiste mal lo que siento... Yo tampoco... Sólo que...

- Entonces está todo bien - la interrumpió para que dejara de pasarlo mal. Sonrió y ella asintió tímidamente.
Siguieron paseando en silencio y se empezó a levantar aire, hacía algo de frío así que Minjun se quitó amablemente la chaqueta para colocarla por encima de los hombros de ella. "Huele a él" pensó, después se lo agradeció. Al cabo de un rato ya empezó a cansarse, los zapatos eran nuevos y le molestaban, para colmo, Minjun empezó a acelerar algo el ritmo.

- Sunhee, ¿recuerdas que te he dicho que no malinterpretaras mis sentimientos? - asintió - Bien, creo que esta es una de esas ocasiones
en las que es importante tener en cuenta mis palabras.

1 comentario:

  1. Continua!! Por favor!! Esta genial! (Y)... Continua!! :3 <3

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