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CAPÍTULO 18
Ya pasaron las dos semanas, Leah no había visto a
ningún miembro de 2PM durante ese tiempo porque habían estado de evento en
evento y de concierto en concierto por Japón, llegaban justo el día antes de
irse de acampada, es decir, el jueves por la mañana. Todos tenían ganas, el
clima era bueno para irse de excursión y la verdad es que todos lo merecían,
dado que Leah se había estado esforzando mucho aunque decidieron atrasar unos
meses más su debut para que estuviera lista del todo.
- Noona, ¿a qué hora hemos quedado mañana? – estaban
los tres descansando en la sala de ensayo.
- Aish, este niño… No tienes remedio… A las 8 en el
parking que hay detrás, debemos ser algo discretos – respondió ella mientras se
secaba el sudor con la toalla.
- ¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeee? ¿A las 8? Pero… es muy
pronto… Yo me dormiré a esas horas… - mientras lo decía, DoHyeong se tumbó en
el regazo de Leah.
- Bueno, duerme en el autobús – respondió mientras
peinaba sus mechones alborotados.
- ¿En las piernas de noona como ahora? – ella fue a
responderle para decirle al enano que no se pasara de la raya pero JongJin se
le adelantó.
- No, que es de Wooyoung… o de Taecyeon… - ese último
nombre se le clavó como un puñal en el pecho.
- Lo que tú digas – aparentó que sus palabras no le
afectaban.
- Noona, tengo hambre, voy a comer algo, vuelvo en un
rato para seguir ensayando – Leah le dio permiso con una sonrisa, la cual se le
quitó al mantener un cruce de miradas con el otro bailarín.
- O acaso me equivoco… - dijo agachándose y poniendo
su cara a la altura de ella casi pegada.
- Yo no soy de nadie.
- Ya, por eso saliste corriendo detrás de tu orejotas
el otro día.
- ¿Acaso no te gustó? – JongJin la cogió por la
barbilla y empezó a acercar sus labios a los de ella, pero Leah reaccionó
rápidamente y se puso de pie huyendo de su rostro, sin amargo, el movimiento
fue tan brusco que torció un poco el tobillo, apoyándose, por desgracia, en su
único sustento para no pegarse una leche, el cual era JongJin - ¿¡Estás bien!?
- Ah… sí, sólo ha sido una torcedura de nada, de
verdad, puedo camin… AHH… - a la que puso el pie en el suelo una punzada le
recorrió el tobillo.
- No sé cómo pretendes debutar con lo torpe que eres.
Ven, vamos a buscar huelo para que no se inflame – JongJin sin pensárselo dos
veces la subió a caballo a su espalda – Vaya, pensaba que serías tan ligera
como una Girls’ Generation, pero veo que eres más bien como todas ellas juntas.
- Y tú qué sabes lo que pesan ellas, capullo – sabía
que lo decía para relajar el ambiente, pero seguía estando incómoda.
- Es broma mujer – JongJin rió, pero justo en ese
momento se le cortó la risa en cuanto vio aparecer a Taecyeon al otro lado del
pasillo, que se quedó mirando la escena con disimulo y aunque Leeah no se dio
cuenta, el bailarín sí, mirando desafiante a Taec siguió hablando – Tú eres más
bonita que cualquier otra.
- Claro que sí hombre – suspiró, quiso bajarse pero
JongJin no le dejó hasta que no encontró hielo para bajar la hinchazón.
- Ahora túmbate aquí y mantén el hielo encima del
tobillo, mañana tienes que estar operativa para la excursión.
Así lo hizo, en realidad tenía ganas de ir de acampada
y en ese sofá se estaba muy bien, llevaba mucho tiempo trabajando sin parar y
el suelo de la sala de prácticas no es que fuera el sitio más confortable del
mundo, en cambio ese sofá era mullidito, cómodo, tan cómodo que se acabó
quedando allí dormida y cuando despertó ya había oscurecido, menos mal que
estaba abierto hasta tarde ya que, en realidad, muchos días todos los de la
compañía se estaban hasta la madrugada practicando… era agotador pero no
quedaba otra. Cuando se levantó y puso el pie malo en el suelo, siguió notando
un leve pinchazo, no tan fuerte como al principio, pero le molestaba bastante,
sin embargo, era hora de volver y de acabar de preparar las cosas para el
viaje, el cual intuía que iba a ser movidito por lo que quería estar descansada
y preparada para lo que fuera a ocurrir.
Lo primero que hizo fue recoger sus cosas del
vestuario y de la sala de ensayos, donde se encontró una nota de DoHyeong que
decía:
“Noona, hyung me
ha dicho que te habías hecho daño en el pie, te hemos dejado descansando para
que estés en forma mañana. Tenemos que hacer una carrera en el lago para ver
quién nada más deprisa, si gano yo tendrás que dejarme dormir en tus piernas,
noona. ¡No dejaré que me ganes!
DoHyeong,
quien está entrenando para dormir en las piernas de noona”
Ese crío… iba a acabar con su cordura, pero tenía
razón, si no descansaba mañana sería algo horrible ir hasta allí, así que acabó
de recoder los CD y fue directa hacia la entrada. Sin embargo, unos gritos le
llamaron la atención, unos gritos
provocados por unas voces tremendamente familiares…
- ¿Quién te crees que eres? – dijo JongJin, estaba
casi segura de que era él.
- ¿Y tú? ¡Pedazo de gilipollas! – le pareció que era
Taecyeon, no podía ser posible…
- ¿Gilipollas? A Leah no se lo parezco tanto, a lo
mejor ese gilipollas va a partirte la cara – oh dios… se iban a matar.
- Me parece a mí que puede que sí que se lo parezcas –
dijo Taecyeon apretando los puños. Leah tenía que parar eso enseguida, por lo
que fue deprisa hacia ellos, aunque la cojera le impedía correr.
- ¿Y quiénes sois vosotros para hablar por mí? – dijo
mientras arrojaba una bamba que tenía en la bolsa de deporte a cada uno para
hacer que pararan, dado que ya se habían enganchado por el cuello de la
camiseta.
- Leah… yo… - JongJin intentó explicarse.
Leah salió a zancadas de allí, el enfado que llevaba
encima hizo que se olvidara del dolor, y al paso que iba llegaría pronto a
casa, sin embargo, alguien interrumpió su paseo desde un coche.
- Sube – dijo Taec mientras bajaba la ventanilla, pero
no obtuvo respuesta por parte de ella, la cual siguió caminando a zancadas de
nuevo y agitando la mochila – Sube va, sólo falta que te pase algo.
- No es tan tarde, iré andando.
- Esta mujer… - Taec bajó del coche y cogió a Leah por
la cintura para cargársela a su hombro; a ella, a su bolsa y a todo el cabreo
que llevaba encima y aunque no fue fácil, consiguió subirla al coche.
- Ya puedo ir caminando – dijo cruzándose de brazos e
indignándose, Taecyeon echó el seguro, nunca se sabía si iba a salir corriendo
de allí…
- Claro, pero no lo vas a hacer – Leah se giró para
darle la espalda, pero se apoyó mal en el pie herido y no pudo evitar dar un
respingo de dolor, él se dio y vio como tenía el pie algo hinchado - ¿Qué te ha
pasado?
- Nada.
- Ya…
- De todos modos no es de tu incumbencia.
- Por eso te llevaba hoy el otro subida a su espalda,
qué torpe eres – Leah le dio un codazo, Taec se limitó a reír levenemte.
Cuando llegaron, Leah bajó muy decidida y se puso
camino hacia las escaleras de su casa, pero Taecyeon fue más rápido y después
de darle tiempo casi hasta para tomarse un café de lo lenta que iba ella, se la
subió a su espalda. Leah estaba ya cansada de luchar contra Don Protector así
que se dejó llevar, y la verdad es que estar apoyada en su espalda, firme pero
confortable a la vez, no era para nada una experiencia desagradable, sino todo
lo contrario, hizo que se relajara tanto que no se dio cuenta de que en unos
minutos ya estaba en su casa y Taec la estaba dejando sentada en el sofá.
- Será mejor que te vayas a duchar y que te pases agua
fría por el pie, si no lo tienes bien no te dejaré dar ni un paso fuera de casa
mañana – dijo Taec mientras la despeinaba cariñosamente.
Leah le hizo caso sin rechistar, en parte porque ella
misma notaba que necesitaba una ducha y en parte porque no se veía capaz de
llevarle la contrario en ese preciso momento.
Estuvo bastante rato bajo el agua, sobretodo pensando
y analizando lo surrealista que estaba siendo su vida en esos momentos, pero
también imaginando cómo serían esos tres días de excursión, deseaba tener bien
el pie para entonces porque tenía ganas de distraerse un poco, aunque con Taec
y JongJin allí, intentando asesinarse el uno al otro, poco descanso iba a
tener. Cuando decidió que era hora de salir de la ducha se secó, se enrolló una
toalla y fue a ponerse el pijama, pero lo tenía casi todo metido en la maleta
que se iba a llevar a la acampada, así que se vistió con una camiseta vieja y
unos pantalones cortos, ni siquiera tenía ganas de secarse el pelo por lo que
fue directa a cocina para hacerse algo de cenar, las cosas para el día
siguiente las acabaría de preparar después de llenarse la tripa, pero en el
infiero que fue ir hacia allí debido a la cojera, se encontró que alguien
estaba sentado en el sofá.
- ¿Q-qué haces todavía aquí? – Taecyeon se giró ante
la pregunta.
- Oh, ya estás. Ven, siéntate – le dijo mientras se
levantaba, la cogía en brazos y la acomodaba en el sofá – Te he hecho la cena
para que no tengas que moverte, espera que te pongo crema y una venda en ese pie
y ya te dejo tranquila.
- No tendrías que haberte molestado – se puso roja.
Taec sonrió a modo de respuesta y alzó un poco la
pierna de Leah para aplicarle gel para las torceduras con un suave masaje bajo
un silencio penetrante que no querían romper, pero Taec, sin pensarlo, mientras
le ponía la venda la miró y se dio cuenta de lo preciosa que estaba con los
mechones mojados cayéndole. Se quedó embobado haciendo que ella se ruborizara,
carraspeando para que esa pausa incómoda se cortara. Cuando acabó de masajearle
el pie, se lavó las manos y se sentó a su lado para despedirse.
- Eh… - no le salían las palabras.
- Hasta mañana, supongo – dijo ella.
- Sí, sí.
Se quedaron mirándose el uno al otro en silencio
durante unos segundos, sólo se oían sus respiraciones algo agitadas, pero la
tensión les mataba, así que Leah, sonriendo levemente, giró la cara hacia un
lado para romper el momento, sin embargo Taecyeon no le dejó. Posó su mano en
la mejilla derecha de ella e hizo que le volviera a mirar, la contemplaba con
los ojos brillantes como perlas. Un mechón rebelde escondía su rostro hasta que
Taec, con toda la delicadeza del mundo, lo apresuró entre sus dedos para
colocárselo detrás de la oreja mientras aprovechaba ese momento para acercar su
cara a la de Leah, observando su piel a escasos centímetros.
El corazón les iba a mil por hora, no sabían qué iba a
ser lo siguiente y aunque querían, no debían, pero puede que el querer superara
al deber en cuanto Leah rozó la comisura de los labios de Taecyeon con el dedo índice, despertando el fuego en
él, un fuego que la quemó a ella también en cuanto sus labios chocaron con
pasión para besarse.
- Hasta mañana – dijo Taec cogiendo fuerzas para
separarse de ella, si no podía ser, no podía ser. Salió a toda prisa de allí.
Leah se quedó unos minutos mirando la nada, pensando en ese beso…
Definitivamente iban a ser tres días muy largos…
O:O:OO:OOO:O= genial! me has dejado picada XD, espero el siguiente capitulo! gracias por compartir :D
ResponderEliminarSigue porfavor.!! Me encanta este fic es lo mejor >.< !!!
ResponderEliminarSigan porfis !!!! esta genial
ResponderEliminarMe encantó .. sigueee :)
ResponderEliminarContinua! :c
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