sábado, 9 de febrero de 2013

FIRE


Autora: Ana
Twitter: @anna_ddate_1D
Tipo: Yaoi, +18, Kray (KrisxLay), EXO, OneShot



Camino por los pasillos del hospital rápidamente. Ha sonado mi busca, así
que me necesitan. Miro de nuevo el lugar al que quieren que vaya. La unidad
de quemados. Entro y me dirijo a la habitación 012. Allí, está el médico
especializado en quemaduras, el doctor Park ChanYeol, y unas cuantas
enfermeras, yo también era enfermero, pero porque no me había dado la nota
para entrar a Medicina, también tenía bastante experiencia en cuidar de las
quemaduras, ya que no me asustaban como a las chicas que había allí.

Me acerco a la cama y me pongo al lado del doctor. Hay un chico, más o
menos de mi edad y muy alto, tumbado en la cama. Las vendas lo cubren
casi por completo. Respira lentamente, y algo débil también, apenas se puede
apreciar que se mueve. Si el monitor no diera pitiditos de vez en cuando, podría
pasar por un muerto.

-¿Qué le ha pasado?- le pregunto al doctor.
-Su vivienda se quemó- contesta- los bomberos apenas tuvieron tiempo
de sacarlo- explica- el 30% de su cuerpo está quemado y quedarán unas
cicatrices muy feas a no ser que te esmeres- sonríe de lado. Ése hombre era
muy simpático, tenía un gran sentido del humor, pero a veces era mejor que se
quedara callado.
-¿Nombre? ¿Edad?- digo.
-Kevin Wu- contesta- y es un año mayor que tú, os podréis llevar bien.
-ChanYeol- advierto sin ninguna formalidad, fuera de allí, somos amigos.
-Te quiero 24/7 aquí, a su lado- me contesta más serio- eres el mejor en esto,
sólo tú puedes hacerlo volver a la normalidad.
-Está bien- digo, y todos los que están allí se retiran de la habitación.

Me siento en una de las sillas que hay allí y suspiro. Se me había olvidado
preguntarle a ChanYeol si el chico tenía familiares o amigos, pero lo de 24/
7 sólo podía significar que no tenía a nadie y que yo tendría que estar con él
las 24 horas al día, los 7 días a la semana. No me importaba, de todos modos,
yo no tenía a nadie que me esperara fuera de aquel lugar. Mis únicos amigos,
trabajaban conmigo en el hospital.

Me quedo dormido, con la cabeza apoyada en la cama del chico. Era muy tarde
cuando siento que algo se mueve cerca de donde yo tengo mi cabeza. Me
levanto rápidamente y enciendo la luz. La anestesia que le aplicaran ya no está
haciendo ningún efecto, y el chico se estaba despertando. Me siento derecho
y miro la hora. Son las 3 a.m., he dormido cerca de cinco horas. El chico gime
con algo de dolor por el roce de las vendas sobre la piel quemada. De repente,
abre el único ojo que está visible y se sobresalta. Mira a todos lados muy confundido hasta que me descubre. Se ve asustado.


-¿Quién eres tú?- pregunta agarrándose a las sábanas.
-Mi nombre es YiXing- digo con voz calmada. Parece que su respiración se
normaliza y su corazón late con menos fuera, por lo que me indica el aparato.
-¿Dónde estoy?
-En el hospital.
-¿Por qué?- parecía que todavía no había descubierto sus vendas.
-No tengo todos los detalles- susurro- pero por lo que me han contado, tu casa
se quemó.
-¿Mi casa?- pregunta extrañado.
-¿No recuerdas nada?
-Sólo recuerdo estar viendo una película… y despertarme a tu lado- noto cómo
mi corazón da un vuelco dentro de mi pecho y no sé por qué.
-Bueno… eso ya es algo- veo cómo esboza una especie de pequeña sonrisa y
yo también sonrío.
-Sí- su mano se desliza hacia su cabello y nota algo- ¿qué me ha pasado?-
pregunta.
-El 30% de tu cuerpo se ha quemado- respondo dulcemente. Según ChanYeol,
mi voz amansa a las fieras, y por la mirada que el chico me está echando, debo
intentar ser muy dulce- pero podrás volver a ser como antes del incendio si
confías en mí- noto que me sigue mirando muy mal- soy experto en esto.
-Fuera.
-Pero…
-¡FUERA!

Salgo de la habitación antes de que ese chico se abalance contra mí. Ni
siquiera había intercambiado muchas palabras con él cuando ya parecía que
me quería matar. No todos reaccionaban así de mal. Muchos quedaban en
shock, otros se enfadaban, pero ninguno tanto.

Paseo de nuevo por los pasillos y me encuentro en la pequeña sala de
descanso del personal con LuHan, un traumatólogo. Duerme sentado en una
mala postura. Me coloco a su lado y echo mi cabeza en su hombro. Necesito
pensar un poco en la reacción que ha tenido el chico.

Cuando me despierto noto que mi cabello está siendo mesado por una mano.
Alzo la cabeza y me encuentro con LuHan acariciándome como si fuera un
animal de compañía.

-¿Ya estás despierto?- susurra.
-En primer lugar, mi intención no fue quedarme dormido- le contesto
separándome y apartando su mano de mi pelo- siento haberte tenido
aprisionado y que no pudieras levantarte.
-No, si no es ningún problema- dice- de ti me podría haber librado- señala a
su otro costado- pero de él no- me inclino un poco para ver bien y descubro a
SeHun, el oftalmólogo, medio abrazado medio echado sobre él.
-Oh, ya veo- LuHan sonríe.
-Lo más probable es que te viera durmiendo conmigo y quisiera acapararme-
susurra- es así de celoso.

-¿Y quién no?- pregunto acariciándole la mejilla- teniendo un novio tan guapo
yo también me pondría celoso- LuHan es un chico bastante guapo, y aparenta
menos edad de la que realmente tiene. Tiene a tod@s l@s enfermer@s y
médic@s del hospital, loquitos por sus huesos, pero él sólo tiene ojos para su
novio.
-No soy tan guapo.
-Te menosprecias- contesto.
-No, pero…- mueve la cabeza de un lado a otro- tú seguro que tienes algo que
contarme, ¿no?
-No cambies de tema- advierto.
-Pero tenías que venir a algo- contesta- todos venís a preguntarme qué hacer
cuando no tenéis ni idea.
-LuHan…
-Lo veo en tu cara- me dice. Además de ser muy guapo era muy inteligente.
-Bueno… es que…
-Ves, lo sabía- murmura. No le hago caso y sigo con lo que le iba a decir.
-Tengo un nuevo paciente- susurro- y es… algo brusco- lo miro- él tiene el 30%
de su cuerpo quemado y acaba de sacarme de su habitación a gritos, no quiere
que lo ayude.
-Ya se le pasará, a todos se le pasa en algún momento.
-No, él es diferente.
-¿Cómo lo sabes?- en realidad no lo sabía, pero tenía esa sensación, ése chico
era muy diferente a todo lo que me había encontrado anteriormente- ¿YiXing?-
me vuelvo hacia él- te has quedado en blanco.
-Perdona, pero es que pienso en qué hacer.
-Deja que todo siga su curso- me aconseja.
-Sí, será lo mejor- me quedo callado unos momentos, pensando, pero lo único
que se me ocurra es que no puedo perder el tiempo- LuHan…- comienzo, pero,
él me corta.
-No me vas a hacer caso, ¿cierto?- pregunta.
-Cierto.
-¿Y qué piensas hacer?
-Pues, la verdad, no tengo ni idea- contesto- el listo aquí eres tú.
-Muy gracioso- estamos haciendo algo de ruido, y LuHan se mueve, así que,
SeHun se despierta.
-¿Qué pasa?- pregunta desperezándose.
-Nada, cariño- susurra LuHan. Se ven muy bien juntos. A veces les tengo un
poco de envidia, pero de la sana. Ojalá yo pueda encontrar a alguien con quien
compartirlo todo y ser tan feliz como ellos.

Me levanto del sofá y con un gesto les indico que me voy de allí. No sé dónde
ir. En la sala de descanso está la parejita y dónde se supone que debo estar
24/7 me quieren matar. Doy vueltas y deambulo por los pasillos. Al cabo de
una media hora me veo en la unidad de quemados, frente a la puerta de la
habitación de Kevin.

Suspiro. Miro mi reloj y veo que son las 6:30 a.m., ChanYeol empieza su turno
en media hora y querrá avances, además, debo cambiarle las vendas y curarlo.
Suspiro de nuevo. A lo mejor, las horas de sueño lo han aplacado y ahora es
un gatito manso con el que se puede tratar sin ningún problema. A veces soy

tan optimista que me asusto.

Cuando entro a la habitación, me lo encuentro medio tumbado medio sentado,
mirando a la nada. Sin hacer ruido me acerco a la cama y él me mira con muy
mala hostia. Si las miradas mataran yo ya llevaría muerto un buen rato.

-¿No te dije que te fueras?- es lo único que me dice, muy cortante.
-Tengo que curarte… las quemaduras- digo con voz neutra y calmada, no
quiero que me vuelva a gritar. Él no dice nada, sólo me mira- sino lo hago…
no volverás a tener la piel como antes- el chico me sigue mirando, pero ya no
tan duramente. Parecía tener un conflicto interior sobre qué hacer, ¿matarme
o permitirme que lo curara? Yo preferiría que eligiera la segunda opción, así
disfrutaría de mi vida.
-¿Qué significa eso?- pregunta.
-¿El qué?- digo sin comprender a lo que se refiere.
-Lo de que si no me curas mi piel no quedará igual- ajá, había dado con su
debilidad.
-Pues, la verdad, sí- contesto- me asignaron a ti porque soy el mejor en esto
y puedo hacer maravillas- sonrío intentando hacerlo sentir cómodo conmigo,
pero sigue muy distante- mira- digo y me siento en la cama, a su lado- yo sé
que todo esto es muy difícil, que debes estar en shock por lo sucedido y que
ahora un tío esté todo el rato dándote la lata debe ser un coñazo- cuento con
voz calmada- pero yo estoy aquí para ayudarte con todo y darte todo lo que
necesites de mí- ahora me mira con otros ojos, ya no siento como si me fuera a
estampar contra la pared.
-Está bien- dice después de un rato en silencio y suspira- quiero quedarme
como nuevo otra vez.
-Dalo por hecho- contesto, y comienzo a curarlo.

Han pasado dos meses desde que Kevin está ingresado en el hospital. Ya no
está en la unidad de quemados, sino que lo han subido a planta. Está mejor,
mucho mejor. Tiene buen color, come y buen humor, que eso es lo que más
me preocupa. No ha vuelto a ser tan desconfiado como el primer día, e incluso
bromea de cuando en cuando.

Salgo de esa habitación lo mínimo, sólo voy a mi apartamento para darme
una ducha, cambiarme de ropa y poner una lavadora, así que en un par de
horas estoy de nuevo en el hospital. Duermo con Kevin, no en su cama, en
el sofá que me han llevado a la habitación. Paso tanto tiempo con él que
podría incluso decir que nos hemos hecho amigos y todo, aunque no lo puedo
asegurar con certeza.

ChanYeol se pasa mucho por allí, tanto para verme como para ver la evolución
de Kevin. Normalmente se pasa el rato haciendo bromas e insinuando que
estamos liados. Él siempre ve cosas donde no las hay, aunque fue el primero
que se dio cuenta de la relación entre LuHan y SeHun, pero entre Kevin y yo no
hay nada.

Estaba tan en mi mundo pensando en todo que no me había dado cuenta que
Kevin me estaba hablando. Sacudo la cabeza y lo miro a los ojos antes de
hablar.

-Lo siento- susurro- estaba en otro lado.
-¿Se estaba bien en ese otro lado?- pregunta.
-Ni bien ni mal- contesto- ¿querías algo?
Sí- de pronto se puso serio- me gustaría ver mis quemaduras la próxima vez
que me cures.
-No creo que sea producente- le digo como el profesional que era. No podía
dejar que se viera a medio curar o le daría un ataque y me volvería a sacar de
la habitación, de su vida, de mi vida. Pareció adivinar lo que pensaba por lo
siguiente que dijo.
-Prometo no enfadarme, ni gritarte, ni entrar en shock, ni nada, sólo quiero ver
cómo va.
-¿Tampoco llorar?- pregunto al ver que no lo ha mencionado.
-¿Tan malo es cómo para que tenga que llorar?
-No- digo rápidamente moviendo mis manos para quitarle importancia- es sólo
que no lo has dicho y me ha parecido raro.
-Apenas lloro- confiesa esbozando una pequeña sonrisa.
-Las lágrimas, a veces, ayudan a superar las cosas.
-¿Lloras muy a menudo?
-Sólo cuando la situación lo requiere- admito. Kevin sonríe- por cierto, ¿de
dónde te viene tu nombre?- pregunto- es raro aquí en Corea que te llames
Kevin.
-Bueno, soy mitad canadiense- dice pasándose una mano por el cabello, que
ahora ya le había crecido un poco- y mitad chino, tú debes ser chino, ¿no?-
asiento- tu nombre tampoco es muy coreano- nos sonreímos los dos, y sentí,
que cada día que pasaba, estábamos más cerca.

Al curarlo la siguiente vez y le enseñé como se estaba quedando, tal y como
prometió, no tuvo ninguna reacción mala, sólo me elogió por el buen trabajo
que estaba haciendo con él. Sentí como mi corazón se paraba y luego
continuaba latiendo pasado un rato.

Cuando salgo del hospital no puedo quitarme de la cabeza sus palabras,
aunque fueran una tontería. Tanto calaron en mí, que tras ducharme y
cambiarme de ropa, me encontré de camino a la joyería que quedaba cerca
del hospital, donde siempre compraba, aunque realmente, tampoco es que
comprara muchas joyas.

Después de una hora escuchando al vendedor sobre qué cosas eran mejores
o peores, me llevo lo que había ido a buscar y regreso al hospital. La verdad,
no sé por qué me dio por comprarlo. Ni siquiera sabía si era producente o no el
dárselo, pero sentí que era lo correcto.

Minutos después, estoy recorriendo el pasillo de arriba abajo, deteniéndome
de vez en cuando en frente de la habitación de Kevin. No sabía que hacer. De
repente, en mi caminata, una voz familiar me detiene, al darme la vuelta veo
que es LuHan.

-¿Qué haces dando vueltas de un lado a otro como un alma en pena?-
pregunta.
-Yo… es que…- no sé que decirle y me pongo nervioso.
-Venga- pasa su brazo por mis hombros- tampoco puede ser tan horrible.
-He… comprado…- inspiro y trago saliva- otro colgante…- escondo mi rostro
entre mis manos, avergonzado.
-Oh- me dice- ¿hay un nuevo miembro en nuestra familia y no nos lo has
presentado?
-LuHan…- le reclamo.
-Sí, no digo nada- contesta- eso no es nada malo, a todo aquel que consideras
tu amigo acabas comprándole un colgante, es como una manía tuya.
-Ya, ya sé que es una manía mía, pero…- no sé como expresarle lo que me
pasa, así que opto por lo más fácil, soltárselo de sopetón y ya- creo que me he
enamorado del paciente al que trato.
-¿Del que al principio era brusco pero ahora ya no?- pregunta y asiento- ¿ése
del que apenas te separas?- asiento de nuevo- ¿ése con el que ChanYeol te
está molestando cada vez que os encontráis?
-Sí, el mismo- contesto algo cabreado por lo que LuHan está haciendo, y eso
que yo tengo tendencia a ser alguien calmado.
-Vale, no te enfades- sonríe- déjate llevar.
-¿Qué significa eso?- pregunto sin comprender.
-Quiero decir- suspira- que si has tenido el impulso de comprar el colgante,
deberías dárselo, siempre que has hecho esto te ha salido bien, ¿por qué debe
ser diferente ahora?
-Las demás veces lo he hecho para un amigo- contesto- esta vez,
sinceramente, no sé realmente para qué se lo daré- cierro mis ojos para
alejarme del lugar, por lo menos mentalmente- no sé si lo quiero como amigo o
como algo más- susurró.
-Pues entra ahí- abro los ojos mucho- y según lo que sientas nada más verle,
sabrás cómo actuar- LuHan tenía razón, casi siempre la tenía.
-Está bien- susurro.

Me despido de mi amigo y entro a la habitación, sonriente. Kevin me espera,
sentado en la cama, mirando su reloj preocupado. Mi corazón da un vuelco y
sé exactamente qué es lo que quiero. Él me mira y siento que deja de latir.

-Hola- susurro, no sé ni cómo he podido hablar.
-Hola- contesta él- ¿dónde has estado?- pregunta- me tenías preocupado, no
sueles tardar más de dos horas y hoy tardaste el doble- escucharle decir que
estaba preocupado por mí fue como si todo en mi mente se aclarara.
-Pues… es que…- comencé a titubear y Kevin me indicó que me sentara con
él en la cama. Cuando lo hice me pasó el brazo por los hombros tal y como
había hecho LuHan, pero ésta vez, mi corazón comenzó a latir con un ritmo
desenfrenado.
-Puedes contármelo- dice- si quieres, claro.
-Claro que quiero- sonrío- me gustaría darte algo- me retuerzo un poco para
sacar el colgante del bolsillo delantero del pantalón.
-¿A mí?- pregunta algo sorprendido.

-A ti, sí, no hay nadie más en la habitación- sonrío y le enseño el colgante del
dragón. Veo cómo sus ojos se abren por la sorpresa, luego me mira cómo
pidiendo permiso para poder cogerlo y asiento. Kevin coge el colgante y lo
observa detenidamente con una sonrisa en sus labios, la más amplia que le he
visto hasta ahora.
-¿Por qué?- susurra.
-Por ser un buen paciente- veo que su sonrisa se borra y confirmo que a lo
mejor también siente algo por mí- por ser un gran amigo- ahora sonríe triste-
y porque siento algo por ti- sus ojos comienzan a brillar y se abalanza sobre
mí para besarme los labios con desesperación. Nuestros labios se amoldan
a la perfección en ese beso húmedo y excitante que muestra que nuestros
sentimientos son correspondidos.
-YiXing…- susurra al separarnos por la falta de aire, aunque nuestras frentes
se están tocando- yo también siento algo por ti- me vuelve a besar, pero esta
vez es suave, lento, calmado- ¿me puedes colocar el colgante?- pregunta
sobre mis labios.
-Claro- me da el colgante y se lo paso por el cuello rozando con mis dedos
su sensible piel y tras abrocharlo, le doy un pequeño beso en el hueco de la
clavícula. Kevin toma la figura del dragón y la mira detenidamente de nuevo,
embelesado.
-Es precioso- susurra. Es dragón es de plata, al igual que la fina cadena
de la que cuelga, y su ojo es verde esmeralda. Por lo que me ha costado
supongo que puede ser una esmeralda de verdad, pero tampoco le echo
muchas cuentas, su voz me saca de mis pensamientos- ¿por qué un dragón?-
pregunta.
-Porque tú eres como un dragón- le contesto- fiero y hermoso, a la vez que
noble- me sonríe y me mira a los ojos fijamente, como intentando averiguar si
es realmente lo que pienso.
-¿Siempre te das cuenta de cómo es la gente en poco tiempo?- pregunta
mientras me abraza y me coloca bien a su lado.
-LuHan dice que tengo un don para ello- contesto.
-¿Quién es LuHan?- dice algo ¿celoso? Sonrío.
-Él es un médico de este hospital y un muy buen amigo- le doy un beso en el
cuello- tiene novio- aclaro para aplacar a los posibles celos.
-Hum- se limita a responder de modo neutro. Sonrío de nuevo, es como un niño
pequeño.
-A todas las personas que me importan les he regalado un colgante que los
define- continúo- a Minako, una amiga de la Universidad le regalé una estrella,
a LuHan un ángel y un demonio unidos por una flecha, a SeHun, su novio, un
tornado y a ChanYeol, un fénix.
-Dime los porqués- pide Kevin y yo comienzo a explicarle los significados de
cada colgante.
-Una estrella, porque Minako brilla con luz propia- digo- un ángel y un demonio,
porque LuHan aunque tenga una apariencia angelical, en su interior es todo
lo contrario- continúo- Un tornado para SeHun, porque su personalidad es
muy cambiante, brusca y muy revuelta; y para terminar, el fénix de ChanYeol,
porque es una criatura única.
-Dirás persona- corrige.

-No, no, criatura- reímos durante un buen rato, Kevin estaba muy feliz, yo
también, y apenas sin darnos cuenta, nos quedamos dormidos, abrazados
echados en su cama.

Al día siguiente, caminábamos por los pasillos del hospital para que comenzara
a dar paseos más largos, ya que la habitación se le había quedado pequeña.
Al principio le costó caminar, ya que al andar, le rozaban las quemaduras. Pero
ahora que ya estaban medio curadas, no tenía ningún problema.

Lo guío por todo aquello y le indico donde estaba cada cosa, hasta que mi
busca comienza a sonar. Hacía tiempo que no sonaba, así que supuse que
sería algo muy importante.

-Perdona- digo- me necesitan- me giro y lo encuentro a escasos centímetros de
mí.
-No pasa nada- contesta medio sonriendo. Me da un beso en la mejilla y se
aparta de mí revolviéndome el cabello. Lo veo alejarse hasta que dobla la
esquina. Casi sin ser consciente siquiera de mis actos, noto que me sonrojo y
toco con la yema de mis dedos el lugar dónde él me besó.
-Disimulad un poquito- escucho decir a ChanYeol y me giro rápidamente. Allí
estaban él, LuHan y SeHun, todos mirándome burlonamente. Les pongo mala
cara.
-No tengo tiempo para tonterías, mi busca ha sonado- les digo y ellos se ríen-
¿qué?- pregunto.
-Era una estratagema para separarte un rato de tu amado- me contesta
ChanYeol.
-¿Qué, qué?- digo indignado, muy indignado.
-Tenemos que tener una reunión- explica LuHan al ver pasar a unos cuantos
compañeros por allí.
-Sí, no te escaquees- remata SeHun, y antes de que me de cuenta, entre los
tres, me llevan hasta el despacho de ChanYeol.
-Queremos que nos lo cuentes todo- dice el más alto emocionado una vez nos
hubo encerrado allí para que no me escapara.
-LuHan…- lo miro y él agacha la cabeza. Había sido él al que se le había
soltado la lengua, más que nada, porque nadie más lo sabía.
-Lo siento- susurra- pero SeHun es tan adorable, que no puedo decirle que no.
-¿Y eso que tiene que ver?- pregunto.
-Pues… me preguntó porque nos vio hablando… y…
-Vale, está bien- contesto- de todas maneras os lo iba a contar, no
inmediatamente, pero sí cuando estuviera seguro de todo.
-No, si nos lo vas a contar- dice SeHun- tenemos curiosidad- los otros dos
asienten ante sus palabras. Los miro durante un buen rato, pero ellos no dan
su brazo a torcer. Al final, avergonzado, lo cuento.
-Pues… ayer nos… declaramos…
-¿Sois novios?- pregunta ChanYeol.
-No lo sé… sólo… le dije lo que… sentía…- coloqué las manos sobre mi cara,
ocultándola. Tenía mucha vergüenza en esos momentos, y no lo arreglaba el
hecho de tener a tres tíos sacándote información.
-¿Lo habéis hecho?- pregunta SeHun.
-¡SeHun!- advierte LuHan.

-¡NO!- grito yo y todos se vuelven hacia mí- ¿cómo íbamos a hacerlo?
-Pues… su cosa se mete por tu agujerito- aclara el pequeño.
-¡SEHUN!-gritamos todos.
-No hace falta que des detalles- digo poniendo caras raras. Me había
imaginado a Kris metiéndomela, y, me gustaba la situación, pero no podía
demostrarlo.
-Exacto- sigue ChanYeol- además, no sabes si YiXing será al que se la metan
o el que la meta.
-Eso se denomina uke o seme- contesta SeHun.
-Oh, vaya, no sabía eso- comenta el alto.
-Claro, como no eres gay no sabes de estas cosas- dice LuHan metiéndose en
la conversación.
-Por cierto, ¿quién sería el seme y el uke en esta relación?- pregunta
interesado. Antes de que la conversación siga decido pararlos. No soy virgen ni
nada de eso, he estado con varias mujeres, pero no me gusta hablar de sexo.
-¡Hey! ¿¡Que sigo aquí!? ¿Podéis dejar de hablar de “eso”?
-Ni que fueras virgen- dice ChanYeol- porque mi novia antes salió contigo, que
si no, lo creería- era verdad, Minako, mi novia de la Universidad, lo dejamos y
ahora está con ChanYeol.
-Muy bien, dejemos el tema- paso de ellos, estoy harto. Me levanto.
-Pero nos tienes que contar muchas cosas- dice SeHun.
-No ha pasado nada, así que, no hay nada que contar.

Salgo del despacho y los dejo allí refunfuñando. Eran muy buenos amigos,
pero a veces se pasaban. Tengo un gran conflicto interior, y ellos no paran
de dar la vara. Antes me gustaban las mujeres, pero mientras estaba con
Minako, me empezaron a atraer los hombres. Lo malo era que no había estado
físicamente con ninguno de los chicos con los que había salido. Sinceramente,
tenía algo de miedo. Pero acabábamos de declararnos, no podemos tener sexo
inmediatamente después de eso. ¿O sí?

Los días pasan y Kevin se está curando, en poco tiempo le darán el alta, pero
yo no quiero separarme de él. Me he acostumbrado a estar cada segundo de
mi vida junto a él. Unos días después de declararnos aclaramos lo que éramos,
dos chicos que sentían cosas el uno por el otro, pero cada día que pasaba, me
daba cuenta de que esos sentimientos eran eso llamado amor.

Nunca salió el tema de acostarnos juntos, digo, tener sexo, dormir dormíamos
juntos cada noche. Kevin me abraza fuertemente, no quiere que me vaya a
dormir al sofá ahora, prefiere tenerme cerca de si.

El día más temido por mí, llegó. Tenía que llegar, ya lo sabía, pero no quería
que nunca llegara. Me llaman para que firme el alta de Kevin. Ya está
completamente curado de sus quemaduras, he hecho un gran trabajo, no
se nota nada la zona que se había quemado. Voy a la habitación con unos
cuantos de papeles en las manos y entro totalmente desanimado. Kevin se da
cuenta enseguida de que me pasa algo.

-¿Qué sucede?- pregunta haciéndome hueco en su cama y me siento junto a él
antes de responder.

-Mañana por la mañana te dan el alta- digo con voz neutra. El silencio se
instaura entre nosotros. Sé lo que pensamos ambos. ¿Qué será de nosotros
cuando Kevin salga del hospital? De repente, noto que me abraza y me pega a
él. Toma mi cabeza entre sus manos y me da un beso en la frente.
-Quiero proponerte algo- susurra y me mira a los ojos muy fijamente- quiero…-
se ve nervioso, aunque sigue mirándome, siento su cuerpo temblar un poco
y sus mejillas están algo rojas. Las mías deben de ser un huerto de tomates
maduros- yo… quiero…- al final no puede mirarme y oculta su cara en mi
hombro- quiero…- respira hondo, supongo que está encontrando las palabras
adecuadas- hagamos el amor- se separa de mí para ver mi reacción, yo sólo
atino a asentir con la cabeza.

Nos encontramos de rodillas en la cama, muy cerca, mirándonos a los ojos y
respirando con dificultad. Sus manos comienzan a desabrocharme la camisa
blanca del uniforme. Con cada botón que desabrocha, va tocando suavemente
la parte de piel que descubre poco a poco, provocándome escalofríos que
recorren cada parte de mi cuerpo haciéndome estremecer.

Mi camisa vuela fuera y mientras él se concentra en rozar mi cuerpo con la
yema de sus dedos, yo intento que mis manos no tiemblen a la hora de quitar
la camiseta roída que usa como pijama. Agarro el filo de su camiseta y tiro de
ella hacia arriba. Kevin para de tocar mi torso y sube los brazos, haciéndome
más fácil esta tarea.

Dejo que me recorra lentamente el cuerpo con sus manos y yo hago lo mismo
con el suyo. Defino las miles de cicatrices casi invisibles que el fuego dejó y lo
siento estremecer. Salvo la poca distancia que nos separa y ataco sus labios.
Sus labios carnosos que se mueven a la par que los míos y que parecen haber
nacido para ser besados por éstos. Comienza siendo suave, armonioso, pero
después se torna fuerte, desesperado. Su lengua lucha con la mía en una
batalla que tiene su fin al separarnos para coger aire.

Nuestras frentes descansan juntas. Nuestras respiraciones se mezclan.
Nuestros ojos están fijos en el otro. Sus manos ahora rodean mi cintura,
apegándome a él, mientras que las mías descansan sobre sus hombros. Noto
como la temperatura de la habitación comienza a subir, como la temperatura de
mi cuerpo.

Volvemos a besarnos desesperadamente, tomo su cabello y tironeo de
él. Kevin aprieta firmemente su agarre a mi espalda, y lentamente, me va
acostando sobre la cama. Sus labios pasan de mi boca a mi barbilla, a mi oreja,
a mi cuello, donde se entretiene dando pequeños mordisquitos y haciéndome
suspirar.

-Ah… ah… ah… Ke…vin…

Comienza a besar mi pecho, deteniéndose ahora en los pezones. Casi
ni puedo respirar. El contacto de su lengua húmeda contra ellos me está
volviendo loco, tanto que no puedo dejar mis manos quietas sobre su espalda y
la acaricio en toda su extensión intentando recobrar la cordura.

Sigue besando y chupando mi abdomen, cada vez más abajo. Sus manos han
tomado ahora el relevo de su boca en mis pezones y es delicioso. Junto con las
mini-penetraciones que está haciendo con su lengua a mi ombligo, siento que
voy a morir de placer de un momento a otro.

Su boca sigue el mismo camino al regresar a mis labios y tras besarme lenta y
pausadamente se separa un poco de mí para poder quitarme mis pantalones.
Se deshace del cinturón antes de que me de tiempo a nada y baja la cremallera
del pantalón. Aun con la poca abertura ya se puede apreciar mi erección.
Estaba muy caliente, y Kevin, también. Baja la prenda y la saca por mis pies,
tirando de ella de una forma algo brusca.

Aprovecho el momento para sacarle sus pantalones rápidamente y sentarme
justo encima de su cadera, haciendo que nuestras erecciones se rozasen con
el más mínimo movimiento.

-Ahhh…- gime y su voz es música en mis oídos- ahh… ahhh… ahh… Yi…
Xing… ahh…

Esa es mi banda sonora mientras beso su torso tal y como hiciera él antes,
además de mover mi cadera, haciendo entrar en contacto nuestras erecciones
para que se friccionaran entre ellas. El colgante del dragón que le regalé,
cuelga de su cuello y me excita de una manera que no llego a comprender.

Me bajo un poco de su cuerpo y comienzo a tocar su erección con mis manos
primero, y besándola y lamiéndola aun por encima de la tela. Kevin se retuerce
de placer. Tiene el antebrazo tapando sus ojos y con la mano libre se agarra
a las sábanas mientras se muerde el labio inferior sexymente intentando no
gemir demasiado fuerte.

Quito los boxers y empiezo a dar pequeños besos a la punta, mojándome
los labios con el amargo pre-semen. Agarro sus testículos y comienzo a
masajearlos a la vez que doy lamidas a su pene, recorriendo toda su extensión.
Estoy tan caliente que no aguanto más y llevo mi mano libre a mi propia
erección y comienzo a masajearme por encima de la prenda que aún llevo
puesta.

No puedo evitar soltar gemidos de vez en cuando sobre su pene. Miro unos
segundos a Kevin y veo como está todo sonrojado, respirando entrecortado y
no lo dudo un segundo. Introduzco su pene en mi boca y me la penetro una y
otra vez. Uso mi lengua y mis dientes para darle más placer, y sus gemidos y
los míos, provocados por mi insistente masturbación, llenan la habitación.

Noto su cuerpo estremecerse unos instantes antes de que un líquido blanco
con sabor amargo inunde mi boca. Me aparto rápidamente, pero algo de semen
ya ha entrado. Kevin apenas si puede respirar. Jadea. Se estremece y su rostro
tiene una expresión exquisita.

Un poco después, abre sus ojos y me mira con una gran sonrisa en los labios.
Ésta era la primera vez que me sonreía así. Me sentí muy feliz y me tumbo
sobre él. Pasamos algo de tiempo abrazados, hasta que él deja de temblar.
Me agarra y nos sienta a los dos en la cama. Me quita mis boxers y comienza
a masajear mi miembro. Si sentía placer cuando yo mismo me proporcionaba
las caricias, ahora estaba en el paraíso. Sus dedos hábiles lo recorren de arriba
abajo provocándome escalofríos. Acabo corriéndome antes incluso de que él
se lo meta en la boca.

Estamos pringosos de semen y sudor, pero no importa, ahora no importa nada
más allá de darnos placer mutuamente. Kevin me hace girarme y ponerme a
cuatro patas sobre el colchón y es entonces, cuando noto su lengua juguetona
penetrándome una y otra vez el trasero. Se siente bien, es caliente y húmeda.
Poco después dio paso a un dedo embadurnado en el semen que chorrea por
todas partes. Al principio me molesta algo. No es que fuera insoportable, pero
si molesta. Su dedo entra y sale del agujero, y se mueve de un lado a otro
creando espacio en mi interior. Cuando noto que introduce el segundo dedo
grito de dolor y me agarro a las sábanas fuertemente con las manos.

-Shhh- susurra Kevin abrazándome y dándome pequeños besitos en la
espalda- tranquilo… shh… no te haré daño… nunca te haría daño....

Me intento relajar un poco mientras noto que los dedos siguen haciendo su
trabajo dilatando mi entrada. Es desagradable, no me gusta para nada al
principio, pero después de un rato, comienza a gustarme un poco la sensación
que me produce.

-YiXing…- susurra- agárrate a algo… o muerde algo…- aprieto los puños
fuertemente.

Otro dedo más se introduce en mi ano y grito de dolor. Parece que me están
desgarrando por dentro. Sin poder evitarlo, las lágrimas salen de mis ojos y
comienzo a sollozar como un niño pequeño.

-Lo siento…- lo oigo decir en mi oído- lo siento… mucho…- suena muy afligido.
Quiero hacerlo con él, pero nunca me imaginaba que dolería tanto. Noto cómo
intenta sacar los dedos de mi trasero y lo detengo.
-No- susurro agarrando su mano- no he llegado hasta aquí para nada…

Me auto-penetro con sus dedos moviendo mi trasero y él capta el mensaje,
porque los comienza amover de nuevo como antes, en círculos, abriéndolos
en tijeras. Tras un buen rato comienzo a gemir. Se siente bien. De pronto noto
como Kevin saca los dedos cuidadosamente de mi interior y sin previo aviso,
antes de que me diera cuenta siquiera, su miembro ocupa su lugar. Doy un
grito, pero más bien de sorpresa que de dolor.

-Lo siento- vuelve a decir.
-No… pasa… nada…- consigo decir, ya que la penetración me ha dejado sin
aire.

Le doy mi permiso después de unos momentos para que siga y Kevin
comienza con las embestidas. Al principio son pequeñas, casi no se mueve,
pero a medida que la resistencia de mis paredes a su intromisión se va
haciendo menor, sus penetraciones son más salvajes, más duras, y llegan más
a fondo.

Al principio me duele, pero poco después, me encanta la sensación. Tener a
Kevin dentro de mí es algo que no puedo ni describir, me hace sentir pleno,
feliz. De repente, sale completamente de mí y me echa sobre el colchón,
después vuelve a penetrarme de nuevo. Coloca una de sus manos junto a mi
cabeza, para sostenerse mientras embiste y la otra comienza a masturbar a mi
erecto miembro.

-Ahh… ahhh… ahhh…

Nuestros gemidos y respiraciones aceleradas son lo único que se escucha en
la habitación del hospital. Noto el cosquilleo que me avisa de que me voy a
correr y lo hago. Una inmensa debilidad se apodera de mi cuerpo y comienzo
a temblar. He llegado al orgasmo y una paz y placer enormes son lo único que
siento, aparte de las embestidas que Kevin sigue dando dentro de mi cuerpo.
De repente, él grita de placer y mi recto se llena de la sustancia líquida que se
derrama en cuanto sale de mí y se echa a mi lado respirando entrecortado.

Nos quedamos mirándonos y sonriendo. No importa nada, sólo nosotros, el
mundo exterior no existe para nosotros en este momento. Me entra frío de
repente y me pego mucho a él, acurrucándome. Kevin nos echa las sábanas
por la cabeza y me abraza dándome calor. Pasamos así bastante rato y me
comienza a entrar sueño. Cuando casi me he quedado dormido, escucho su
voz.

-YiXing… -susurra- no sé… si tú… sientes lo mismo… que yo… pero yo te
amo…- me da un beso en la frente.
-Yo también te amo…- le contesto medio dormido y siento cómo sonríe contra
mi frente. Me quedo dormido entre sus brazos.

Cuando a la mañana siguiente me despierto no lo encuentro por ningún lado y
me asusto. Lo busco por la habitación y encuentro una nota.

“No te preocupes, estoy bien, pero recuerda que hoy por la mañana me dan
el alta, así que, no puedo permanecer más a tu lado, lo siento. Te dejo mi
dirección y mi número de teléfono, aunque no sé lo que puede quedar de
ambos después del incendio.
Te quiero, Kevin.”

Guardo la nota, me visto y salgo corriendo de la habitación, tras memorizar la
dirección de su casa. Por los pasillos no está permitido correr, así que, cuando
me cruzo con el director del hospital me detiene y me regaña. Después, sigo
mi camino hasta casa de Kevin como alma que lleva el diablo. Al llegar me lo
encuentro todo destrozado, quemado y a él, dando vueltas por el lugar.

-¡Kevin!- lo llamo y él se vuelve con una sonrisa en los labios. Corro hacia él
y lo abrazo fuertemente. Ya lo extrañaba y apenas habían pasado unas horas
desde que no estaba a mi lado- ¿por qué te has ido?- pregunto.
-No podía quedarme más tiempo- contesta.
-Me asusté al no verte- lo abrazo más fuerte.
-Tenía que venir a ver esto- dice- tenía que ver cómo había quedado- me
agarra fuertemente- y no ha quedado nada…

Kevin lo había perdido todo tras el incendio medio año atrás, lo había perdido
todo menos su vida. Pero había ganado algo en el proceso, a mí, y yo no iba a
dejar que me perdiera a así.

-Vive conmigo- susurro.
-No puedo aceptarlo.
-Puedes y lo harás- le digo separándome y agarrando su rostro con mis manos-
quiero que vivas conmigo- me mira durante unos momentos y al final asiente.
-Está bien- lo abrazo fuertemente intentando transmitirle la alegría de poder
vivir con él- de todas maneras, no puedo vivir sin ti- coge mi rostro con sus
manos y me besa dulcemente- te quiero- dice contra mis labios.
-Yo también te quiero.

6 comentarios:

  1. pero si es el fic mas tierno/pervertido que he leido!! lo amo!! :DD
    Me encanto pero haciendo eso en el hospital?? cochinos!! jajaja ok,no quedo genial!! espero leer mas de lo que escribas!! :)

    ResponderEliminar
  2. ¡Es la hostia! ¡Me gusta mucho! ¡Uno de los mejores que leí! jakshdkjashkdjhaskjdas ^////^

    ResponderEliminar
  3. Waa me encanto el fic es lo de lo mejor :3 ♥ Kevin & YiXing ♥ es una pasada este fic =)

    ResponderEliminar
  4. Waa me encanto el fic es lo de lo mejor :3 ♥ Kevin & YiXing ♥ es una pasada este fic =)

    ResponderEliminar
  5. Oh Dios Encerio es el Fic más pervertido y Lindo que he leído! Lo amo❤ encantador, si pudieran escribir más Fics de Lay sería genial como por ejemplo un SeXing

    ResponderEliminar