domingo, 2 de septiembre de 2012

B. vs B.


- Autora: @DisabledComplex

- Tipo: BIG BANG, Block B, B.A.P, serial, hetero, +18 (mucho XD), idol x fan

CAPÍTULO 6

El despertador sonó y sola, pensé que lo que había pasado anoche no iba a cambiar para nada la situación. Miré el reloj, ya era hora de prepararme así que me levanté y me aseé para ir a la universidad. Salí hacia la cocina para ver a la misma persona que había pasado la noche conmigo, intentando cocinar Dios sabe qué. Quién podría decir que una persona tan aparentemente dulce sería el líder de todo esto y me haya traído aquí, causando todo lo pasado.
- Buenos días - dijo sonriendo ampliamente mientras se peleaba con la sartén.
- Tú... - maldije.
Llegué a la idea de que podía ser bipolar, aunque me cabe más en la cabeza la idea de que sea un calculador nato. Me acerqué por su espalda a ver qué hacía y no pintaba nada mal.
- Creía que Daesung era el único que sabía cocinar - bromeé
- Y lo es, solo que a veces puedo defenderme - dijo cogiendo el plato y llevándolo a la mesa del comedor.
En esa mesa ya se encontraban dos tazas: una con café y otra con leche. Cacao en polvo a su lado, cubiertos y nocilla. Hoy iba a empezar el día con fuerza aunque seguía siendo ese líder frío, arrogante y odioso.
- Wow, contigo no puedo parar de sorprenderme - llamé su atención
- Ni tú ni nadie - juró sin dejar de comer.
Acabamos de comer y me dispuse a coger la chaqueta para ir a la universidad, pero una mano me paró.
- Venga que te llevo - dijo con las llaves de mi coche en la mano y sin ni siquiera mirarme a la cara.
- ¿Y después como vuelves? - pregunté
- Sé que te vas a quedar a comer con Raquel e Iris - se adelantó con toda la razón del mundo sin apartar la vista de la carretera.
Era como si se hubieran llevado meses observándome, me conocían tan bien... Qué llegaba a asustar.
Entramos en el coche y él arrancó el motor. Ni una palabra más hasta que llegamos. Abrí la puerta para irme y le miré, esperando aunque fuera una despedida. Él me quitó la mirada y yo me di la vuelta.
- Lo siento, pero sigo sin ser bueno para ti.
Escuché justamente antes de que el coche se esfumara. Esas palabras se anclaron en mi mente, dejándome embobada recordándolo todo cuando un siseo me sacó de mis pensamientos despertándome de lo que hasta ahora había sido un sueño. Cuando miré hacia dónde provenía el sonido, la vi. Iris, la había echado de menos, no sabe cuánto. Así que corrí para darle un abrazo cuando su cara de infinito desprecio paró mis pies.
- ¿Qué? - me quejé y le di un abrazo, forzadamente correspondido por ella.
- No te creas que me vas a calmar así... ¡Desapareciste! - dijo sin cambiar el gesto.
- Lo puedo explicar... - dije mirando hacia el suelo, la verdad es que no, no podía.
- Pues empieza - dijo cruzándose de brazos.
Empecé a contarle la supuesta historia que supuestamente ya sabía. Me dolía mentirle, pero como la metiera en esto, sería peor. 
Acabé y volví a mirar al suelo, ocultando rastros de mi mentira, esperando su comentario.
- A ver si me he enterado: desapareces con un novio que aparece de la nada, del cual nadie sabe nada, os vais a vivir juntos nadie sabe donde y pretendes que nosotras nos quedemos tranquilas... Pues que sepas que Raquel está destrozada, no piensa salir.
No le di tiempo a acabar la frase cuando salí corriendo rumbo a lo que era mi casa... Iris me siguió y, ya en las escaleras que subían hasta nuestro piso, me lanzó las llaves. Las cogí al vuelo y abrí la puerta para encontrarme a Raquel sentada en el sofá con un bote de helado de chocolate, viendo el último concierto de Hide, su araña rosa. De un salto me senté en el sofá, casi echándome encima de Raquel, dándole un abrazo pidiéndole perdón sin parar.
- Al menos ya estás aquí... Cuéntame ahora mismo qué pasó - exigió
Volví a repetirme contándole lo mismo que a Iris, viendo como su mirada me enterraba.
- Pues no me lo creo - dijo sin tapujos.
- No, ni yo - la apoyó Iris.
- ¿Qué puedo hacer para que me creáis? - pregunté desesperada, cuando algo me vino a la mente - ¿Y si... os enseño la casa? ¿Y os presento a mi novio? - omitiendo la palabra imaginario, claro.
- Podría ser... - dudó Raquel.
Entonces yo saqué el teléfono y me excusé a lo que antes se hacía llamar mi habitación, ahora vacía. Daba la llamada, pero T.O.P no descolgada, hasta que escuché un "¿Sí?" al otro lado del teléfono.
- Tenemos que ir, hoy, ahora. No me creen y no sé qué más hacer. ¿Es posible? - exigí nerviosa.
- Dame un segundo - de repente la voz que había tras el teléfono desapareció dando lugar a un pitido continuo.
Guardé el teléfono y volví con mis amigas, diciéndoles que dentro de un rato iríamos. Estaba todavía explicándoles por qué no podíamos ir ahora cuando sonó mi bolsillo. Volví a mi habitación y cogí la llamada.
- Todo listo, tu supuesto novio y tu nueva casa operativas. Cuando quieras - y colgó.
Les dije a Raquel e Iris que se prepararan, que nos íbamos y pusimos el coche - y la radio - en marcha. Intentando recordar el camino, conseguí llegar a "mi casa". La verdad, no sabía lo que me podía esperar...
Llegamos a la puerta cuando abrí con la llave y grité:
- ¡Ya estoy en casa! - por si acaso estuvieran haciendo... Algo.
Repetí esa frase para ver a mi supuesto novio salir hacia la puerta a recivirnos. No me lo creo, era G-Dragon. Juro que tras esto tendré unas palabras con él.
- ¡Cariño! - sonrió dulcemente y me dio un abrazo, mientras mi mueca cambió completamente al verlo aparecer - Te había echado de menos...
Al estar de espaldas a Raquel e Iris, no vieron mi gesto, o al menos eso creo. Además... A Ji Yong solo le faltaba ir dando saltitos y repartiendo flores, por favor.
- Y yo a ti - intenté disimular, tenía que meterme en el papel, si pudiera - mira, te presento a Raquel y a I...
En ese momento paré en seco, alejé la vista y vi a Iris intentando desenganchar su chaqueta ya que se había quedado encasquillada con la puerta del coche.
- Bueno, a Raquel. Iris está en camino - y fui corriendo a ayudarla.
Antes de dejarlos, vi una mueca de desaprobación por parte de Raquel, esto me iba a costar. Liberé a Iris y la traje con nosotros, presentándola a mi "novio", la cual se quedó con el mismo gesto que mi otra amiga.
Nos adentramos en la casa, guiados por G-Dragon ya que yo no sabía precisamente mucho sobre ella. Vimos bastantes habitaciones y baños, pero nada interesante. Llegamos a mi habitación, la cual tenía la cama deshecha, la ropa desordenada y ningún adorno.
- Tres días desaparecida y ni siquiera has arreglado tu habitación... - dijo Iris con una mirada sospechosa.
- No tuve tiempo, compréndeme - pedí perdón con la mirada, estaba siendo difícil.
En ese momento, Raquel andó rumbo a "la habitación" - sí, esa misma - preguntando qué había allí. El jefe y yo fuimos casi corriendo a pararla.
- Es un trastero, nada interesante - intenté excusar.
- Además, está lleno de insectos y como me has contado, Ann, a tus amigas no les gustan nada - me salvó GD.
Nos movimos hacia el salón, abriéndole la puerta a una escena un tanto... Bueno. Estaban los cinco sillones, dos de ellos vacíos, el de G-Dragon -ya que estaba de pie a mi lado- y el de Daesung. Entramos, dije los nombres de mis amigas y el primero que se levantó fue el peliazul.
- Buenas tardes - saludó cediendo su mano - Soy T.O.P, el mayor de estos chicos. - señaló hacia los sillones - Un placer.
Raquel asentió y le dio un pequeño apretón a la mano de T.O.P mientras Iris se encontraba detrás de Raquel, como escondiéndose. La verdad es que ella cuando quiere es muy vergonzosa, hasta que se suelta...
El siguiente fue Seungri:
- Bonjour - dijo tomando la mano de Raquel y dándole un beso en el dorso de la mano - Mi nombre es Seungri - se presentó mirando a Iris y sosteniendo aun la mano de Raquel.
La cara de Raquel era un poema: espanto total, sin olvidar la de Iris, aunque la suya era más de risa. No les gustaban estos chicos para nada. De repente, Taeyang se levantó sonriente.
- Yo soy Taeyang - dijo amablemente, dándoles confianza, como si su sonrisa diera calidez.
El gesto de mis amigas cambió al instante, puede que tuvieran un pase... Cuando de repente, de la puerta que estaba a nuestra izquierda - la cual estaba conectada con la cocina y el comedor - salió Daesung con un delantal y unos guantes de horno, sosteniendo un bizcocho recién hecho. Me sorprendí, lo tenían todo pensado.
- ¡Oh, pero si tenemos visita! Si me hubiérais avisado, hubiera preparado uno más grande - dijo dejándolo sobre la mesa y volviendo a la cocina - T.O.P te lo dejo a ti, que tienes más manejo - dijo cediéndole un cuchillo.
- Está bien - dijo T.O.P mientras empezaba a cortar ese rico Bizcocho.
Nos sentamos, cada uno en sus respectivos sillones excepto G-Dragon, que estaba en el sofá sentado a mi lado, con un brazo sobre mis hombros. En el sofá estábamos él, yo, Raquel e Iris, a las cuales este ambiente las convencía más.
- ¿De qué es? - preguntó Iris.
- Chocolate y limón - dijo Daesung sonriendo ampliamente, haciendo que sus ojos se volvieran incluso más pequeños de lo que ya eran.
Merendamos y charlamos para que, cuando quisimos darnos cuenta, ya había pasado toda la tarde. Las chicas se despidieron y me ofrecí a llevarlas de nuevo a nuest... Bueno, su casa. Mientras en el coche, no se me ocurrió otra cosa que soltar:
- ¿Qué os han parecido?
- Bueno... No están mal... - dudó Raquel.
- Yo sigo sin confiar en ellos - dijo Iris, ya de esperar.
Aunque a ninguna de las dos se les diera bien coger confianza rápidamente, podría haber ido a peor. Entonces el silencio volvió a nosotras.
- ¿Y mi novio? - me costó decir.
- Muy mono, pero no me gusta, de él no me fío para nada. - dijo Raquel mientras Iris asentía desde el asiento trasero.
- ¿Estás segura que lo quieres? No sé, tú sueles ser más... - soltó Iris.
- Si no lo quisiera, no me hubiera ido tan de repente, o ya lo hubiera dejado. - me convencí.
- No sé, es que parece que te gustan más otro de los chicos con los que vives que él - le dio Raquel la razón.
- Por favor, ¿en serio? ¿Quién? ¿Seungri? - reí, era ridículo incluso como mentira.
- Ese chico... Taeyang, ¡sí! Ese está bien - recordó Iris chasqueando sus dedos.
- Anda, dejadme con mi dragoncito, que aunque creáis que no, le quiero mucho - mentí, creo...
Las dejé en su casa, volviendo a hacer ese camino por cuarta vez en un día. Llegué y aparqué, teniendo una cosa en mente. En cuanto pisé esa casa, fui casi corriendo hacia el salón, irrumpiendo en él.
- ¿¡De quién fue la brillante idea de ponerme de novio a G-D... !? - grité mientras cruzaba la puerta.
No pude acabar la frase cuando me vi la habitación iluminada muy tenuemente y con solo un sillón ocupado: el de G-Dragon. Este se encontraba, como siempre, jugando con su collar, levantando su vista para mirarme fijamente.
- ¿Decías? - preguntó indignado - Como si yo estuviera muy contento...
- Eso no decías anoche. Venga, si hasta te ha gustado. - me auto dí la razón.
- No, ni tú tampoco - se levantó - La que me pidió que me quedara con ella - se acercó más.
- ¿Y tú? Que parecías sacado de un anuncio de compresas - empecé a ponerme nerviosa, no sé si fue porque cada vez estaba más cerca o porque sabía que esto acabaría mal.
- Al menos intentaba disimular - se acabó de acercar.
Le di un empujón. Él miraba hacia abajo y entre varios de sus mechones vi como me decía.
- No vuelvas a tocarme.
En ese momento, tomó una de mis muñecas y yo, colapsándome, le hice una llave de las que me enseñó T.O.P la pasada tarde, deshaciéndose de ella y empujándome, dejando mi espalda contra la pared. Le miré fijamente a los ojos justamente antes de salir corriendo por la puerta, dirección: la calle. No aguantaría mucho más con ese bipolar allí.
Salté el escalón que me separaba de esa casa y el exterior y empecé a correr, cuando escuché un "click" y sentí algo sobre mi nuca al pararme en seco.
- No te muevas - decía Zico mientras entraba en mi campo de visión. 

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